"Tenemos estas conversaciones y luego desaparecen del ojo público. Pero el hecho de que no se hable de ello constantemente no significa que las mujeres no reciban amenazas, silbidos groseros y acoso todo el tiempo".
Reegan Kay caminaba de regreso a su alojamiento en la universidad de Bristol después de una noche de fiesta con amigos en noviembre cuando fue agredida por un hombre que le rompió un diente frontal y la dejó inconsciente. Así lo relató la joven de 21 años al programa de radio Newsbeat, de la BBC. "Es parte de nuestra existencia diaria", agregó. Pero ella decidió no quedarse callada sobre lo que sucedió y, en cambio, publicó los detalles, incluidas fotos de sus heridas, en Twitter.
Kay describió cómo un hombre la agredió "por decir no", que le escupió, le arrancó el vestido y le dio un puñetazo en la cara.
"Sucede mucho más de lo que la gente se da cuenta. Sentí que si decía algo [públicamente], eso alentaría a otras personas, cuando sucediera algo similar, a compartir sus experiencias".
"Una comunidad segura para compartir"
A principios de este año, la seguridad de las mujeres llegó a los titulares de Reino Unido y fue un tema de conversación importante después del asesinato de Sarah Everard por parte de un policía.
Kay dice que la conversación y la cobertura la animaron a hablar.
"Siento que con tantas mujeres que han hablado [de lo que les pasó], incluso si hubo algo de negatividad, tendría una comunidad segura para compartir mis experiencias".
"Habría solidaridad con otras mujeres que han pasado por cosas similares".
Espera, al compartir su experiencia, mantener abierta la discusión sobre la seguridad de las mujeres.
"No creo que las personas que no lo experimentan deban seguir adelante con sus vidas y no tener que pensar en ello".
"Si las cosas van a cambiar, todo el mundo tiene que pensar en ello de forma consciente, todo el tiempo".
La reacción a la publicación de Kay ha sido "abrumadoramente positiva", pero ha habido una pequeña cantidad de comentarios negativos.
También ha recibido mensajes abusivos de hombres que la culpan por lo sucedido y le piden fotografías explícitas.
"Algunas personas dijeron que estaba mintiendo para tratar de obtener atención dental gratuita. Hubo personas que dijeron que me lo merecía porque debí haber tenido una cierta actitud y no habría sucedido si no hubiera llevado un vestido".
"Una minoría muy pequeña pero ruidosa, cruel. Y esas actitudes están siempre presentes en mucha gente".
Kay ha informado de lo sucedido a la policía.
Un portavoz de la policía de Avon y Somerset dijo a Newsbeat que "la violencia, el abuso y la intimidación contra mujeres y niñas en cualquier forma no es aceptable y simplemente no será tolerado".
Dijo que la policía estaba revisando las imágenes de CCTV del área en el momento del incidente.
"Las mujeres y las niñas deben tener la libertad de vivir sin temor al abuso y el acoso y estamos comprometidos a proteger, apoyar y empoderar a las víctimas para que juntos podamos poner fin a la violencia masculina contra ellas".
Desde el asalto, Kay admite que ha tenido que luchar para mantenerse bien y que cada día tiene sus "altibajos".
"Estoy teniendo dificultades comer y dormir. Me siento muy sensible, vulnerable y asustada", dice.
"Pero también me reconforta tener muy buenos amigos a mi alrededor".
Espera que al hablar sobre su propia experiencia, empoderará a otras personas a hacer lo mismo.
"Defender la autonomía corporal y el derecho a sentirte segura es lo más importante", añade.