La Luna se está achicando a medida que su interior se enfría.
Al igual que una uva se encoje cuando se transforma en una pasa, la Luna adquiere arrugas al achicarse, señaló la NASA en un comunicado.
Pero a diferencia de la piel flexible de una uva, la corteza de nuestro satélite es frágil y se quiebra en este proceso, formando fallas en las que una sección de la superficie es empujada sobre otra.
En los últimos cientos de millones de años la Luna se ha vuelto cerca de 50 metros más delgada, indicó la agencia espacial estadounidense.
"Nuestro análisis aporta la primera evidencia de que estas fallas siguen activas y produciendo probablemente lunamotos a medida que la Luna se enfría y se encoge", afirmó Thomas Watters, científico del Centro de Estudios Terrestres y Planetarios del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsoniano en Washington.
"Algunos de estos sismos pueden ser de una magnitud considerable, de cerca de cinco en la escala de Richter", agregó Watters, autor principal del estudio publicado esta semana en la revista Nature Geoscience.
Sismómetros lunares
Watters y los otros investigadores que participaron en el estudio llegaron a sus conclusiones en base a datos de cuatro sismómetros colocados en la Luna por astronautas de las misiones Apollo 11, 12, 14, 15 y 16.
El sismómetro del Apollo 11 operó durante solo tres semanas, pero los otros registraron 20 terremotos lunares entre 1969 y 177, de magnitudes de entre 2 y 5 en la escala de Richter.
Los sismómetros son instrumentos que miden los movimientos producidos durante terremotos y registran el tiempo de llegada y la intensidad de las diferentes ondas, con el fin de estimar la ubicación del punto de origen o epicentro.
Los científicos aplicaron un algoritmo o programa matemático desarrollado especialmente para detectar epicentros de sismos captados por redes de sismómetros poco extensas.
Watters y su equipo encontraron que ocho de los 28 lunamotos poco profundos tuvieron lugar en un radio de 30 km de fallas visibles.
La distancia es lo suficientemente corta como para atribuir los sismos a esas fallas en la corteza lunar.
Fuerzas de marea
Seis de los ocho terremotos lunares atribuidos a fallas tuvieron lugar además cuando la Luna se encontraba en su apogeo, el punto más alejado de la Tierra en su órbita.
Es en ese punto que son más probables los eventos de deslizamientos en las fallas debido a la fuerza gravitacional de la Tierra, indica el comunicado de la NASA.
"Creemos que es muy probable que estos ocho grandes sismos se produjeron por deslizamientos en las fallas a medida que la corteza lunar era comprimida por la contracción global y por fuerzas de marea, lo que indica que los sismómetros de las misiones Apollo registraron que la Luna se está encogiendo y que aún está tectónicamente activa", explicó Watters.
Sismos recientes
Los científicos también se basaron en imágenes detalladas de las fallas obtenidas por la sonda lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), que ha estado fotografiando la superficie lunar desde 2009.
La sonda ha captado más de 3.500 imágenes de las fallas en la superficie del satélite.
Y algunas de ellas muestran rocas deslizadas al pie de áreas más brillantes en las laderas de las fallas o en terrenos cercanos.
Los científicos creen que esas partes brillantes son evidencia de zonas recién expuestas por sismos, porque el material en la superficie se va oscureciendo con el tiempo debido a la radiación.
La Luna no es el único cuerpo de nuestro sistema solar que se ha encogido con el tiempo.
Mercurio tiene grandes fallas de hasta 1.000 km de longitud y más de 3 km de altura, lo que revela que se achicó mucho más que la Luna.
"Iremos para quedarnos"
Para Renee Weber, sismóloga planetaria de la NASA y coautora del estudio, "establecer una nueva red de sismómetros en la superficie lunar debe ser una prioridad (...) tanto para aprender más sobre el interior de la Luna como para determinar el riesgo que representan los terremotos lunares".
La NASA planea enviar astronautas a la Luna en 2024 y establecer misiones sostenibles de larga duración para 2028.
"No iremos a la Luna a dejar banderas y huellas y luego no regresar por otros 50 años", dijo en febrero el actual administrador de la NASA, Jim Bridenstine.
"Esta vez iremos para quedarnos".
"Iremos de una forma sostenible, para permanecer, con módulos de descenso, robots, vehículos motorizados y humanos".