La Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) dio la espalda a la religión. Pero la Rusia moderna, bajo el mandato de Vladimir Putin ha hecho de la religión, el nacionalismo, el patriotismo y el conservadurismo las piedras angulares del estado.

Hace 100 años, el revolucionario Vladimir Lenin descartó a la religión por considerarla una "abominación".

"Cualquier idea religiosa, cualquier coqueteo con un dios -escribió- es la más inexpresable suciedad, la más vergonzosa infección".

Irónicamente, como apunta el corresponsal de la BBC en Moscú, Steve Rosenberg, después de la muerte de Lenin, sus sucesores lo convirtieron en una figura divina.

Se produjeron retratos y estatuas de Lenin y su cuerpo embalsamado fue colocado en un templo con aspecto de mausoleo en la Plaza Roja de Moscú.

Animados por este vertiginoso culto a la personalidad, durante décadas los ciudadanos soviéticos llegaron a Moscú desde toda la URSS para rendir homenaje al difunto líder bolchevique.

Estaban hasta ocho horas haciendo cola fuera del mausoleo, esperando la oportunidad de pasar ante el cadáver de Lenin.

Qué pensaría Lenin ante los acontecimientos de esta semana en Moscú.

El santo más querido

Una vez más, los rusos han estado haciendo colas durante horas. Pero no para entrar al mausoleo del revolucionario, sino a la Catedral de Cristo Salvador, la iglesia que los comunistas destruyeron y que fue reconstruida desde cero después del colapso de la URSS.

Las colas se han extendido por más de un kilómetro y medio.

En la fila espera Natalya, una mujer jubilada estuvo esperando seis horas, claramente tiene la paciencia de un santo, como el que ha venido a ver y a venerar, San Nicolás.

Obispo nacido en el siglo IV d.C. en lo que entonces era la ciudad griega de Myra (hoy Turquía), inspiró la figura de Papá Noel por su bondad hacia los niños.

Es el santo patrón de los niños, marineros y de los prisioneros que han sido condenados injustamente.

Es el santo más querido por los rusos porque creen que es quien muchas veces ha salvado a Rusia de la catástrofe.

Durante más de 900 años, sus huesos han permanecido en una cripta en la ciudad italiana de Bari.

Pero ahora, después de un acuerdo histórico entre el papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kiril (Cirilo), una de las costillas de San Nicolás llegó en calidad de préstamo a Rusia.

"Estoy muy emocionada", dice Natalya. "Tengo mariposas en el estómago, San Nicolás significa mucho para nosotros".

En la catedral, llama la atención el arca de oro, que fue transportada desde Italia en medio de gran pompa y ceremonia.

La costilla está dentro y puedo verse a través de la cubierta de cristal. Una larga lista de creyentes ortodoxos pasa delante de ella.

Cuando los visitantes se acercan, hacen la señal de la cruz y se inclinan sobre el arca. Algunos apoyan la frente en la parte superior transparente de la caja, luego besan el cristal y se mueven.

A medida que se alejan, se les entrega minifiguras gratuitas de San Nicolás, que han sido bendecidas por el propio Kiril.

Esperando milagros

Muchos de los visitantes llegan con bebés y niños pequeños. Una mujer llega a acostar a su hija cuidadosamente en la parte superior del arca, como si esperara que los poderes milagrosos de San Nicolás se filtren en el cuerpo de la niña, de la cabeza a los pies.

Svetlana está con su pequeño hijo Vanya, que está bastante mal ahora. Le duele el brazo. "He traído a Vanya desde el hospital", dice Svetlana. "Quiero darle esta oportunidad porque realmente creo en los milagros".

Al parecer, también cree en ellos el presidente de Rusia. Vladimir Putin visitó Cristo Salvador esta semana para venerar las reliquias de San Nicolás.

El líder del Kremlin colocó su frente sobre el cristal, luego, al levantarse, se persignó tres veces.

Llama la atención pensar que en tiempos soviéticos el presidente Putin trabajó para una organización -la KGB- que intentó suprimir la religión y que perseguía a los creyentes.

Sin embargo, hoy, el líder del Kremlin abraza abiertamente a la ortodoxia rusa. Se dice que tiene su propio consejero espiritual, el Padre Tikhon.

Es más, bajo el gobierno de Vladimir Putin, la Iglesia Ortodoxa en Rusia ha crecido en poder e influencia.

Esto se debe en parte a que la Iglesia ha ayudado a fortalecer al estado ruso y a quienes están en el poder. También a que el Kremlin sabe que la gente necesita algo en qué creer.

Durante un tiempo, creyeron en el comunismo y el socialismo, pero esas ideas no perduraron.

Por lo tanto, hoy en día, las autoridades están construyendo una nueva ideología para Rusia, que es una mezcla de nacionalismo y patriotismo, conservadurismo y lealtad al Estado, y todo esto respaldado por creencias religiosas.

Lo que nos trae de vuelta a San Nicolás y su costilla. Al mostrar este hueso en Moscú, Rusia no sólo honra a su santo más querido. Trata de excitar, entusiasmar y unir a las decenas de millones de cristianos ortodoxos detrás de una idea común.

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