Nadie sabe con exactitud el número de cadáveres que dejó en España la represión de Francisco Franco, el general que gobernó al país con mano de hierro desde 1936 hasta su muerte en 1975.

La mayoría de los historiadores calculan que sólo entre 1936 y 1943 hubo aproximadamente 150.000 muertos, entre fusilamientos, ajusticiamientos, víctimas de trabajos forzados o fallecimientos en prisiones y campos de concentración.

Pero el historiador británico Antony Beevor estima que el número total de víctimas se acerca a las 350.000 personas.

Y varios informes coinciden en que España es, después de Camboya, el país del mundo con mayor número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados.

Ese fue, por ejemplo, el caso del poeta Federico García Lorca, fusilado en agosto de 1936: sus restos jamás han sido localizados.

En contraste, los restos de Franco reposan en un colosal mausoleo a las afueras de Madrid: el monumental Valle de los Caídos.

Pero el "Caudillo de España por la Gracia de Dios" -como rezaba el título que el propio Franco se otorgó a sí mismo- ahora podría verse obligado a salir de la losa de granito de 1.500 kilos debajo de la que está enterrado.

"Un insulto"

Efectivamente, después de un acalorado debate, el pasado 11 de mayo el Congreso español aprobó una proposición en la que se pide al gobierno que exhume los restos de Franco y los traslade fuera del Valle de los Caídos.

La propuesta, presentada por el Partido Socialista (PSOE), contó con 198 votos a favor, 140 abstenciones y un solo voto en contra, que fue fruto del error de una diputada.

Y es que para muchas de las miles de familias que perdieron a seres queridos durante la guerra civil y la represión franquista, es un insulto que "el caudillo" esté enterrado en un grandioso mausoleo cuyos gastos de conservación y mantenimiento se calcula que podrían ascender a unos 400.000 euros (US$451.000) al año, pagados con dinero público de todos los españoles.

"(El Valle de los Caídos) es como una pirámide para que Franco pase a la posteridad, un mausoleo para enaltecer a un dictador", le dice a BBC Mundo Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, una organización que tiene como objetivo principal la localización de víctimas de la Guerra Civil Española y de la represión franquista.

"Y lo realmente desconcertante es que en 2017, 42 años después de la muerte de Franco, las familias a las que tanto daño nos hizo nos vemos obligadas por el Estado español a financiar su tumba y las flores frescas que cada dos días se ponen sobre su lápida", agrega.

Para Silva, familiar de un desaparecido a manos del régimen franquista, esa es una forma de maltrato por parte del Estado.

"No es concebible que a la familia de una víctima tirada en una cuneta que no ha podido recibir sepultura se le haga pagar la tumba de la persona que ordenó su asesinato", lamenta.

Aunque la familia del "generalísimo" (otro de los títulos adoptados por Franco) ya ha puesto el grito en el cielo ante la propuesta del Congreso.

"Recibimos con vergüenza y tristeza la votación de esa proposición, intrascendente, manifiestamente ilegal e impropia de una sociedad avanzada", declaró, en nombre de la familia, Francis Franco, nieto del general.

"Resignificar"

El mausoleo en el centro de la polémica fue construido entre 1940 y 1958 por unos 20.000 presos políticos para rendir homenaje y servir de tumba a quienes cayeron luchando en lo que Franco calificó como su "gloriosa cruzada" y la historia conoce como la Guerra Civil Española.

Un total de 15 presos republicanos perdieron la vida en la construcción del panteón, coronado por una cruz de 150 metros de altura que pasa por ser la más grande del mundo.

Y además de Franco, en el Valle de los Caídos están enterrados José Antonio Primo de Rivera (fundador de Falange Española, el único partido admitido durante el franquismo) así como 33.872 combatientes caídos durante la Guerra Civil.

La proposición aprobada por el Congreso, sin embargo, argumenta que la retirada de los restos de Franco del mausoleo es necesaria para "resignificar" ese lugar y conseguir que deje de ser un monumento en honor de "la memoria franquista y nacional católica".

Pero el gobierno del conservador Partido Popular, que dirige Mariano Rajoy, puede decidir no aplicarla.

Y la mayoría de los expertos sospecha que lo más probable es que no lo haga y al final todo quede en papel mojado.

Sin voluntad política

"No hay voluntad política para exhumar los restos de Francisco Franco", reconoce el propio Silva, quien recuerda que los familiares de las víctimas del franquismo empezaron a pedir el retiro de los restos de Franco en 2004, cuando gobernaba el PSOE.

"El partido que ha presentado ahora esa propuesta, tuvo oportunidad de hacerlo cuando gobernaba y no lo hizo. Y nos parece lamentable que lo que no hizo cuando gobernaba lo reclame ahora desde la oposición", subraya.

Los miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, sin embargo, no se rinden y consideran que tarde o temprano se hará realidad su reivindicación de que Franco sea exhumado del Valle de los Caídos.

"Ya tiene un pie fuera de allí", opina esperanzado Silva. "En noviembre pasado los restos del general Mola y del general Sanjurjo, dos de los más estrechos colaboradores de Franco, fueron sacados del Monumento a los Caídos en Pamplona (en Navarra, norte de España) donde reposaban. Ese fue un primer paso", cuenta.

"Y aunque lo retrasen más o menos, Franco también acabará saliendo del Valle de los Caídos".

"Por lógica, porque el que esté ahí es incompatible con el más elemental ejercicio democrático", concluye.

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