"No queda nada del centro de la ciudad. No hay un pequeño pedazo de tierra en la ciudad que no tenga señales de guerra".
Así es como el alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, describe a la BBC lo que está pasando en esa estratégica ciudad portuaria del sureste de Ucrania que ha estado durante dos semanas bajo el asedio de las tropas de Rusia.
"Los combates de tanques y ametralladoras continúan", dijo Boichenko este viernes.
Más del 80% de los edificios de viviendas están dañados o destruidos, y el 30% de ellos no podrán ser restaurados.
A tres semanas de la invasión rusa, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, hizo un nuevo llamado para que haya conversaciones significativas de paz y seguridad "sin demora" con Moscú.
"Esta es la única oportunidad para que Rusia reduzca el daño de sus propios errores", dijo Zelensky en su discurso transmitido este viernes.
Pero horas antes, en una gran concentración en un estadio en Moscú a la que asistieron obligados muchos empleados del gobierno, según pudo constatar la BBC, el presidenteruso Vladimir Putin pronunció un discurso que celebraba los avances en Ucrania.
"Sabemos lo que tenemos que hacer a continuación", dijo a la multitud. "Definitivamente llevaremos a cabo todos los planes que hemos hecho".
Los sobrevivientes del teatro
Más temprano, Zelensky informó que hasta este viernes se habían rescatado 130 sobrevivientes del sótano del icónico Teatro Regional de Arte Dramático de Mariúpol que fue atacado.
Pero aseguró que cientos más permanecían atrapados.
Los civiles estaban allí cuando Rusia bombardeó el teatro el miércoles.
El ayuntamiento dijo que hasta el momento los rescatistas habían encontrado a una persona gravemente herida, pero no se conocían muertes.
En la ciudad también fue atacado un hospital infantil.
Yulia Yashenko estaba refugiada con sus padres en el teatro, pero salieron hacia a la ciudad de Lviv la noche anterior a los bombardeos.
"La ciudad está siendo borrada de la faz de la tierra", le dijo a la BBC la joven de 28 años.
"Nuestra casa fue quemada por la artillería. Disparan por toda la ciudad, se usa cada arma. Hay humo negro por todas partes. Hay cuerpos por todas partes y no hay nadie para recogerlos", lamentaba.
"Es sólo el destino que estemos vivos?. Pudimos haber muerto en cualquier momento. No debería ser así. Díganle al mundo lo que está pasando", añadió.
Dentro del teatro
Kate, de 38 años, y su hijo de 17, pasaron 10 días en el sótano del teatro luego de que su casa quedara destruida por los ataques rusos.
Madre e hijo estaban apretados en las oscuras habitaciones, pasillos y vestíbulos del edificio con docenas de otras familias.
Algunas mujeres, explicó, llevaban bebés de menos de seis meses. Dormían en camas improvisadas hechas con las partes blandas de los asientos del auditorio distribuidas en el piso.
Las partes de madera de los asientos fueron cortadas y utilizadas como leña para cocinar. Durante horas los edificios alrededor del teatro fueron dañados o destruidos gradualmente.
"Sabíamos que teníamos que huir porque pronto sucedería algo terrible", le dijo Kate a la BBC. Un día antes del ataque, ella y su hijo también huyeron del lugar.
"Subimos a un automóvil mientras bombardeaban el teatro y el área", a pesar de que el sitio estaba claramente marcado como un refugio civil, con la palabra rusa "niños" escrita en el suelo en letras grandes.
"El primer día después de lograr salir, no podía hablar. Todos llorábamos. Pero ahora ya no nos quedan lágrimas. No creo que este dolor desaparezca nunca".
El calvario para escapar
El presidente Zelensky dijo que los bombardeos rusos impidieron que las autoridades de la ciudad establecieran corredores humanitarios efectivos hacia la ciudad sitiada.
En largas filas de vehículos y gente, los civiles tienen que pasar por al menos una docena de puestos de control de las tropas rusas para huir de Mariúpol.
Se estima que todavía hay más de 300.000 civiles atrapados en la ciudad portuaria.
"Volvemos a recordar a ciertos líderes occidentales que esto será una derrota moral para ellos... a menos de que Ucrania no reciba armas avanzadas", señaló Zelensky.
El corresponsal de seguridad de la BBC, Gordon Corera, dice que funcionarios occidentales han visto que las confrontaciones han llegado a un punto muerto en los últimos días, pero con "algunos combates bastante feroces" en las áreas en disputa.
"El fracaso del plan original de Rusia había llevado a cambiar su enfoque. Los obligó a tener que reorganizarse y reagruparse", dijo Corera citando a los funcionarios.
Una de las fuentes dice que las fuerzas rusas tienen "una enorme cantidad de municiones de artillería" que podrían permitirles montar un "bombardeo" que dure semanas o incluso más.
Mariúpol "permanece aislada", aunque con una "fuerte resistencia de los ucranianos", aseguró un alto funcionario de defensa de EE.UU. en una nota para la prensa.
"Seguimos viendo fuertes bombardeos allí. Los ucranianos están defendiendo la ciudad", añade.
Mariúpol, un símbolo del sufrimiento de los civiles
Lyse Doucet, corresponsal internacional en jefe, Kiev
Durante los últimos dos días, los equipos de rescate han estado sacando personas de los restos del teatro Mariúpol.
El elegante edificio, un hito cultural, ahora está en ruinas, pero se cree que su búnker subterráneo protegió a más de 1.000 personas, principalmente mujeres y niños, que se refugiaron allí.
El presidente de Ucrania, Volodymr Zelensky, ha confirmado ahora que se han recuperado 130 supervivientes, pero cientos más siguen atrapados.
Acusó a Rusia de deliberar arrojar una bomba en el teatro, lo cual Moscú niega.
Pero las fuerzas rusas han bombardeado y rodeado Mariúpol durante semanas, impidiendo que entre la ayuda que se necesita desesperadamente y evitando que la gente salga.