A un día de las elecciones británicas, John todavía no sabe a quién va a votar.

Y la razón, aunque pueda ser sorprendente, no es el Brexit.

"Quiero un gobierno que proteja a las personas vulnerables, pero el partido que dice que lo va a hacer? no confío en que sepan organizar el país y la economía", le dice este hombre de unos 60 años a BBC Mundo en una céntrica calle de Londres.

Pocos dudan de que la salida de Reino Unido de la Unión Europea sea uno de los acontecimientos más importantes de la historia reciente.

Tanto que la primera ministra, Theresa May, adelantó las elecciones que se celebran este jueves para reforzar su mayoría parlamentaria y poder aprobar sin escollos las leyes necesarias para salir de la UE, así como afianzar su poder de negociación con Bruselas.

Y, sin embargo, otros temas dominaron la campaña electoral, durante la cual dos ataques perpetrados por extremistas en Manchester y Londres, respectivamente, acabaron con la vida de 30 personas e hirieron a decenas.

"Esta elección se suponía que era sobre el Brexit, y sin embargo no ha habido realmente ninguna discusión sobre los temas principales que afectan nuestra relación futura con la Unión Europea", aseguró recientemente en The Guardian Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea, un centro de análisis con base en Londres.

"El referendo en sí mismo no trató completamente sobre Europa y el Brexit, así que no deberíamos esperar que las elecciones sean tampoco sobre esto", le dice a BBC Mundo Tim Oliver, experto del centro IDEAS, de la London School of Economics.

"El voto del año pasado (el referendo) fue tanto, sino más, sobre las personas que se sienten abandonadas, la economía, la política identitaria, el anti-elitismo, los servicios públicos? Europa y Brexit dieron alguna unidad a las campañas, pero los temas de fondo fueron mucho más domésticos", afirma Oliver.

Una nueva relación con Europa

Algunas cosas sí han quedado claras sobre las posturas de los principales partidos en esta cuestión.

Por ejemplo, se sabe que la primera ministra prefiere salirse de la UE "sin acuerdo" a hacerlo "con un mal acuerdo".

Esto implica que está dispuesta a abandonar la UE tras el periodo establecido de negociación de dos años (que finaliza en marzo de 2019) sin haber asegurado cuál será la relación económica y comercial futura con quienes fueron sus socios desde 1973.

Aunque el objetivo de May, quien hizo campaña a favor de la permanencia en el referendo pero ahora dice que hay que honrar la decisión de los británicos, es lograr un acuerdo amplio de libre comercio con los países de la UE fuera del mercado único.

El líder del partido laborista, Jeremy Corbyn, también apoyó la permanencia, pero al igual que May ha aceptado la decisión y ha pasado a asegurar que buscará una "nueva relación cercana con la UE", protegiendo los derechos de los trabajadores.

Las encuestas reflejan que la mayor parte de los británicos han aceptado el resultado del referendo y lo que quieren es que "el próximo gobierno, sea cual sea, se ponga con la tarea de sacar a Reino Unido de la Unión Europea", asegura el Financial Times.

Esto es lo que opina también un votante conservador de 74 años, vecino del acomodado barrio londinense de Chelsea, con el que habló BBC Mundo y que pidió que le llamemos John.

Asegura que le resulta "bastante indiferente" si Reino Unido sale de la UE con o sin acuerdo, porque ya ha asumido que salir tendrá un coste, "pero estar dentro también" lo tiene, afirma este votante por el Brexit.

Y dice que la decisión de adelantar las elecciones "parecía una buena idea", aunque ya no está tan seguro a la vista de que la distancia en intención de voto entre los líderes de los dos principales partidos se ha ido estrechando.

"Izquierda chiflada"

"El improbable ascenso de Jeremy Corbyn", es el título de un artículo del Financial Times en el que afirma que "a pesar de que se esperaba un desastre, el Partido Laborista ha convertido las elecciones en una seria disputa".

De hecho, analistas coinciden en afirmar que Corbyn, que lleva 30 años en política pero siempre en el ala más a la izquierda del Partido Laborista, nunca tuvo la ambición de liderar la formación.

