Un presidente excéntrico, la muerte trágica de un joven piloto de rally, venta ilegal de armas y poderosos gobiernos y grupos radicales de Medio Oriente.
Todo esto, en un país donde las teorías de la conspiración parecen tener más credibilidad que la versión oficial.
Eso es lo que pasa -o eso es lo que parece confluir- en el caso de la muerte de Carlos Saúl Facundo Menem, más conocido como Carlos Menem junior.
Su padre, Carlos Saúl Menem, fue condenado a 7 años de prisión por supuesta venta ilegal de armas durante su presidencia, de 1989 a 1999, y es recordado por muchos como el gestor de una de las peores crisis económicas que ha vivido Argentina en su historia.
Pero vamos por partes.
La exhumación
Este miércoles un equipo forense retiró, a pedido de un juez, los restos de una tumba donde, al parecer, está el cuerpo de quien era también referenciado como Carlitos.
Su familia, en especial su madre, Zulema Yoma, alega que el cuerpo original fue cambiado por el de otra persona en busca de esconder la causa "real" de su muerte.
El objetivo, entonces, es hacer pruebas de ADN de los restos para probar la teoría de la familia de Carlitos.
Pasarán 45 días para que los argentinos sepan los resultados de dichos exámenes. Que si dan por cierta la teoría del cambio del cuerpo, el giro en esta historia será un terremoto. Uno más.
La muerte
Según la versión que la justicia manejó inicialmente, el 15 de marzo de 1995 Carlitos murió, a sus 26 años, cuando el helicóptero que pilotaba se enredó con un cable de alta tensión.
En una zona campestre a las afueras de Buenos Aires, el helicóptero al parecer se desplomó cuando el joven piloto, junto al también corredor Silvio Oltra, se dirigía a la ciudad de Rosario para probar unos automóviles.
Lo que en su momento fue visto como un accidente que conmovió al país, para su madre siempre fue un atentado.
La señora Yoma asegura que Carlitos sufrió impactos de bala que alguien intentó ocultar al cambiar su cuerpo por otro.
Desde que se produjo la muerte, el caso se archivó y reabrió varias veces, con intervenciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).
Menem aceptó la teoría del accidente en un principio, pero en 2014 cambió de opinión y sorpresivamente apoyó a Yoma.
Las investigaciones del caso siempre generaron dudas, no solo porque las evidencias fueron mal tratadas, sino porque una decena de testigos y peritos involucrados en el caso murieron o fueron atacados en sospechosas condiciones.
El contexto
Los 90 son hoy recordados en Argentina como "la década perdida", en parte porque la crisis económica de 2001 es considerada un efecto parcial del derroche y la irresponsabilidad económica de los años anteriores.
En su momento, sin embargo, los 90 fue un periodo de opulencia y excentricidad.
Menem se codeaba con la farándula internacional en el palacio de gobierno, donde organizaba multitudinarias carreras de automóviles.
Carlitos heredó su fascinación por los carros y la fama.
Además de esto, dos episodios marcaron las presidencias de Menem en los 90: los atentados a entidades israelíes y la venta ilegal de armas.
Un ataque en 1992 a la embajada de Israel que dejó 25 muertos y otro en 1994 a la Asociación Mutual Israelita Argentina que mató a 85 personas fueron atribuidos al grupos islamista libanés Hezbollah.
Ambos son aún objeto de versiones oficiales y no oficiales encontradas e inconclusas, pero la familia Menem asegura que están de alguna manera relacionados con la muerte de Cariltos.
Menem padre es de origen sirio, pero hay quienes creen que una promesa no cumplida al entonces presidente sirio, Hafez Assad, cercano al grupo Hezbolá, fue la supuesta causa de los ataques, entre ellos la muerte de Carlitos.
Por otro lado, Menem fue acusado de tráfico ilegal de armas durante su presidencia con los gobiernos de Ecuador y Croacia, que en ese entonces protagonizaban conflictos armados con otros países.
Y algunas teorías relacionan la venta de armas con los ataques y, por ende, con el supuesto ataque a Carlos junior.
Justo este miércoles, la justicia confirmó la sentencia de 7 años de cárcel al expresidente, quien sin embargo no ha pasado un solo día en prisión y se prepara, a sus 87 años, para una nueva campaña al Congreso, donde es senador y goza de inmunidad desde 2005.
Oriundo de la región agrícola de La Rioja, en el noroeste del país, las encuestas indican que el polémico expresidente volverá a ganar por amplia ventaja.
Allá, se dice, tienen su propias teorías de lo que significó su presidencia. Así como lo que fue la muerte de su hijo y la supuesta relación que ésta tiene con los ataques a entidades israelíes y la venta ilegal de armas.
No hay versión definitiva en esta historia. Y lo que arroje la exhumación del cuerpo será, tajante o no, un giro más que dará de qué hablar. Quizá sea, entonces, una versión más.