Donald Trump amenazó este martes con paralizar el gobierno si fuera necesario para construir el muro en la frontera con México, una de sus principales promesas electorales.
Durante un mitin en Phoenix, Arizona, y tras reunirse con agentes de la patrulla fronteriza, el presidente de Estados Unidos les dijo a sus simpatizantes que los demócratas están siendo "obstruccionistas" y aseguró que "ponen en peligro la seguridad de EE.UU." al oponerse al muro.
Trump dijo que los agentes de inmigración que trabajan en el área son "vitales" para frenar el flujo de ilegales.
"Si tenemos que paralizar el gobierno, lo haremos para construir ese muro", declaró.
El líder estadounidense también insinuó que podría estar dispuesto a indultar al controversial exalguacil de Maricopa, Joe Arpaio, uno de los rostros más visibles de la persecución de los indocumentados en el país, culpable de desacato por negarse a cumplir la orden de un juez federal de no usar tácticas basadas en el racismo.
"¿A la gente de esta sala le gusta el sheriff Joe?", preguntó a su público, provocando una ovación. "El sheriff Joe fue condenado por hacer su trabajo. ¿Saben qué? Hago una predicción: creo que va a estar bien", agregó.
Sus comentarios contradicen a los de la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, quien dijo el viernes que no habría discusión sobre ese asunto.
De NAFTA a Corea del Norte
El mandatario estadounidense habló también de otro tema polémico: las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés).
Las mismas comenzaron la semana pasada. Y se espera que EE.UU., Canadá y México se reúnan de nuevo del 1 al 5 de septiembre.
El mandatario estadounidense, sin embargo, no se mostró particularmente optimsta sobre el progreso de las negociaciones.
"Debo ser honesto (...). Personalmente, no creo que podamos alcanzar un acuerdo porque se han aprovechado de nosotros de mala manera", declaró Trump.
Respecto a Corea del Norte, habló de la posibilidad de la reducción de las tensiones con Pyongyang.
"Respeto el hecho de que (el presidente de Corea del Norte) Kim Jong-un ha comenzado a respetarnos", aseguró.
"Tal vez -probablemente no, sino tal vez- algo positivo pueda surgir", dijo.
También habló de Charlottesville, Virginia, donde hubo recientemente una oleada de incidentes entre supremacistas blancos y manifestantes contrarios, y acusó a los medios de fomentar el discurso de odio y malinterpretar sus palabras "perfectas".
"Hay mucha gente (que trabaja) en los medios muy poco honesta", aseguró.
Sin embargo, mientras sus seguidores le ovacionaban dentro de la sala de conferencias, sus opositores protestaban a las puertas y se enfrentaban con la policía, que usó gas pimienta luego de que éstos les arrojaran botellas y piedras.
Rubén Gallego, un congresista del Partido Demócrata en Arizona, hijo de colombiana y mexicano, le dijo a la BBC que fue el peor discurso de un presidente estadounidense hasta la fecha.
"Fue todo sobre él, no sobre el país", dijo.