Un grupo de investigadores en Brasil descubrió una nueva cepa del coronavirus en el estado de Río de Janeiro, una de las regiones más golpeadas por la pandemia en ese país.
De acuerdo con un estudio del Laboratorio Nacional de Computación Científica (LNCC), vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología y realizado en conjunto con la Universidad Federal de Río de Janeiro, la nueva variante fue detectada por primera vez en octubre pasado en la ciudad de Río de Janeiro, capital del estado homónimo.
Los investigadores destacaron que, por ahora, la flamante cepa está "parcialmente restringida" a la ciudad, que concentra el mayor número de casos y muertes por COVID-19 en la región. Pero alertaron sobre una posible diseminación por todo el estado y, consecuentemente, otras zonas del país.
"El significativo aumento en la frecuencia de ese linaje levanta preocupaciones sobre la gestión de la salud pública y la necesidad de vigilancia genómica durante la segunda ola de infecciones", expresaron los científicos en el estudio, elaborado bajo la coordinación de la investigadora Ana Tereza Vasconcelos.
La nueva cepa fue descubierta a través de la secuenciación genética del linaje B.1.1.28, que ya circula en Brasil desde el inicio del año, y se calcula que la variante surgió en julio.
Los investigadores analizaron 180 genomas del SARS-CoV-2 y han descubierto cinco "mutaciones exclusivas", que "han emergido y rápidamente se han propagado".
De los 180 genomas, 38 tenían mutaciones que indican que se trata de una nueva cepa, explicó Vasconcelos. El 60% de los genomas son del municipio de Río de Janeiro.
Sin embargo, el estudio no indica si la nueva cepa identificada es más transmisible o más agresiva que las ya conocidas en Brasil.
"No tenemos evidencia de que esta mutación represente un peligro mayor. Pero muestra que el coronavirus circula con intensidad en el estado, y que las medidas de distanciamiento social y vigilancia son fundamentales", enfatizó Vasconcelos.
Asimismo, los científicos señalaron que tampoco hay indicios de que la variante puede reducir la eficacia de las vacunas contra el coronavirus, que apenas han comenzado a ser distribuidas en todo el mundo.