Mientras los aliados de Estados Unidos, particularmente en Occidente, aplaudieron el ataque una base aérea siria ordenado por Donald Trump el jueves pasado, en el mundo árabe las reacciones han sido mixtas.
Y muchos piensan incluso que sólo se trató de un show del mandatario para aplacar a críticos internos.
Trump ordenó el ataque a la estratégica base aérea siria Al Shayrat en respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno de Bashar al Asad, alegando que fue desde ahí que se lanzó el ataque químico que dejó 80 civiles muertos, algo que niega categóricamente al Asad.
Y mientras que gobiernos como los de Arabia Saudita y Qatar apoyaron al operativo estadounidense, otros países como Líbano o Irak condenaron el ataque, para el que se lanzaron 59 misiles Tomahawk.
Por su parte, Edgar Jallad, experto del servicio árabe de la BBC, le dijo a BBC Mundo que al pasar de los días las voces que sospechan de los motivos del gobierno de Trump se vuelven más numerosas en la región.
"A medida que ha quedado claro que esto fue una operación limitada, muchos han empezado a cuestionar qué está detrás de este ataque", señaló Jallad.
Desconfianza histórica
Según Jallad, este cuestionamiento tienes en parte razones históricas.
"EE.UU. no tiene mucha credibilidad en la región, la gente tiene experiencia del intervencionismo de Washington e incluso hay quienes recuerdan cómo EE.UU. invadió Irak con el pretexto de que había armas de destrucción masiva en Irak", le dijo a BBC Mundo.
Y, como explica el analista, muchos países de la región, entre ellos el Líbano e Irak, sienten que la principal amenaza en el mundo árabe hoy en día es el auge del llamado Estado Islámico y temen que una ofensiva de EE.UU. contra el gobierno sirio podría jugar a su favor.
Pero una de las corrientes de opinión en el mundo árabe que va ganando terreno es la que sostiene que el ataque tiene más que ver con la política interna de Estados Unidos que con el conflicto sirio como tal.
"Trump enfrenta serias críticas dentro de su país, hay presión de opositores y de gente dentro de su propio partido y hay quienes sostienen que lanzó el ataque como una forma de afirmar su poder y mostrar que es capaz de hacer algo que su predecesor, Barack Obama, no hizo", remarcó Jallad.
El ataque como forma de defensa
Según el experto del servicio árabe, el hecho de que Washington notificara a Rusia del ataque antes de lanzar 59 misiles Tomahawk contra la base siria de Al Shayrat, no hace más que dar vigor a estas sospechas.
Y por otra parte está el hecho de que Trump actuó de forma súbita y en contradicción con lo que hasta ese momento había sido su política hacia Siria.
Tras el ataque, el secretario de Estado de EE.UU. Rex Tillerson, criticó fuertemente a Rusia pero clarificó que no había un cambio en la postura militar de Washington hacia Siria y que su prioridad es la derrota de Estado Islámico.
Según Jallad esto ha contribuido a las sospechas. Y muchos expertos en temas árabes concuerdan con este análisis.
En un artículo que escribió para la cadena árabe Al Jazeera, el experto en temas del Medio Oriente Samer Abboud, señaló que el gobierno de Trump está enmarañado en una ola de críticas, impopularidad, acusaciones de incompetencia y de corrupción, y ante eso no hay mejor antídoto que un ataque.
"Como bien recordamos de gobiernos estadounidenses anteriores como Reagan, Clinton o Bush, "un ataque rápido y contundente en un lugar distante del mundo es siempre una buena forma de consolidar apoyo, acallar a disidentes, y ganar respaldo entre políticos de todos los bandos", señaló.
Abboud afirma que "esto, más que un cambio en la política de Estados Unidos es la razón del ataque contra la base siria".
Las razones de Trump
El presidente de EE.UU. Donald Trump dijo que lanzó el ataque porque según él no había duda de que Siria había usado armas químicas prohibidas.
"Usando un agente nervioso mortal, al Asad ahogó la vida de hombres, mujeres y niños. Fue una muerte lenta y brutal, incluso hermosos bebés fueron cruelmente asesinados", agregó en referencia a la muerte de más de 80 personas por gas sarín en Khan Sheikhoun, en la provincia de Idlib.
Pero el gobierno de al Asad ha negado contundentemente haber empleado armas químicas en sus operaciones en el norte de Idlib y señaló como posible explicación la explosión de una fábrica de armas químicas de Al Qaeda.