"No teníamos tiempo de contabilizar los muertos, solo podíamos atender a los heridos que eran muchos".
Así le describió a BBC Mundo el médico haitiano Robinson Gabriel, quien atendió a muchos de los heridos en el hospital de Les Cayes, muy cerca del epicentro del terremoto de magnitud 7,2 que se sintió el sábado y que provocó la muerte de al menos 1.297 personas, según cifras actualizadas este domingo por las autoridades.
Los equipos de rescate siguen trabajando en el país recogiendo los escombros en una búsqueda desesperada de sobrevivientes.
Casas, iglesias y escuelas sobre todo en el suroeste del país terminaron derrumbadas por el sismo.
Hay un número desconocido de desaparecidos y al menos 5.700 personas resultaron heridas, informó la agencia de protección civil.
El terremoto agrava los problemas que enfrenta la empobrecida nación que atraviesa una crisis política tras el asesinato de su presidente el mes pasado.
Las imágenes de agencias y redes sociales muestran también a los residentes tratando de sacar a las víctimas de las ruinas de los edificios.
Mientras, médicos y enfermeros atienden a los heridos en lugares abiertos porque algunos hospitales quedaron muy dañados y corren peligro de derrumbe.
"El servicio de urgencias del hospital tenía muchas fisuras en las paredes, así no se puede trabajar. Las paredes se están por caer. Entonces atendimos en el patio del hospital", contó el doctor Gabriel en comunicación con BBC Mundo.
El mismo médico, que trabaja para la organización sin fines de lucro Hope for Haiti, fue víctima del terremoto ya que vive en la localidad de Les Cayes.
"Estaba en mi casa jugando con mi hija y a eso de las 8 de la mañana todo se empezó a sacudir. Era tan intenso que ni siquiera pude correr para salir. Me acosté sobre mi hija y cerré mis ojos esperando que un escombro me cayera encima", relató.
Tras revisar que su esposa, hija y madre estaban sanas, el médico fue hacia el hospital de Les Cayes y se ofreció como voluntario porque sabía que detrás de la magnitud del terremoto llegarían muchos heridos.
"Al principio éramos solo dos o tres médicos. Al final terminamos siendo unos ocho y recibimos muchos heridos y personas que ya estaban muertas", describió.
"Llegó un momento en el que casi no había materiales. Y empezamos a inventar, a utilizar de manera muy eficiente los pocos recursos que teníamos. Y tuvimos que elegir qué heridos atender".
Gabriel contó que la situación en el hospital se desbordó y que él mismo sintió que colapsaba emocionalmente.
"En momentos recordaba lo que me pasó a mí y me salían las lágrimas porque estuve tan cerca de la muerte", dijo.
El médico confirmó que finalmente llegó ayuda de medicamentos, materiales, y férulas para los heridos.
"Construcciones que se aplastaron como tortas"
El epicentro del terremoto del sábado fue a unos 12 kilómetros de la ciudad de Saint-Louis du Sud, dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Pero el temblor se pudo sentir en la capital densamente poblada de Puerto Príncipe, a unos 125 kilómetros de distancia y en los países vecinos.
Según el balance provisional del daño material, el sismo destruyó al menos 2.868 casas en los tres departamentos más afectados del suroeste del país, al tiempo que causó daños de diferentes consideraciones a otras 5.400 viviendas, así como en varios centros de salud, escuelas, hoteles e iglesias, reportó la agencia de noticias EFE.
Los datos también muestran importantes daños en puentes y carreteras en las zonas afectadas. Muchas de ellas están bloqueadas por el deslizamiento de tierra.
El primer ministro Ariel Henry declaró el sábado un estado de emergencia de un mes e instó a la población a "mostrar solidaridad".
"Lo más importante es recuperar al mayor número posible de sobrevivientes bajo los escombros", dijo.
"Sabemos que los hospitales locales, en particular el de Les Cayes, están abrumados por personas heridas y fracturadas", informó.
Allí, en Les Cayes también vive la chilena Consuelo Alzamora junto a su esposo y a su hijo pequeño de 3 años.
"En ese momento estaba duchándome y mi hijo viene a gritarme: 'Mamá, mamá ¿Qué pasa?' Salí de la ducha, lo agarré y el terremoto era súper fuerte. Nos caímos al suelo y nos quedamos abrazados agarrados de la puerta de la casa", le contó a BBC Mundo en comunicación telefónica.
"Mi marido también estaba. Los tres estuvimos tirados en piso esperando que pasara y rezando que no se cayera la casa", describió.
Alzamora dijo que desde que ocurrió el fuerte terremoto del sábado se han sentido varias réplicas y pese a que su casa no se derrumbó está muy agrietada y tienen miedo de ingresar.
"Estamos viviendo en el patio", aseguró.
Según detalló, en el barrio se derrumbaron varias casas incluyendo la de una vecina de solo 15 años que perdió la vida.
"Vi construcciones que se aplastaron como tortas", comparó.
Y también dijo que los hospitales no pueden atender a todos los heridos.
"Los hospitales están todos saturados. Los doctores y los enfermeros no dan abasto", contó Alzamora que tiene un centro de rehabilitación física y está coordinando con las autoridades locales para también recibir gente herida en su clínica.
Ayuda internacional
Varios gobiernos extranjeros desde Estados Unidos hasta México y Chile, anunciaron que enviarían ayuda a Haití.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que había autorizado una "respuesta inmediata de Estados Unidos" a través de USAID. La ONU también dijo que estaba apoyando el esfuerzo de rescate.
El vecino país de República Dominicana se ofreció a enviar alimentos y equipo médico y médicos cubanos que ya habían estado trabajando en Haití estaban ayudando a atender a los heridos, informaron medios haitianos y cubanos.
De igual forma, líderes de la comunidad haitiana en el sur de Florida como Marleine Bastien señalaron que están organizando el envío de ayuda humanitaria para los damnificados por el terremoto, una catástrofe a la que se suma la posible llegada entre el lunes o martes de la tormenta Grace.
"Mientras continuamos evaluando la situación para enviar ayuda en apoyo a nuestros hermanos y hermanas, les pedimos sus oraciones por un país que ya se estaba desmoronando bajo el peso de una de las peores crisis políticas de su historia", dijo en un comunicado Bastien, directora ejecutiva de la organización Family Action Network Movement (FANM).