El mercado de las criptomonedas ha causado polémica porque está fuera de la regulación internacional, se mueve con independencia y podría servir de plataforma para actividades delictivas, o al menos opacas.
Son muchas las voces oficiales de gobiernos y bancos centrales que han lanzado duras advertencias para poner límites a uno de los mercados más rentables y, al mismo tiempo, más volátiles de los últimos tiempos.
Cansado de los problemas con la banca internacional y de las restricciones internacionales a los flujos de capital, el gobierno iraní anunció que desarrollará su propia criptomoneda.
El ministro de Tecnología de la Información y Comunicaciones, Mohammad-Javad Azari Jahromi, publicó en Twitter que el Post Bank (un banco estatal ubicado en Teherán,) está trabajando en la creación de la nueva moneda digital.
"Un modelo piloto será presentado al sistema bancario del país para su revisión y aprobación", escribió Jahromi.
El anuncio se produce un mes después de que Donald Trump amenazara con volver a poner en vigor las sanciones económicas contra Irán que fueron levantadas durante el gobierno de Barack Obama.
Actualmente la Casa Blanca revisa cada 120 días si mantiene el bloqueo, según lo estipula el acuerdo nuclear firmado en 2015 con las principales potencias del mundo.
Ahora fue el turno de Irán para mostrar los dientes. No solo por el anuncio de que desarrollará su propia criptomoneda, sino porque este jueves el viceministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, amenazó con retirarse del acuerdo nuclear si no obtiene beneficios económicos y si los grandes bancos continúan evitando a la república islámica.
Bajo los términos de ese acuerdo firmado con Reino Unido, China, Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos en 2015, Irán accedió a restringir su programa nuclear a cambio de la remoción de sanciones que han deteriorado su economía.
A pesar de eso, los grandes bancos siguen manteniendo su distancia con Irán y obstaculizando sus esfuerzos por reconstruir su comercio exterior y atraer inversiones.
"Si las compañías y bancos no están trabajando junto con Irán, no podemos permanecer en un acuerdo que no nos beneficia", dijo Araqchi, principal negociador nuclear de Irán, durante una visita a Londres.
Saltarse las sanciones
"Están desarrollando criptomonedas y minando (descubriendo) criptomonedas a través de ataques cibernéticos para compensar los efectos de las sanciones económicas. Irán se ha unido a Corea del Norte y Rusia al acoger las monedas virtuales", dijo Tom Kellermann, Jefe del área de Ciberseguridad de Carbon Black, en conversación con BBC Mundo.
"Esto le permitirá recibir inversión extranjera directa en su sector financiero para saltarse cualquier sanción económica. Además, le entrega a Irán un mecanismo para lavar dinero proveniente de sus actividades ilícitas, como el apoyo a grupos no estatales" que funcionan en distintos países.
El discurso iraní ha cambiado en los últimos meses. A fines del año pasado el gobierno manifestó su interés en utilizar Bitcoin y otras criptomonedas como una forma de eludir las sanciones económicas impuestas al país.
Sin embargo ahora, volcó su artillería pública contra el mercado internacional de monedas digitales, llamando a sus ciudadanos a no comprar criptomonedas porque "pueden perder sus activos", según informó el medio local Iran Front Page.
Según el mismo medio, el Banco Central iraní declaró que el país no realiza ningún tipo de transacciones en ese mercado y que "las salvajes fluctuaciones de las monedas digitales, junto con las actividades comerciales competitivas en curso a través del mercadeo en red y el esquema piramidal, han hecho que el mercado de estas monedas sea muy poco fiable y arriesgado".
La idea de que los bancos centrales de los países desarrollen sus propias monedas virtuales ha estado presente en foros y discusiones durante los últimos años.
Países como Estonia y Dubái han dicho que están explorando la opción de crear su propia criptomoneda. Y aunque no existe ningún reconocimiento oficial, analistas creen que China, Rusia y Singapur han estado analizando la misma alternativa.
El petro venezolano
La declaración de Teherán se produce la misma semana en que el gobierno venezolano de Nicolás Maduro emitió la fase de preventa del petro, su propia criptomoneda.
"El gobierno recurre al Petro como fuente de financiación en un momento en el que sus ingresos han caído por la baja producción y la reducción de precios del petróleo, principal y casi única fuente de entrada de divisas al país", dijo Daniel García Marco, corresponsal de BBC Mundo en Venezuela.
"A eso se suman las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos que le impiden emitir nueva deuda o refinanciarse a través de las instituciones de ese país", agregó.
La idea del petro es lograr financiamiento fuera de los circuitos de influencia de Estados Unidos. Sin embargo, el Departamento del Tesoro ya lanzó una advertencia contra todos los interesados en invertir en esa moneda virtual.
"Los estadounidenses que se involucren con la futura moneda digital venezolana pueden estar expuestos a sanciones de Estados Unidos", publicó en un comunicado.
Por ahora Washington no ha reaccionado frente al anuncio de Irán.
La nueva moneda virtual iraní, que estaría respaldada por las reservas de petróleo y gas natural, no es necesariamente una garantía para evadir las sanciones económicas.
Pero claramente abre un nuevo escenario en el juego diplomático y vuelve a poner sobre la mesa la discusión sobre quiénes son los grupos que están detrás de las transacciones digitales, hasta dónde puede llegar su opacidad y en qué medida los gobiernos han estado desarrollando potenciales proyectos secretos para tener su propio oro electrónico.
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