"Lo convencieron para presentarse solo porque ninguno de sus amigos en la izquierda del Partido Laborista quiso hacerlo", asegura el periodista político de la BBC, Brian Wheeler.

Pero ganó contra todo pronóstico, y repitió la victoria una segunda vez, cuando figuras prominentes de su partido lograron convocar unas nuevas elecciones internas con la intención de desbancarlo.

Y ahora, un político que se desplaza en bicicleta, declarado pacifista y activista del desarme nuclear ha logrado llegar con opciones al final de la campaña, aunque la mayoría de encuestas lo siguen dando como perdedor.

"La idea de que Corbyn está incluso en la contienda [?] ha dejado estupefactos a los comentaristas, al Partido Laborista e incluso a muchos de sus propios parlamentarios", escribe Jim Pickard en el FT.

Su programa de protección de los desfavorecidos y subida de impuestos a las clases altas despierta interés entre los jóvenes como Dominic Pointet, de 28 años, quien va a votar por él.

"Es un estadista, más que un político", asegura Pointet, que vota laborista por primera vez en su vida.

Lo que le gusta de Corbyn es que "escucha a la comunidad, en lugar de a las empresas", aunque le preocupa cómo los laboristas "van a conseguir el dinero para el tren, el sistema de salud, etcétera".

El programa del partido promete aumentar la financiación de la sanidad pública, algo que también prometen los conservadores, y renacionalizar los ferrocarriles.

Pero esas propuestas también pueden hacer dudar a votantes laboristas que no se sitúan tan a la izquierda, como Simon, que dice ser miembro del partido desde hace años.

"No es un líder. Es bueno haciendo campaña, pero hay que ir más allá de tu núcleo de apoyo", asegura.

"Jeremy Corbyn ha llevado al Partido Laborista a la izquierda chiflada, proponiendo la mayor carga fiscal desde la Segunda Guerra Mundial", afirmó en un editorial la revista The Economist en el que apoya al Partido Liberal Demócrata.

Las políticas sociales también pusieron en problemas a Theresa May, cuya propuesta de hacer que las personas mayores paguen por la atención sociosanitaria domiciliaria generó mucha controversia, aunque la primera ministra aclaró después que habrá un límite en lo que la gente tenga que pagar y que se respetarán los primeros US$129.000 de patrimonio.

La seguridad

Pero si un tema ha dominado la última parte de la campaña, ese ha sido el de cómo proteger a Reino Unido de futuros ataques extremistas.

El 22 de mayo, un atacante suicida hizo explotar una bomba en el Manchester Arena al término de un concierto de Ariana Grande, matando a 22 personas.

Y menos de tres semanas después, tres extremistas atropellaron y acuchillaron a decenas de personas en el Puente de Londres, acabando con la vida de ocho de ellas.

Tras el duelo por las víctimas y mientras se desarrollaban las investigaciones sobre los atacantes, empezaron a emerger las críticas a Theresa May por los recortes a las fuerzas policiales aplicados por los sucesivos gobiernos conservadores cuando ella era ministra del Interior, cargo que ocupó desde 2010 hasta 2016.

May respondió diciendo que la policía tiene recursos suficientes y que no solo se trata de los recursos, sino de las capacidades que tienen los agentes que patrullan las calles.

Y unos días después del último ataque en Londres, aseguró estar preparada para modificar las leyes de derechos humanos para, entre otras cosas, facilitar la deportación de sospechosos extranjeros y aumentar los controles sobre los extremistas cuando se cree que son una amenaza pero no hay pruebas para perseguirlos.

Sea cual sea el resultado electoral, sin embargo, es probable que la intensidad reciente de la política británica no ceda.

El Partido Nacionalista Escocés quiere que se celebre otro referendo por la independencia de Escocia antes de que Reino Unido salga de la Unión Europea.

Cuando Theresa May anunció el adelanto electoral el pasado 18 de abril, Jeremy Corbyn dio la bienvenida a la noticia, a pesar de que entonces muchos pensaron que los conservadores arrasarían en los nuevos comicios.

Quedan pocas horas para saber quién tenía razón.

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