"Totalmente exonerado" suele decir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al hablar sobre el informe final del exfiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta colusión de su campaña de 2016 con Rusia.
Pero este miércoles, al comparecer ante legisladores en Washington D.C., el propio Muller aseguró que su investigación nunca declaró al mandatario "exonerado" de una posible obstrucción de la justicia.
Mueller, exdirector del FBI, realizó una investigación durante dos años para determinar si había evidencias que vincularan al equipo de campaña de Trump con individuos de Rusia.
Concluyó que Rusia trabajó para interferir el resultado de las elecciones de 2016 en nombre de Trump, pero no pudo establecer una colusión criminal.
En total, 35 personas y tres empresas fueron acusadas por Mueller en asuntos relacionados directa e indirectamente con la presunta interferencia de Rusia en las elecciones de 2016.
Ningún miembro de la familia Trump fue acusado, además de que se concluyó que no se podían acusar al presidente de algún delito, pero tampoco se podía exonerarlo.
Al ser cuestionado por los congresistas, Mueller se negó repetidamente a añadir algo más que lo que dice su informe de 448 páginas.
Dio respuestas cortas y remitía a los legisladores al texto de sus conclusiones.
Las preguntas se centraron en la investigación de Mueller sobre el presidente Trump y su decisión de decir que no podía acusarse al presidente de la obstrucción de la justicia.
Pero Mueller enfatizó repetidamente la importancia de que su país esté consciente de la interferencia de Rusia en la democracia estadounidense.
"En el transcurso de mi carrera, he visto varios desafíos para nuestra democracia. El esfuerzo del gobierno ruso para interferir en nuestra elección es uno de los más serios", dijo.
"Se necesita hacer mucho más para protegerse contra esta intrusión, de los rusos o de otros", añadió.
La Casa Blanca calificó el testimonio de Mueller como "una vergüenza épica para los demócratas".
"No"
El demócrata Jerold Nadler le preguntó al fiscal Mueller si Trump estaba en lo cierto al afirmar que había sido "exonerado" por el informe, a lo cual el fiscal respondió con un enfático "No".
Dijo que su equipo había encontrado evidencia de que el gobierno ruso interfirió en las elecciones de 2016 en las que Trump fue electo con la intención de beneficiar a ese candidato.
Los dichos de Mueller no fueron nuevas revelaciones, pero el hecho de conseguir que Mueller lo dijera bajo juramento representó un éxito para los demócratas.
A medida que avanzaba el interrogatorio, Mueller parecía incómodo al encontrarse en medio de una batalla política entre demócratas y republicanos.
Los republicanos atacaron la decisión del exfiscal de no acusar ni exonerar al presidente por obstrucción de la justicia.
El legislador John Ratcliffe dijo que la decisión llevó al presidente a un estándar legal diferente al de la presunción de inocencia.
El informe describe que hay un conjunto de circunstancias únicas, porque hubo pautas del Departamento de Justicia establecen que no se puede acusar a un presidente en funciones.
El enredo partidista sigue: Anthony Zurcher, BBC Washington
Robert Mueller ha sido presentado, en varias ocasiones y por varias partes, como un héroe o un villano; un ángel vengador que expondría la corrupción o parte de un establishment corrupto.
En 6 horas de testimonios este miércoles, el fiscal especial, la silenciosa esfinge de Washington, finalmente habló mucho, pero reveló que tenía poco de los poderes sobrehumanos que se le habían atribuido.
En su testimonio a veces titubeante, se quedó con el texto de su voluminoso informe, dejando el panorama político estadounidense como estaba antes de ingresar a la sala del Comité.
Los demócratas que esperaban que Mueller ofreciera el tipo de testimonio demoledor que incita a los que buscan el juicio político presidencial seguramente quedaron decepcionados.
Los republicanos que esperaban una reivindicación, incluida la del propio presidente, no la recibieron.
Las investigaciones en el Congreso continuarán avanzando. Los de la izquierda continuarán denunciando lo que consideran los crímenes obvios y las faltas éticas del presidente.
Los republicanos continuarán insistiendo en que el presidente está siendo difamado por falsas acusaciones.
Al final, los estadounidenses serán el árbitro final. En este caso, esa sentencia se aprobará en la urna, dentro de 15 meses.