Ri Chun-hee es la inconfundible presentadora de noticias de Corea del Norte que informa de las grandes ocasiones: ensayos nucleares y lanzamientos de cohetes.

Y lo hizo otra vez este martes, luego del lanzamiento de un misil balístico intercontinental.

También ha sido la encargada de dar las muertes de los líderes norcoreanos. Ha llorado, reído y gritado en la Televisión Central de Corea del Norte durante más de 40 años.

Nadie sabe con certeza su edad, pero se calcula que tiene entre 70 y 80 años.

Es probablemente una de las presentadoras de noticias que más curiosidad despierta en el mundo.

Pero, ¿qué es lo que realmente sabemos de ella?

Le gusta el rosa...

Ri dijo recientemente en un documental que quisiera dar un paso al costado y abandonar la cámara para formar a las nuevas locutoras de noticias estatales.

Y de hecho parece estar retirada y sólo regresar a la pantalla en las "grandes ocasiones", como la prueba nuclear de esta semana.

Las noticias las da con un llamativo chima jeodori, un famoso vestido coreano, de color rosa.

Recientemente lo usó para informar del último ensayo nuclear así como antes anunció la prueba de bomba de hidrógeno, un arma mucho más potente que la bomba atómica.

Pero el llamativo color no es conveniente para todas las ocasiones.

Ri Chun-hee apareció en la pantalla de negro y se mostró emocionada mientras comunicaba la noticia de la muerte de líderes de Corea del Norte.

No en vano, fue también la escogida para anunciar la muerte de los anteriores líderes, Kim II-sung y Kim Jong-il.

Respetada

Se cree que es personalmente el líder norcoreano Kim Jong-un el que la elige para ofrecer los mensajes de su partido al mundo.

Ri Chun-hee dio en su momento la noticia de que Corea del Norte había conseguido poner un satélite en órbita con el lanzamiento de un cohete. Hecho que fue ampliamente condenado en el mundo como una prueba encubierta de misiles de largo alcance.

Ri es más dramática que el resto de los presentadores de noticias globales.

Y puede pasar del grito al llanto en los largos monólogos en los que no repara en expresar advertencias sobre los males de Occidente.

La presentadora habla en un estilo firme e incluso algo vehemente mientras comunica los mensajes de los líderes de Corea del Norte.

Vive en la capital, Pyongyang, donde su cara aparece en pantallas gigantes mientras la gente mira, aplaude y, a veces, llora.

Puede que no todas esas lágrimas sean genuinas, pero es difícil saberlo en un país donde no mostrar lealtad al único partido estatal puede resultar en pena de muerte.

(*) Esta nota fue publicada originalmente en febrero de 2016.

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