A más de siete años del crimen de la estudiante japonesa Narumi Kurosaki, su expareja y quien fue condenado por el crimen, el chileno de 32 años Nicolás Zepeda, reconoció por primera vez que estuvo en el lugar en el que vivía la joven días antes de su muerte en Francia.
Pese a que lo había negado cada vez que se le preguntó durante el juicio, este miércoles Zepeda, instado por su abogado defensor, dijo que había estado con Narumi en el domicilio de Besanzón.
"Hacía uno o dos días que estaba en Besanzón. Entré para llamar a la puerta de Narumi y ver si podía ir a tomar un café", reconoció.
Su declaración sobre la presencia en el edificio días antes de la desaparición de Kurosaki sorprendió al tribunal, cuyo presidente, François Arnaud, preguntó por qué entró en la residencia.
"Quería que las cosas estuvieran en orden", respondió el chileno. En el momento de la ruptura, "hablamos (...) de renovar nuestra amistad y yo quería una respuesta a esa pregunta", abundó.
El acusado aseguró que había omitido esa información porque le daba "vergüenza" reconocer que quería reanudar su relación.
"Ahora ya no tengo miedo. Estoy aquí para decirles todo. Si alguna vez mentí u omití algo, se lo diré", insistió.
Nicolás Zepeda apeló a la condena que en 2022 lo sentenció a 28 años de prisión por el asesinato premeditado de Kurosaki, cuyo cadáver no apareció hasta hoy.
Más inconsistencias en las declaraciones de Zepeda
Ante la insistencia de su abogado, el chileno reconoció además que el motivo de su viaje a Europa era "esencialmente ver a Narumi", pese a que siempre había asegurado que su objetivo era asistir a un congreso en Suiza.
"Se trata de dos cambios importantes en las declaraciones", celebró el fiscal, Étienne Manteaux.
Defensa de Zepeda reabre el caso
La defensa del chileno Nicolás Zepeda intenta señalar a otro sospechoso y abrir nuevas pistas en el juicio en apelación en Francia por el asesinato de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki.
Los abogados del acusado expusieron durante el proceso en Vesoul una conversación "inquietante" entre el último novio de Kurosaki antes de su desaparición, Arthur Del Piccolo, y un amigo japonés.
Mientras este último, Shintaro Obata, se dice preocupado por no tener noticias de la joven de 21 años en 2016, Del Piccolo parece tomarse la ausencia con calma, pese a su estrecha relación.