AFP.

California declaró este domingo el estado de emergencia en el norte de su territorio ante la voracidad de dos incendios, que obligaron a evacuar a miles de personas en esta zona del oeste de Estados Unidos.

El gobernador demócrata Jerry Brown tomó esta medida excepcional debido a la rapidez con la que avanzaron las llamas en los condados de Lake y Napa, situados en la famosa región vinícola al norte de San Francisco.

Al menos 1.000 bomberos fueron desplegados en esa zona para apagar el denominado Incendio del Valle (Valley Fire, en inglés), que está descontrolado y ha quemado ya más de 16.000 hectáreas. 

Miles de personas tuvieron que abandonar sus viviendas, por lo que la Cruz Roja habilitó varios refugios.

El portavoz del departamento de bomberos de California (CalFire), Daniel Berlant, señaló en su cuenta de Twitter que todavía es pronto para cuantificar los daños, pero que "cientos de estructuras han sido destruidas".

Las llamas engulleron casas y vehículos enteros favorecidas por el intenso calor de los últimos días y la sequía que afecta este estado desde hace cuatro años.

Al menos cuatro bomberos resultaron heridos en las operaciones de extinción en esta zona y tuvieron que ser hospitalizados con quemaduras de segundo grado. Su evolución es favorable.

Otros 4.000 bomberos lograron contener en un 20% el bautizado Incendio de Butte (Butte Fire), que ha arrasado ya unas 26.400 hectáreas en los condados de Amador y Calaveras, al sureste de Sacramento (la capital estatal).

Unas 6.400 edificaciones están amenazadas por las llamas, según explicó Berlant en una entrevista con el canal CBS.

Septiembre es uno de los peores meses del año en cuanto a incendios para California, tal y como señalaron recientemente varios expertos a la AFP.

Pero el estado lleva varios meses luchando contra constantes incendios, que han causado la muerte de siete bomberos y han obligado a movilizar a la Guardia Nacional y al Ejército.

Washington, Oregón, Utah y Alaska (oeste) son otras de las regiones que han sido devastadas por una multitud de incendios.

Las llamas también han provocado una sangría económica. De acuerdo con datos oficiales, este año ya se han gastado 1.230 millones de dólares para combatir los fuegos en el oeste de Estados Unidos.

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