Veinticinco millones de euros: esa es la suma que quiere invertir adicionalmente el Gobierno alemán este año en la ampliación de caminos rápidos para bicicleta. Así lo confirmó el secretario de Estado Parlamentario del Ministerio Federal de Transporte, Norbert Barthle, al diario "Rheinische Post". Las autopistas para bicicleta podrían ser usadas, ante todo, por el creciente número de trabajadores que atraviesan grandes distancias para llegar a su destino laboral.
Las personas que quieran ir de una ciudad a otra, o del suburbio hacia el centro, podrían llegar más fácilmente con la bicicleta. Debido a las autopistas sobrecargadas y la contaminación del aire, sería una buena alternativa, también para realizar más ejercicio. Cuestionable es, no obstante, si esta expectativa se cumplirá.
¿17 kilómetros con la bicicleta, ida y vuelta?
Una evaluación del Instituto Federal para la Investigación de la construcción, la ciudad y el espacio (BBSR, por sus siglas en alemán) ha dado recientemente como resultado que el camino hacia el lugar de trabajo en Alemania tiene en promedio una extensión de 16,8 km.
Marcus Peter, de la Universidad Técnica de Hamburgo (TUHH), ha analizado, para el área metropolitana de Hamburgo, dónde tendría sentido la construcción de caminos rápidos para bicicleta. Él cree que "una infraestructura como esa se dirige especialmente a personas en un ámbito de cinco a diez kilómetros. Si el camino es más largo, las personas son más propensas a no cambiar a la bicicleta."
Pero incluso si el trabajador promedio tiene que recorrer más de diez kilómetros hacia su centro de trabajo, la inversión en las biciautopistas, sostiene Peter, es oportuna: "En un ámbito de hasta diez kilómetros veo un gran potencial que puede conducir en conjunto a una descongestión del tráfico de carretera." Un estudio de factibilidad para el proyecto "Camino rápido para bicicletas Ruhr" le da la razón. Así se podrían ahorrar diariamente, a través de una senda rápida de más de 100 kilómetros de largo, alrededor de 52.000 viajes en automóvil con más de 400.000 kilómetros recorridos.
Además, las bicicletas eléctricas podrían contribuir a que las vías de circulación rápida sean aceptadas por más ciudadanos. Gracias a la propulsión eléctrica, también personas con dificultades físicas pueden recorrer trayectos más largos en un tiempo razonable.
Marcus Peter ve las vías rápidas para ciclistas, por otro lado, no sólo como una opción para trabajadores que se desplazan grandes distancias, sino también para todos los otros recorridos, ya sea al supermercado o al cine. De ese modo se evitarían los embotellamientos y esos recorridos se volverían mucho más flexibles.
Un pequeño paso en la dirección correcta
Los 25 millones de euros con los cuales el Estado alemán quiere subvencionar la ampliación de las bicisendas de velocidad son, según Peter, en general "un paso en la dirección correcta". Hasta hoy, las comunas y los estados federados (Länder) se hacen cargo de los costos.
También la Asociación Alemana de Ciclistas (ADFC, por sus siglas alemanas) evalúa la inversión como una "importante señal política”. Sin embargo, el presupuesto repartido en toda Alemania sería demasiado pequeño: un kilómetro de camino rápido costaría entre 500.000 y dos millones de euros. Con 25 millones de euros se podría, entonces, construir nada más que de 12 a 50 kilómetros. Por eso, el ADFC demanda "un presupuesto diez veces mayor, con el cual puedan construirse alrededor de 300 kilómetros de caminos rápidos para bicicleta al año."