En las redes sociales, una familia de tres brasileños mostraban una vida de inexplicables posibilidades económicas: posteaban fotos y videos a bordo de jetskis, un Rolls Royce, un Ferrari y un Lamborghini.

En Facebook, la familia se jactaba de una vida de lujo en Londres, una de las capitales más caras del mundo, mientras criticaba duramente la corrupción en Brasil, compartiendo textos e imágenes en defensa de las operaciones de la Policía Federal y el Ejército en Brasilia y Río de Janeiro.

Hace dos semanas, el juego fue revelado.

La pareja paulista Flavia Xavier-Sacchi (23) y Renato Dimitrov Sacchi (43), junto al hermano de este último, Raul Sacchi (49) fueron arrestados y condenados en Londres por llevar a cabo un mega-esquema de prostitución, esclavitud moderna, burdeles clandestinos, seguridad ilegal y venta de drogas en la capital inglesa.

La pandilla empleaba al menos a otros cinco brasileños y ganaba millones de libras al año, según Scotland Yard.

La policía británica trabajó durante más de un año con agentes encubiertos en el esquema, descrito como "una red sofisticada de burdeles, para los cuales vendían drogas y controlaban prostitutas, generando ganancias superiores a un millón de libras ", o más de US$1.285.575.

"La gente generalmente es reticente o tiene mucho miedo de contribuir a las investigaciones sobre la esclavitud moderna, por lo que debemos trabajar en construir una acusación y desmantelar estas organizaciones criminales utilizando todas las pruebas posibles", dijo la Policía Metropolitana de Londres en un comunicado.

"Los detectives han pasado meses empleando una variedad de tácticas para construir la investigación contra la pandilla criminal, adoptando un enfoque basado en evidencia para garantizar que sean condenados y llevados ante la justicia. Cualquiera que esté considerando explotar a otros seres humanos para obtener ganancias financieras debería esperar el mismo nivel de investigación y sentencia".

Imperio millonario

El 24 de octubre, después de mucho tiempo de negar cualquier participación en actividades ilegales, Renato y su esposa Flavia Xavier-Sacchi se declararon culpables y fueron sentenciados a más de 8 años de prisión cada uno.

Raul Sacchi, que no admitió su participación en el plan, fue sentenciado por el tribunal a una pena mayor: 9 años y dos meses de prisión.

Según Scotland Yard, los tres eran jefes de la red ilegales de burdeles dispersos en seis vecindarios del norte de Londres y "disfrutaban de estilos de vida lujosos, gastando sus ganancias en la explotación de trabajadoras sexuales en vacaciones de lujo, vehículos y joyas".

El caso fue destacado en los tabloides ingleses más grandes, que describieron a los brasileños como líderes de "un imperio millonario" de prostíbulos y drogas y en Londres.

La investigación comenzó con la denuncia de una joven brasileña, que se acercó a la policía en abril de 2017.

La mujer, cuya identidad se mantiene oculta, dijo que la obligaron a trabajar en los burdeles de la pandilla durante dos meses y que los brasileños dijeron que matarían a su familia en Brasil si intentaba dejar la prostitución. Con la ayuda de las autoridades británicas, logró escapar.

Tras la denuncia, la policía comenzó a visitar burdeles y a atrapar empleados que vendían drogas, especialmente cocaína.

Según la ley británica, la prostitución, o el ofrecimiento de servicios sexuales a cambio de dinero, es una actividad legal. Por otro lado, la explotación de la prostitución, a través de figuras conocidas como el proxenetismo, y la existencia de burdeles están prohibidas en todo el territorio.

"No hay chicas cansadas"

Después de más de un año de trabajo encubierto, los detectives irrumpieron en los burdeles controlados por la familia en los sectores de Cricklewood Broadway y Kenton Court, en Londres.

Allí arrestaron a Antonio Teca Miranda, un brasileño que luego confesó haber participado en actividades de proxenetismo y venta de drogas. Fue sentenciado a dos años y seis meses en prisión.

Las redadas policiales continuaron y otros cuatro brasileños, Maria Carvalho, Tony Simão, Henim Almeida y Anna Paula De Almeida Prudente, fueron arrestados por participar en el plan.

La familia Sacchi fue arrestada siete meses antes del juicio en febrero de este año. En la casa de Renato y Flavia, la policía encontró £50.000 (US$64.278) en efectivo, dos pistolas de descarga eléctrica y una lata de gas pimienta, artefactos utilizados en la seguridad de los burdeles.

En los teléfonos confiscados, los investigadores encontraron una serie de intercambios de mensajes de WhatsApp en los que los acusados discutieron métodos de seguridad y detalles sobre las operaciones del burdel. En uno de los grupos, Raúl Sacchi escribió: "No hay chicas cansadas. Están allí para trabajar".

En conjunto, las penas de todos los involucrados ascienden a 39 años de prisión.

El inspector detective Dan Mitchell, quien coordinó las operaciones, dijo que "a través del escrutinio minucioso de los dispositivos, los detectives descubrieron que el grupo consideraba sus actividades como un negocio legítimo e hizo todo lo posible para protegerlo".

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