China tiene cada vez más jubilados en comparación con los trabajadores activos. Durante los últimos diez años, su población ha experimentado el crecimiento más débil en décadas, hasta el punto de ser pronto superada por India.

El país más poblado del mundo contaba oficialmente con 1.411 millones de habitantes a finales del año pasado, anunció este martes Pekín al presentar los resultados de su censo decenal.

En comparación con el recuento anterior de 2010, la población aumentó un 5,38% en 10 años (o sea 0,53% en promedio por año), según la Oficina Nacional de Estadísticas. Es la progresión más baja desde los años 1960.

A este ritmo podría perder la corona de país con más población mundial más rápido de lo previsto. Y es que India debería contar en 2020 con 1.380 millones de habitantes, según estimaciones de la ONU.

La población de India crece una media de 1% anual, según un informe publicado el año pasado por Nueva Delhi.

Hasta ahora China preveía que la curva de crecimiento de la población alcanzara una máxima en 2027, cuando India la superaría. La población china comenzaría entonces a disminuir hasta los 1.320 millones de habitantes en 2050.

El martes, ante la prensa, el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas Ning Jizhe confirmó que se acercaba el "peak", pero no adelantó una fecha. La población total debería ser superior a los 1.400 millones "durante un cierto tiempo", se limitó a decir.

La influencia del COVID-19

La caída de la natalidad se debe a muchas razones: disminución del número de bodas, el costo de la vivienda y de la educación, la fecundidad más tardía de las mujeres que dan prioridad a la carrera ...

El año pasado, marcado por la epidemia de covid, el número de nacimientos cayó a 12 millones, contra 14,65 millones en 2019, año en el que la tasa de natalidad (10,48 por 1.000) ya estaba en el nivel más bajo desde que se fundó la China comunista en 1949.

La epidemia "ha aumentado la incertidumbre de la vida cotidiana y la preocupación ante el nacimiento de un hijo", reconoció Ning. 

El régimen comunista recuerda constantemente que ha erradicado en gran medida la epidemia, que apareció a finales de 2019 en el centro del país.

En 2016 el país flexibilizó su política de hijo único, permitiendo que todos los chinos tengan un segundo hijo. Pero sin por ello lograr impulsar la natalidad, lo que lleva a algunas voces a pedir la supresión del límite de dos hijos por familia.

Los demógrafos advierten al país que podría sucederle lo mismo que a Japón y Corea del Sur (con un exceso de ancianos en comparación con el número de jóvenes y personas en activo).

En marzo, el Parlamento adoptó un plan para aumentar progresivamente la edad de jubilación durante los próximos cinco años.

Explosión de migrantes internos

Según los resultados del censo, el año pasado el país contaba con más de 264 millones de personas de 60 años o más, cuatro veces la población total de Francia.

Esta población representa ahora el 18,7% del total, es decir un aumento de 5,44 puntos porcentuales en comparación con 2010.

Por el contrario, la población en edad de trabajar (15 a 59 años) solo representa el 63,35% del total, 6,79 puntos menos.

"El mayor envejecimiento de la población ejerce una presión continua sobre el equilibrio demográfico a largo plazo", reconoce la Oficina Nacional de Estadísticas en su informe.

Hay otra cifra que refleja desequilibrios potenciales: la de la población "flotante" de migrantes internos. Estas personas de zonas rurales empleadas en ciudades con poca protección social ascendía el año pasado a casi 376 millones, casi un 70% más en 10 años.

La publicación del censo se retrasó varias semanas, alimentando la idea de que las cifras serían malas para el régimen comunista.

A finales de abril, el gobierno desmintió informaciones de prensa que afirmaban que China iba a anunciar su primer descenso de población desde la gran hambruna de finales de los años 1950, que causó la muerte de decenas de millones de personas.

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