AFP
Brasil vivirá este miércoles otro capítulo de su aguda crisis política con la votación en la Cámara de Diputados que definirá si la denuncia por corrupción contra el presidente Michel Temer llega a la corte suprema o es descartada.
El proceso que convirtió a Temer en el primer mandatario en ejercicio en ser acusado de un crimen común llega al plenario, entre dudas de si se logrará el quorum de 342 diputados (dos tercios de los 513 escaños) necesarios para votar.
La oposición anticipó que buscará bloquear una sesión que, de no postergarse, será favorable según todas las expectativas al gobierno conservador, quien mantiene una mayoría legislativa.
El presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia (DEM, derecha) garantizó el martes que habrá votación. "Este miércoles se votará y eso generará tranquilidad para la sociedad. Quedará resuelto por la tarde", aseguró a periodistas.
Si se vota, la oposición deberá juntar igualmente 342 votos para autorizar al Supremo Tribunal Federal (STF) a analizar el caso y, eventualmente, llevarlo a juicio. Cualquier número inferior invalidaría la denuncia.
A Temer le basta entonces con que 172 diputados no respalden el pedido y se beneficiará hasta con las ausencias, siempre que no comprometan el quorum.
Pero buscará obtener una victoria lo más holgada posible, para no dar la imagen de un presidente debilitado. De la contundencia de su victoria puede depender el futuro de sus reformas económicas.
Récord de impopularidad
El mandatario conservador ostenta el récord de impopularidad desde el retorno de la democracia en 1985 (5%, según la última encuesta Ibope) y un 81% de los brasileños quieren que el Congreso autorice al STF a examinar las denuncias de que solicitó un soborno al gigante de la industria frigorífica JBS.
Pero Temer, de 76 años, apuesta por permanecer en el cargo hasta fines de 2018, cuando concluya el accidentado mandato que se inició en 2015 con la segunda presidencia de la izquierdista Dilma Rousseff, destituida el año pasado por el Congreso por manipular las cuentas públicas.
"Nadie tiene mejor temperatura de la Cámara que el presidente. El gobierno está muy seguro de la victoria. La denuncia es absurda e injusta. No jugamos con esto y lo estamos tomando muy en serio, pero todo el mundo está seguro del triunfo", dijo a la AFP un asesor del Palacio de Planalto en la antesala de una jornada clave.
Si el proceso llegara al STF y éste lo elevara a juicio, Temer sería suspendido de su cargo por hasta 180 días y dejaría la presidencia en manos de Maia.
Si fuera hallado culpable, sería destituido y el Congreso debería elegir a su sucesor, para gobernar hasta fines de 2018.
La oposición
Los partidos opositores reconocen no disponer de los 342 diputados que requiere darle continuidad a la denuncia.
"La oposición usará todo el tiempo que precise para garantizarse la mayoría", señaló el diputado Henrique Fontana (PT, izquierda) tras una reunión de líderes.
Además, apuestan a incentivar deserciones en el oficialismo, fracturado desde que Temer fue acusado de haber recibido un soborno de 500.000 reales (unos 150.000 dólares) de JBS.
"Está creciendo el número de diputados dispuestos a votar por la suspensión de Temer. Ya tenemos mayoría, pero no tenemos seguridad de llegar a los 342 votos que precisamos. Vamos a seguir analizando hasta el momento de la sesión", añadió Fontana en una nota divulgada por asesores de su partido.
Pese a que la tendencia para la sesión del miércoles lo favorece, el futuro del gobierno está lejos de ser diáfano.
La oposición cuenta con otras dos nuevas potenciales denuncias que están en manos de la Fiscalía --una por obstrucción a la justicia y otra por asociación ilícita-- para seguir erosionando al mandatario.
Consultado el martes por la tarde por la AFP, el procurador Rodrigo Janot dijo escuetamente: "Las investigaciones avanzan".
Asediado por las acusaciones, Temer ya perdió seis asesores de rango ministerial salpicados por el escándalo Petrobras y tiene a otros ocho bajo investigación del máximo tribunal.
"Queremos que la oposición venga y no huya", resumió el diputado ultraoficialista Darcísio Perondi (PMDB, el mismo de Temer), quien estimó la base aliada entre 270 y 280 fieles, suficientes para garantizarle seguridad al presidente, según afirmó a la AFP.