El brote de sarampión que afecta a Samoa ha sido devastador, en especial para decenas de padres.
El país del sureste del Pacífico ha registrado casi 4.000 casos de la enfermedad en las últimas ocho semanas, de los cuales 53 han resultado en muerte.
Y de esas víctimas mortales, 50 eran niños menores de 14 años, según las estadísticas del Ministerio de Salud actualizadas hasta este lunes por la mañana.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que causa tos, erupciones cutáneas y fiebre.
Aunque en todo el mundo está disponible una vacuna eficaz y segura, incluso algunos países desarrollados han experimentado un resurgimiento en los últimos años.
En el caso de Samoa, las creencias (desacreditadas por la ciencia) sobre efectos negativos de las vacunas así como un error humano en 2018 han golpeado la aceptación de las vacunas para los niños.
¿Qué tan grave es el brote?
"La gente está nerviosa", le dice a la BBC Sheldon Yett, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el Pacífico.
"Samoa es un país muy pequeño y todos conocen a alguien que ha sido afectado por esto; la situación tiene un tremendo impacto en todos", indicó sobre el archipiélago que tiene una población de unos 200.000 habitantes.
El país se declaró en estado de emergencia el 20 de noviembre.
La mayoría de las reuniones públicas están prohibidas y las escuelas y universidades han sido cerradas mientras continúa la emergencia.
El gobierno indicó que el número total de casos asciende a 3.728. Y tan solo desde el domingo se sumaron 198 pacientes más.
Desde la declaración de emergencia del mes pasado, se ha iniciado una campaña de vacunación masiva que ha conseguido que más de 58.000 personas hayan recibido la dosis.
¿Por qué es tan fuerte en Samoa?
El brote actual se debe, en parte, a que algunos padres rechazan las vacunas por razones filosóficas o religiosas, además de la propagación de falsos rumores de que están relacionadas con el autismo.
Las tasas de vacunación, es decir, el número de niños que han recibido la dosis, recientemente se redujeron a un mínimo del 31% en Samoa, en comparación con el 99% en las islas cercanas de Nauru, Niue y Cook.
Esa baja se ha atribuido, en parte, a la muerte de dos niños.
En julio de 2018, dos bebés murieron en Samoa después de recibir vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola, lo que aumentó los temores de la población sobre la vacunación.
Las investigaciones encontraron que, en lugar de agua, dos enfermeras mezclaron la vacuna con un relajante muscular cuya fecha de caducidad había expirado.
Ambas se declararon culpables de homicidio involuntario y fueron sentenciadas a cinco años de prisión.
"Tenemos que dejar en claro que las vacunas son perfectamente seguras", dijo Yett, del Unicef.
"Estas muertes se debieron a errores humanos. Pero el hecho de que dos hijos murieran el mismo día en la misma institución obviamente causó una gran desconfianza hacia el sistema de salud y las vacunas", señaló.
"Dio la excusa perfecta para las personas que querían difundir información errónea y mentiras".
La epidemia ha generado la promoción de medicinas alternativas que son ofertadas como curas. Algunos reportes indican que lo que en realidad se vende son productos vitamínicos o agua alcalina como tratamiento.
Asegurar la vacunación
La ayuda de EE.UU., Nueva Zelanda y Australia ha favorecido a las autoridades sanitarias locales en Samoa a impulsar la vacunación masiva.
Pero el mensaje clave de la crisis actual, dijo Yett, es que los padres acudan a vacunar a sus hijos: "Las personas que están difundiendo mentiras y desinformación sobre las vacunas están matando niños", dijo.
"La mejor manera de mantener a los niños seguros es asegurarse de que estén inmunizados. La evasión a la vacunación y la difusión de información falsa mata a los niños. Eso está claro: la evidencia habla por sí misma", añadió.
La meta mundial es que cada país tenga un nivel de inmunización superior al 90%.
Países tienen tasas de vacunación mucho más altas y hasta ahora no han reportado ninguna muerte.
En cambio, en las naciones isleñas del Pacífico, como Samoa, Tonga y Fiji, se han visto obligadas a declarar estado de emergencia para afrontar sus brotes de sarampión.
El aumento global
En todo el mundo, la cantidad de casos se cuadruplicó en los primeros tres meses de 2019 en comparación con la misma época del año pasado, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Antes de la introducción de una vacuna en 1963, "ocurrieron epidemias importantes cada 2 o 3 años, en promedio, y el sarampión causó aproximadamente 2,6 millones de muertes cada año", según la OMS.
El número de casos de sarampión disminuyó constantemente en todo el mundo hasta hace tres años, cuando la enfermedad vio un resurgimiento.
Se estima que un total global de 110.000 personas mueren de sarampión cada año.