A Costa Rica se la conoce como "la Suiza centroamericana". Pero a sus habitantes a menudos se los acusa de sentirse más cercanos a la gente de Europa que a sus vecinos del continente.

Y, ciertamente, en sectores como salud y educación sus indicadores están mucho más cerca del llamado mundo desarrollado que la mayoría de países centroamericanos.

En 2003, por ejemplo, Costa Rica ocupaba el puesto 32 a nivel mundial según el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.

Y aunque el país cayó hasta la posición 69 en 2016, todavía marcha muy por delante de El Salvador (117), Nicaragua (124), Guatemala (125) y Honduras (130).

Lo que explica porque la identidad costarricense en buena parte se construyó en oposición al resto de los centroamericanos, destacando su diferencia.

"Efectivamente, es una identidad que se construye contra el espejo del resto de Centroamérica", le dice a BBC Mundo Iván Molina, historiador de la Universidad de Costa Rica.

"Pero no es algo puramente imaginario", insiste el autor de "Costarricense por dicha: identidad nacional y cambio cultural en Costa Rica durante los siglos XIX y XX".

Una historia diferente

Para Molina, esa diferenciación tiene "una serie de fundamentos, tanto a nivel institucional como a nivel de procesos económicos y sociales" que, de hecho, ofrecen un modelo de civilidad y de inversión de recursos positivo para el resto de la región.

Aunque el historiador también reconoce que la idea de Costa Rica como un país distinto "ha servido de base para ciertos prejuicios de los costarricenses en relación con el resto de los centroamericanos".

Uno de esos prejuicios es el racial, que todavía hoy se evidencia en ciertas expresiones de rechazo a los migrantes llegados desde Nicaragua.

Y durante mucho tiempo en el país también explicó su diferencia precisamente a partir de la idea de una "Costa Rica blanca".

"Costa Rica es, como lo vemos, el menos poblado de los cinco Estados, pero es por el contrario el mejor administrado y el más tranquilo", destacaba por ejemplo, en 1842, el capitán de corbeta francés Maussion de Candé.

"Lo que se explica fácilmente por su posición geográfica y por la ausencia de mulatos y el color de su población casi exclusivamente blanca", continuaba de Candé, citado por Ronald Soto-Quirós en su texto "Imaginando una nación de raza blanca en Costa Rica: 1821-1914".

Para el investigador de la Universidad de Burdeos, el peso de las teorías raciales de moda llevaron a la clase intelectual del país a concretar una idea de "raza blanca" para acreditar a la población costarricense entre las naciones civilizadas.

Pero, según Soto-Quirós, esa idea no se correspondía con la realidad étnica de la Costa Rica de la época.

Y recientes estudios genéticos confirman que la costarricense es una población eminentemente mestiza.

El mito blanco

"El problema es que aquí en Costa Rica la gente, los historiadores han sido muy chauvinistas, siempre han tratado de poner que el tico es muy blanco", le dice a BBC Mundo el Dr. Ramiro Barrantes, investigador del Centro de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Costa Rica (UCR).

"Y tenemos bastante de blanco, pero los nicas también", explica.

De hecho, para sorpresa de los ticos, algunos estudios han encontrado un menor porcentaje de "sangre blanca" entre ellos que en los pobladores de la vecina Nicaragua.

En al artículo "Mezcla genética interétnica y la evolución de las poblaciones latinoamericanas", publicado en 2014 en la revista Genetics and Molecular Biology, Francisco Salzano y Mónica Sans reseñan una medición que le asigna a los nicaragüenses un 69% de herencia europea, 11% amerindio y 20% africana.

En contraste, los costarricenses investigados por el científico brasileño y su colega uruguaya oscilan entre el 67 y 58% de europeo, 29 y 38% de amerindio y 4% de africano.

Aunque el Dr. Norberto Baldi, de la escuela de Antropología de la UCR, hace notar que ese tipo de resultados dependen de la muestra y marcadores genéticos aplicados para el análisis.

"Siempre hay variantes, incluso dentro de un mismo país, pues las familias se van aglutinando, los grupos étnicos se van aglutinando", le dice a BBC Mundo.

"Pero lo que está claro es que los costarricenses siempre nos habíamos visto más blancos que el resto de Centroamérica y eso resultó ser un mito", asegura el investigador.

