Decenas de chacales se cuelan como si nada entre las palmeras y brincan sobre el césped del parque Hayarkon de Tel Aviv, en Israel, prácticamente desierto de caminantes y ciclistas, confinados en sus casas debido al nuevo coronavirus.

Numerosos ciudadanos suelen frecuentar este parque, principal espacio verde de la gran ciudad costera, para hacer picnics, pasear y correr. Pero el lugar está casi desierto desde que las autoridades israelíes ordenaron el confinamiento de la población para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19, que ha contagiado a más de 11.800 personas, de las cuales 120 han fallecido, en Israel.

Los escasos transeúntes, protegidos con mascarillas conforme a las medidas locales, se detienen y sacan sus teléfonos móviles para fotografiar a los chacales que, a pocos metros de distancia, vagan por el parque buscando comida.

Normalmente, estos animales omnívoros salen por la noche de sus guaridas o de matorrales, en las partes menos frecuentadas del parque, para alimentarse de los residuos dejados por los humanos, explica a la AFP Yariv Malichi, zoólogo. Pero cuando las papeleras están vacías, "deben aventurarse fuera de sus territorios en busca de comida, y se sienten más cómodos en el parque desertado", donde deambulan ahora por la tarde, señala Malichi.

La necesidad de alimento es todavía más acuciante porque el nuevo coronavirus se produce en plena temporada de parto, señala este responsable israelí de la naturaleza y los parques. En un pequeño sendero de yucas y chumberas, un chacal se para frente a un ciclista que lleva unos cascos de audio sobre la cabeza.

En otro lugar, un corredor pasa junto a otro animal dedicado sus asuntos. En los últimos años no se ha señalado ningún incidente entre un chacal y un humano, precisa Malichi, que teme en cambio que este animal salvaje acabe por acostumbrarse a las personas.

"Algunos humanos lanzan carne a los chacales, sin embargo una vez que un animal salvaje hace la relación 'humano-comida', el peligro está ahí", previene. "Acabará por acercarse a las personas esperando recibir algo de comer, sin distinguir entre un bebé y un adulto", continúa. "¿Hay chacales en la ciudad? ¡Déjenles y sobre todo no les den de comer!", exhorta el zoólogo.

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