Los esfuerzos desesperados por encontrar y rescatar al equipo de niños de Tailandia que había quedado atrapado en una cueva inundada conmocionaron al mundo.

Después de que los últimos cuatro niños y su entrenador fueran rescatados este martes, BBC Mundo echa la vista atrás para recordar en imágenes los momentos más destacados de esta historia que se prolongó por 17 días.

El pasado 23 de junio, 12 miembros del equipo de fútbol Jabalíes Salvajes -de edades entre los 11 y los 16 años- se adentraron en la gruta Tham Luang, en la provincia tailandesa de Chiang Rai, junto a su entrenador de 25 años.

La cueva, que tiene una profundidad de 10 kilómetros, es conocida por sus hondos recovecos y sus estrechos tramos.

El grupo había visitado la cueva antes, pero esta vez las intensas lluvias causaron una inundación que terminó por impedirles la salida.

Las alarmas se dispararon cuando los niños no regresaron a sus casas. Fue entonces que los reportaron como perdidos y comenzó la búsqueda.

Los primeros indicios para saber dónde podrían encontrarse fueron las bicicletas del equipo, que los rescatistas encontraron en las cercanías de la entrada de la cueva junto a botas de jugar fútbol y otras pertenencias.

Un día después, los familiares de los niños llegaron al lugar y rezaban por ellos.

Luego de tres días, buzos del ejército tailandés llegaron al lugar para ayudar con la búsqueda.

La esperanza de encontrar a los niños aumentaba cuando hallaron huellas frescas dentro de la cueva.

Los rescatistas consideraron diferentes rutas para adentrarse en la cueva, incluyendo la opción de barrenar una montaña para lograr el acceso.

El miércoles 27 de junio, buzos y otros especialistas en supervivencia de todo el mundo llegaron para ayudar en la búsqueda.

La preocupación por los niños aumentaba, dado que las condiciones climáticas empeoraban con rapidez.

Llevaron bombas extractoras al lugar para ayudar a reducir el nivel del agua, mientras la lluvia no se detenía.

El primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-ocha, visitó a los familiares en el lugar y les ofreció consuelo. "Ellos son atletas. Son fuertes", les dijo.

Medios de comunicación de todo el mundo acamparon en la zona para actualizar minuto a minuto lo que iba sucediendo.

Durante el primer fin de semana, los buzos pudieron avanzar dentro de la cueva gracias a que las lluvias cesaron en parte.

Les llevaron víveres y tanques de oxígeno.

El lunes 2 de julio, los buzos lograron llegar hasta los 12 niños y su entrenador, sanos y salvos tras nueve días de su desaparición.

Se difundió un video que mostraba a los niños a salvo, pero las autoridades enfatizaron que las labores de rescate serían complejas.

Las autoridades advirtieron que era probable que los niños tuvieran que aprender a bucear para salir, o esperar quizás meses hasta que las condiciones del clima mejorasen.

La tensión en el lugar aumentó cuando, a finales de esa semana, uno de los rescatistas murió ahogado dentro de la cueva mientras transportaba tanques de oxígeno para los niños y su entrenador.

En una carrera contra la lluvia, las autoridades designaron un período de tiempo límite para evacuar al equipo. Los niveles de oxígeno dentro de la cueva seguían bajando.

El domingo 8 de julio, los rescatistas aprovecharon una mejoría en las condiciones del clima y la operación de rescate comenzó.

Tras tres complicadas jornadas y arduos trabajos, los últimos cuatro niños y el entrenador fueron sacados del interior de la cueva el martes 10. Los 13 estaban sanos y salvos.

Los niños se encuentran bajo supervisión en el hospital. Sus padres tienen las visitas restringidas por posibles riesgos de contagio con enfermedades a las que los niños pudieron estar expuestos dentro de la cueva.

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