"Todos mezclados"

Curiosamente, las últimas investigaciones de Barrantes parecen sugerir que la principal diferencia entre los ticos y el resto de centroamericanos podría ser el importante componente asiático en la herencia genética del tico promedio.

"A nadie se le había ocurrido que era algo a lo que había que ponerle atención, pero viendo el padrón electoral me di cuenta que había al menos un 5% de apellidos chinos en Costa Rica", cuenta el científico.

"Los libros de historia siempre han presentado a la meseta central como un lugar de blancos, de europeos, y las apariencias no decían eso", afirma Barrantes.

Y, según sus mediciones, aunque hay diferencias por región, en promedio el 14,6% de la herencia genética costarricense es negra, el 5,8% asiática, el 33% indígena y solamente el 45% europea.

Según el investigador, eso hace que la población tica mestiza no sea tan diferente de la del resto de Centroamérica.

"Tal vez en Guatemala el porcentaje de herencia indígena sea mayor", dice. Y, de la misma manera, es probable que en Honduras se note un poco más la herencia negra.

Pero, como hace notar Baldi, eso también aplicaría a territorios específicos de Costa Rica como Limón, su más importante puerto en el Caribe.

"Todos estamos mezclados, en diferentes proporciones", afirma el antropólogo de la UCR.

Y, para Baldi, si los costarricenses tienden a creer que son mucho más blancos que los nicaragüenses, es porque la mayoría de la migrantes "nicas" provienen de ciertas zonas geográficas o clases económicas, y no son necesariamente representativos de toda la población de ese país.

Pero dinámicas como la de la migración son precisamente las que también hacen que a herencia genética de un país evolucione constantemente en el tiempo, advierte.

"Costa Rica es el mayor receptor de migrantes de toda la región", destaca. "Y por eso el costarricense típico de hoy es muy diferente al costarricense típico de hace 50 años", le dice a la BBC.

Visión diferente

Para Molina, detrás de las razones de esa migración hay una historia que es la que puede explicar por qué Costa Rica es diferente.

Y eso es algo de lo que los ticos están cada vez más conscientes.

"Hubo una etapa en que para explicar las diferencias se recurría a las supuestas diferencias raciales, es decir, a la idea de que 'Costa Rica es diferente, porque Costa Rica es blanca'", le dice a BBC Mundo.

"Pero con el desarrollo de las ciencias sociales, en Costa Rica se ha avanzado hacia una crítica de ese tipo de 'explicaciones' y en la propuesta de nuevas explicaciones", agrega.

El historiador destaca que si bien toda Centroamérica desarrolló economías agroexportadoras, mientras la mayoría implementaba sistemas de peonaje por deudas u otras formas de coerción de la mano de obra, Costa Rica lo hizo basada en pequeños y medianos productores de café.

"Y mientras en toda Centroamérica hay una prevalencia de regímenes presidencialistas, Costa Rica es el único país que a finales del siglo XIX y principios del XX transita hacia efectivamente hacia una democracia funcional", agrega.

Lo que probablemente explica por qué, según Latinobarómetro, Costa Rica es el único país de la región en donde la mayoría de la población no dice estar dispuesta a aceptar un gobierno no democrático si este resuelve problemas.

Para Molina, sin embargo, el ejemplo más claro de por qué Costa Rica es diferentes es que el país invierte casi cinco veces más en la educación de sus habitantes que sus vecinos centroamericanos.

"Uno puede ver aquí una diferencia muy clara de cómo Costa Rica ve el desarrollo en comparación con sus vecinos del istmo", dice.

Y el Dr. Barrantes insiste en lo mismo.

"Con lo que está correlacionada la mejor situación de Costa Rica es con la educación: no hay duda de que el sistema educativo de Costa Rica llegó a alfabetizar primero a toda su gente", le dice a BBC Mundo.

"No tiene nada que ver con la raza", es su conclusión.

* Este artículo se publica en el contexto de Centroamérica Cuenta, un festival de literatura y pensamiento que se lleva a cabo en Managua, Nicaragua, entre el 22 y el 26 de mayo, y en el que BBC Mundo ofrece el taller "Mitos y realidades del periodismo digital".

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