La alerta se disparó en el mar de China oriental tras la colisión el pasado sábado entre dos buques a unos 260 kilómetros al este de Shangái.

Uno de ellos, el petrolero Sanchi, lleva en su interior una carga potencialmente dañina para el medio ambiente.

El petrolero, que tras el accidente se vio envuelto en llamas en el mar, carga en sus bodegas 136.000 toneladas de condensado, un tipo ultraligero de combustible.

Los medios de emergencia desplegados junto al buque intentaban contrarreloj evitar los daños que podría provocar el vertido masivo de su carga al mar.

El condensado es muy distinto al crudo oscuro que suele asociarse a una marea negra.

Al contrario que este, se conserva en estado gaseoso dentro de contenedores a alta presión y solo se licua una vez extraído.

El condensado se caracteriza por su baja densidad y, lo que es más peligroso, es mucho más explosivo que el crudo convencional.

No necesita someterse al complejo proceso de refinado de otros crudos más densos y se utiliza para producir carburante para aviones, diésel y combustible para calefacción.

Un peligro invisible

El condensado es altamente tóxico.

Y su principal amenaza estriba en que es incoloro e inodoro, lo que hace mucho más difícil su detección, contención y limpieza.

Si la enorme carga del Sanchi fuera vertida al mar, podría convertirse en un veneno casi imposible de rastrear.

Simon Boxall, del Centro Oceanográfico Nacional de la Universidad de Southampton, Reino Unido, le contó a la BBC otra sustancial diferencia, su resistencia.

"No es como el crudo, que se descompone por la acción microbiana; esta sustancia en realidad mata a los microbios que descomponen el crudo".

Tampoco puede ser retirado de la superficie como el crudo pesado.

Según Boxall, lo ideal sería que pudiera extinguirse el fuego y evitar que el petrolero se hunda.

"Si se hunde con gran parte de su carga intacta, tendremos una bomba de tiempo en el fondo marino que irá lentamente liberando el condensado".

En este escenario, el experto contempla que "podría haber prohibiciones a la pesca en centenares de kilómetros" alrededor de la zona del hundimiento.

Según las autoridades, existe riesgo de que el barco explote.

Catástrofes anteriores

Se teme un desastre ecológico de gran magnitud.

Los expertos aseguran que resulta imposible determinar cuánto crudo ha derramado ya el Sanchi ni cuánto derramará.

El millón de barriles del Sanchi supone un cargamento tres veces mayor que el del Exxon Valdez, que en 1989 encalló en Alaska y provocó un enorme vertido de petróleo que pasó a la historia como una catástrofe medioambiental.

Son muchos los factores que podrían agravar o atenuar el posible desastre.

Uno de los aspectos determinantes es la localización. En el siniestro del Emperatriz del Atlántico en 1979, por ejemplo, solo una pequeña parte de la cantidad vertida acabó alcanzando la costa y causando algún impacto.

Las autoridades chinas, apoyadas por efectivos de Corea del Sur y de Estados Unidos, intentan sofocar las llamas a bordo y mantener el buque a flote.

El Ministerio de Transportes chino informó que los equipos de rescate que intentaron acercarse al buque fueron repelidos por una nube de gases tóxicos.

La tripulación la formaban 32 marinos, 30 iraníes y dos de Bangladesh. No se han encontrado sobrevivientes.

El Sanchi llevaba, además del condensado, una carga inferior de crudo más pesado.

De bandera panameña, el barco navegaba rumbo a Corea del Sur con su carga procedente de Irán cuando chocó contra el Crystal, un carguero registrado en Hong Kong que transportaba grano desde Estados Unidos.

La colisión se produjo en la tarde-noche del pasado sábado por causas que aún se desconocen.

 

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