Se llamó Cybertonia, nació en 1962 en las afueras de Kiev, en la Ucrania soviética, y sus ciudadanos eran algunas de las mentes más brillantes de la época.

Cybertonia era un país virtual, creado décadas antes de que la computación hiciera posible inventar verdaderos mundos virtuales.

Los fundadores de este país eran un grupo de científicos soviéticos que trabajaban en el recientemente inaugurado Instituto de Cibernética de Kiev.

La idea de Cybertonia surgió como una broma durante una fiesta de Año Nuevo en 1960. Pero posteriormente el concepto fue desarrollado en detalle, aunque siempre en tono humorístico.

Los cybertonianos tenían su propio gobierno: el Consejo Robot de Cybertonia y una constitución.

Los ciudadanos tenían un pasaporte, que mostraba un mapa con la ubicación de la futura capital, que se llamaría Cyber City.

El documento también mostraba la mascota oficial de Cybertonia: un robot tocando un saxofón (un guiño al jazz, importado de Estados Unidos, que se había puesto de moda).

Este lugar inexistente incluso tuvo su propia moneda y hasta su diario: el Evening Cyber, que produjo una sola edición.

Según Benjamin Peters, autor del libro "Cómo no conectar una nación: la historia incómoda de la internet soviética", los creadores de este país virtual eran científicos que tenían, en promedio, 25 años.

Inventaron Cybertonia como una forma de aliviar un poco las presiones de su trabajo verdadero: tratar de sentar las bases de la primera internet de la historia.

Victor Glushkov

El líder del grupo era Victor Glushkov, un brillante matemático que había sido nombrado en 1960 director del Instituto de Cibernética de Kiev.

Glushkov, quien también fue vicepresidente de la Academia de Ciencias de Ucrania, es considerado el padre de la tecnología de la información de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

En la década del 60, el joven científico retomó un proyecto que había sido propuesto en la década anterior por el científico militar Anatoly Kitov.

La idea de Kitov era crear una red de computadoras a lo largo de la Unión Soviética.

En ese momento las únicas computadoras que existían en la URSS estaban en manos de los militares y ya funcionaban en red.

Kitov proponía que de noche se permitiera que las usaran representantes de la sociedad civil, con la intención de que esto potenciara la economía soviética.

Su propuesta fue interceptada por sus jefes militares antes de que llegara a manos del líder soviético Nikita Krushchev. Los jerarcas rechazaron tajantemente compartir su tecnología con la sociedad civil: pusieron fin al proyecto y expulsaron a Kitov de las Fuerzas Armadas y del Partido Comunista.

No obstante, unos años más tarde Glushkov revivió la idea, en medio de una carrera con Estados Unidos y Europa que trabajaban en sus propios proyectos para desarrollar una red informática.

La propuesta del matemático era aún más ambiciosa que la de Kitov. Quería conectar 20.000 terminales en todo el país, a través de la red telefónica estatal.

Su proyecto tenía un nombre interminable: Sistema Automatizado Estatal para la Recopilación y Procesamiento de Información para la Contabilidad, Planificación y Gobernanza de la Economía Estatal, pero se conoció como OGAS.

Frustrados

Fue durante la década de 1960, cuando Glushkov y su equipo intentaron convencer a las autoridades soviéticas de financiar este plan, que los visionarios fueron creando su famosa Cybertonia.

Según escribió Peters en su libro, "estos científicos buscaron en Cybertonia su propia Cyberia fuera de Siberia, una forma de escapar del gran error de la era Jruschov".

El país ficticio funcionó como una especie de club social en el que los miembros podían realizar críticas vedadas -y en tono jocoso- sobre los burócratas que les hacían la vida imposible.

Los cybertonianos disfrutaron de simposios, encuentros académicos e incluso fiestas. También llegaron a emitir certificados de bodas para sus miembros.

Pero el país de las cuatro dimensiones ("energía, risas, sueños y fantasías") no pudo sobrevivir a las presiones del mundo real.

Para 1970, el sueño de Glushkov de una internet soviética ya estaba muriendo, bajo el peso de los obstáculos de los líderes comunistas que temían que la red les quitara poder.

Y junto con el proyecto OGAS sucumbió también Cybertonia.

 

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