Bután es considerado como el "país más feliz del mundo", cualidad que alude a su PIB particular: el índice de Felicidad Interna Bruta (FIB), creado por el padre del actual rey, Jihme Khesar, el cual mide la calidad de vida del país en función de la conservación de las costumbres locales, el crecimiento económico.

Un país que actualmente no presenta contagios de coronavirus, a pesar de la pandemia mundial de este virus. 

Registro que se debe, en parte, a la oportuna y diligente accionar del rey Khesar, ya que facilitó su avión personal para trasladar al único COVID-19 positivo que se dio en su territorio.

El afectado fue identificado como Bert Hewitt de 76 años, un jubilado que viajaba junto a su esposa, Sandi Fischer, por estos parajes. De profesión físico, Hewitt sufría de cáncer y tenía amputado uno de sus brazos.

Así fue como el 4 de marzo, poco después de llegar a Bután, el físico se vio aquejado de un fuerte dolor de estómago, además importantes dificultades para respirar, razón por la que acudió al hospital de Thimphu, la capital del país.

Luego de realizarse el examen para coronavirus, Khesar ordenó llevar a cabo todos los protocolos de seguridad sanitarios. “La orden de su majestad fue que se le diesen todos los cuidados posibles”, asegura Dechen Wangmo, el ministro de Salud del país, según The Washington Post.

Así, cuando el paciente fue ingresado al centro asistencia, el rey supervisó personalmente el rastreo de posibles contagiados, y de todos aquellos que tuvieron contacto con la pareja. Afortunadamente, nadie dio positivo.

Por eso es que cuando Bert Hewitt comenzó a empeorar en su salud, el monarca de Bután dispuso de su propio avión para que el contagiado fuera trasladado a Estados Unidos. Luego del viaje, además mantuvo contacto con la familia.

“Me dijo que esperaba poder hablar con él (Hewitt) sobre agujeros negros algún día”, comentó Sandi a The Washington Post.

 

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