AFP

La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no asistirá el miércoles a la sesión prevista para su defensa ante la comisión de impeachment del Senado, donde se tramita el juicio que la mantiene suspendida desde mayo.

"Mi defensa de mañana será por escrito y leída por mi abogado. Estamos evaluando mi ida al plenario del Senado en otro momento", escribió la mandataria este martes en su cuenta de Twitter.

La comisión de 21 senadores -donde el apoyo a Rousseff está en franca minoría- tramita el caso por el cual fue acusada de aprobar gastos sin autorización del Congreso y de financiar al Tesoro a través de la banca pública, dos supuestas violaciones a la ley de responsabilidad fiscal que alcanza a funcionarios públicos.

La comisión votará el 4 de agosto un informe no vinculante que será sometido al pleno de 81 senadores el 9 de ese mes, según el cronograma vigente. Para que el proceso avance hasta la sesión final, donde debería leerse la sentencia, el informe tendrá que ser aprobado por una mayoría simple.

Si se diera ese caso, el fallo definitivo será dictado entre el 25 y el 27 de agosto, pocos días después del fin de los Juegos Olímpicos de Rio-2016, en una sesión conducida por el presidente de la corte suprema y en la que Rousseff tendrá una nueva oportunidad de ejercer su defensa en forma personal.

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Para que pierda su mandato, 54 senadores (dos tercios del total) tendrán que votar por su salida. De lo contrario, el caso será archivado.

Rousseff, cada vez con menos margen para evitar convertirse en el segundo jefe de Estado brasileño en perder el cargo en un impeachment desde que se recuperó la democracia en 1984 (Fernando Collor fue destituido en 1992), no ha logrado avances políticos desde que asumió su segundo mandato en enero del 2015.

Aislada del Congreso y con su gobierno golpeado por una feroz crisis económica y por una trama de corrupción gigantesca en Petrobras, Rousseff nunca consiguió recuperar el liderazgo político y fue forzada a dejar el Palacio de Planalto para enfrentar el juicio político con el voto en contra de un amplio grupo de exaliados.

Ese grupo fue encabezado por el vicepresidente Michel Temer, quien ocupa actualmente la presidencia interina.

La mandataria denuncia ser víctima de un golpe parlamentario, mientras Temer da abundantes señales de que se prepara para gobernar hasta fines de 2018 y terminar el mandato de su excompañera de fórmula.

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