China anunció el domingo que ha confiscado más de 89 millones de mascarillas de mala calidad mientras crecen las quejas en el mundo de que muchos productos importados del gigante asiático para luchar contra el coronavirus incumplen las reglas de calidad mínimas.

Desde su aparición en diciembre en China, el virus ha infectado a más de 3 millones de personas en el mundo y provocado más de 200.000 muertos. Y la demanda de equipos de protección se ha disparado en China, principal proveedor mundial.

Estas últimas semanas, varios países europeos como España, Holanda o Finlandia se han quejado de las mascarillas que han recibido de China, al considerar que no se ajustan a las normas de calidad.

Hasta el viernes, más de 89 millones de mascarillas consideradas no conformes fueron confiscadas y 418.000 piezas de equipos de protección, dijo en una conferencia de prensa la responsable de la administración de supervisión de mercados, Gan Lin.

La proporción de los productos confiscados y destinados a la exportación no se precisó.

Según Gan, también confiscaron desinfectantes que no responden a las normas. El valor de la mercancía se evalúa a 7,6 millones de yuanes (cerca de un millón de euros).

Pekín reforzó a principios de mes la normativa relativa a la exportación de equipos médicos para luchar contra el coronavirus para exigir que los productos respondan tanto a las normas chinas como las de los países destinatarios.

Desde el sábado, esta medida se aplica también para las mascarillas no quirúrgicas, según un comunicado del ministerio de Comercio.

En las últimas semanas, algunos países se quejaron de la calidad de los equipos médicos importados de China.

Canadá indicó el viernes que en torno a un millón e mascarillas importadas de China no no podrán ser distribuidas entre el personal sanitario movilizado contra el coronavirus.

Hasta el viernes, China había exportado más de 1.000 millones de mascarillas a 74 países y regiones, informó a la prensa Li Xingqian, un funcionario del ministerio de Comercio.

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