El bombardeo de un hospital pediátrico del puerto ucraniano de Mariúpol, sitiado por las tropas rusas, provocó este jueves un clamor de indignación global.
El ataque, que según las autoridades locales dejó 17 adultos heridos, se produjo la víspera de la primera reunión de negociación de alto nivel entre los dos países desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
Un responsable regional precisó que los heridos son todos trabajadores del hospital pediátrico y que "no hay ningún niño" entre ellos ni ningún fallecido en el ataque.
El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció un ataque "inmoral", que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó como un "crimen de guerra" cometido en ese puerto estratégico del mar de Azov.
La Casa Blanca fustigó por su lado el uso "bárbaro" de la fuerza contra civiles, mientras la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidieron "el cese inmediato" de los ataques a las instalaciones de salud.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, afirmó, sin negar el ataque, que los "batallones nacionalistas" ucranianos habían evacuado al personal y a los pacientes y que los desplegó en el sitio en posiciones de tiro.
Según la alcaldía de Mariúpol, desde el inicio del asedio ruso de esta ciudad, hace nueve días, han muerto más de 1.200 civiles.
"Nueve días, 1.207 civiles muertos en Mariúpol. Nueve días de genocidio de la población civil", escribió la municipalidad en su canal de Telegram.
Desde el inicio de la contienda, Estados Unidos y sus socios de la OTAN ayudan a Ucrania pero evitan implicarse directamente en el conflicto.
Zelenski, pidió a las potencias occidentales enviar "lo más rápido posible" aviones de combate a Ucrania.
Polonia, miembro de la OTAN, propuso el martes "enviar todos sus aviones MiG-29 a la base de Ramstein (Alemania)" para que Estados Unidos se los entregue a Ucrania.
Pero Washington rechazó la propuesta, "por el riesgo de escalada militar con la OTAN", según los servicios de inteligencia.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, abordará en Polonia el jueves, con las autoridades del país, cómo dar "asistencia militar" a Ucrania, según un responsable de la administración estadounidense.
Las rutas del éxodo
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, entre "2,1 millones y 2,2 millones" de ucranianos partieron desde el 24 de febrero hacia países vecinos. "Tan solo Polonia recibe 150.000 por día", afirmó.
Rusia y Ucrania acordaron la apertura de corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles de zonas arrasadas por los bombardeos.
Zelenski afirmó que 35.000 civiles pudieron ser evacuados el miércoles de las ciudades de Sumy y Eneerhodar y de zonas en las afuerzas de Kiev.
Agregó que las evacuaciones deberán continuar el jueves con los corredores que se abrirán en Mariúpol, Volnovaja e Izium.
Los intentos previos de evacuar a la población civil se vieron frustrados o perturbados por violaciones de los ceses de hostilidades pactados.
La portavoz de la cancillería rusa admitió "progresos" en las negociaciones para "poner fin cuanto antes al baño de sangre insensato y a la resistencia de las fuerzas ucranianas".
Reunión de cancilleres en Turquía
Zelenski declaró el martes a la cadena estadounidense ABC que está listo para llegar a "acuerdos" sobre el estatus de los territorios separatistas prorrusos del este de Ucrania y que no insistirá en la demanda de adhesión de Ucrania a la OTAN.
Putin ordenó invadir Ucrania alegando, precisamente, querer proteger a la población rusohablante en guerra contra Kiev desde 2014, y garantías de que la exrepública soviética nunca formará parte de la OTAN.
Los ministros de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y ucraniano, Dmitro Kuleba, se reunirán este jueves en la localidad turca de Antalya, en el primer encuentro bilateral de alto nivel desde el inicio del conflicto.
Kuleba aseguró el miércoles que haría todo lo posible para que estas discusiones "sean lo más eficaces posible", aunque admitió que su esperanza era "limitada".
Entre tanto, los bombardeos continúan. En Severodonetsk (este), 10 personas murieron en esos ataques, según un responsable regional, y nueve en Yítomir, al oeste de Kiev.
En la central nuclear de Chernóbil (norte), el operador de sistemas de transmisión energética ucraniano Ukrenergo anunció que la alimentación eléctrica del sitio estaba "completamente" cortada por las acciones militares rusas.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OEIA) afirmó que este corte eléctrico no suponía "un gran impacto sobre la seguridad" de la central, donde en 1986 se produjo el peor accidente nuclear civil de la historia.
Ayuda para Ucrania, sanciones contra Rusia
La directiva del FMI aprobó ayuda "crítica" de 1.400 millones de dólares para Ucrania, mientras siguen cayendo sanciones de los países occidentales contra Rusia.
Estados Unidos prohibió el martes las importaciones de petróleo y gas rusos. Reino Unido indicó que de aquí a finales de año también dejará de comprar crudo y productos petroleros a Rusia.
La Unión Europea (UE) anunció nuevas medidas contra el sector marítimo y las criptodivisas, contra bancos bielorrusos y contra la exportación de bienes y tecnologías a Rusia.
Pero el bloque, con una dependencia del 30% del petróleo ruso, vacila en cortar ese suministro. Según la agencia de calificación Fitch, Rusia enfrenta el riesgo de una quiebra "inminente" del servicio de su deuda soberana a causa de las sanciones.