Ha sido una semana de pedir disculpas para el gobierno que lidera el conservador Boris Johnson en Reino Unido.
Primero fue el miércoles en el Parlamento. Allí, el primer ministro británico se disculpó ante sus colegas de Westminster por haber participado en una fiesta realizada en mayo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia de covid-19.
Luego, este viernes, un portavoz de 10 Downing Street, la residencia oficial del primer ministro, envió una carta al Palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II, en la que se le presentaban disculpas por la celebración de dos fiestas en la noche previa al funeral del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la monarca, quien falleció en abril de 2021.
"La oficina del Primer Ministro lamenta profundamente que esto haya ocurrido en un momento de luto nacional", se puede leer en el comunicado.
Dichas reuniones también se celebraron cuando el país estaba en confinamiento por la pandemia de covid-19 y regían severas restricciones sobre las reuniones sociales.
El escándalo de las fiestas que tuvieron lugar mientras la mayoría de los ciudadanos británicos no podían reunirse, ni estar con sus familias en los momentos más difíciles de la pandemia, ha causado una ola de "ira y tristeza" en el país.
La situación ha sido tan grave que los líderes de partidos de la oposición como el Laborista y el Liberal Demócrata han pedido la renuncia de Johnson. E incluso varios parlamentarios del propio partido del gobierno han pedido la salida del primer ministro.
Algunos medios británicos señalan que detrás de las filtraciones sobre las fiestas está Dominic Cummings, el que fuera asesor estrella de Boris Johnson y uno de los 'cerebros' de la campaña del Brexit, quien se vio obligado a abandonar Downing Street en noviembre de 2020, tras un prolongado enfrentamiento con la esposa de Johnson.
En BBC Mundo te explicamos los principales puntos de este escándalo, que puede tener consecuencias insospechadas para el futuro político de Boris Johnson.
1. ¿Qué pasó realmente en Downing Street?
Ha sido como subir una escalera y, por cada escalón, encontrarse un detalle distinto y más revelador.
Se podría establecer un punto de partida para el escándalo hacia mediados de 2021, cuando el diario The Sun reveló una foto y un video del entonces secretario de Salud británico Matt Hancock besando a Gina Coladangelo, asesora de la misma cartera de gobierno.
La imagen estaba fechada en mayo de ese año, cuando estaban vigentes serias restricciones y un distanciamiento social instaurados por el propio Hancock para proteger a la población durante la pandemia.
La publicación de esas imágenes obligó a la renuncia del ministro y abrió una puerta que no se ha cerrado aún: la filtración de fotos que muestran a funcionarios de Downing Street en reuniones y fiestas cuando el propio gobierno había prohibido que se congregaran más de dos personas.
Aunque han aparecido en distinto orden, hasta ahora se ha conocido la existencia de varias celebraciones.
Una se realizó en mayo de 2020, y en las imágenes se ve incluso al primer ministro en el jardín de la residencia oficial tomando vino junto a otros funcionarios
También se conocieron reuniones ocurridas en diciembre de ese año, durante las fiestas de Navidad, donde se ve a varios funcionarios que comparten comida y bebida entre ellos.
En ese momento Reino Unido vivía una situación crítica con más de 400 muertes diarias.
En una imagen de esa temporada navideña se puede ver al primer ministro resolviendo un quiz o acertijo típico de las celebraciones británicas de fin de año junto a otras personas en la misma habitación, y sentadas a la misma mesa, el 15 de diciembre de 2020, según la fecha de la foto.
Entre las reuniones se cuentan la despedida de funcionarios que se retiraban del gobierno o la ya famosa fiesta de Navidad del 18 de diciembre de 2020.
Tras la difusión de las primeras informaciones, Johnson negó inicialmente que se hubieran realizado esos encuentros y después dijo que no había participado en ellos.
Eso, hasta las disculpas personales entregadas este miércoles en el Parlamento, en las que admitió que estuvo presente en dichos actos.
Y a estas imágenes se sumaron los detalles entregados a distintos medios británicos sobre reuniones con consumo de alcohol incluso en la noche previa a la ceremonia fúnebre del príncipe Felipe, el 9 de abril de 2021.
Una de las imágenes que más recuerdan los británicos, y que ha resurgido con la divulgación de las fiestas, es la de una Isabel II sola y apartada durante la ceremonia fúnebre de su marido para cumplir con los reglamentos impuestos por el propio gobierno.
De ahí el mensaje de disculpas enviado directamente al Palacio de Buckingham este viernes.
2. ¿Cuál ha sido la reacción en Reino Unido?
La reacción ha sido de "rabia y tristeza", como han resumido varios analistas y líderes políticos en el país.
Por ejemplo, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ha sido especialmente enfático en pedir la renuncia de Johnson ante la avalancha de detalles sobre reuniones sociales en Downing Street.
"Todo esto demuestra el modo gravísimo en que Boris Johnson ha degradado la oficina del Primer Ministro", dijo Starmer esta semana.
Y añadió: "Se acabó la fiesta, primer ministro. La única duda que queda por resolver es si serán los británicos quienes lo echen o su propio partido, o si usted, como la última cosa decente que puede hacer, va a renunciar".
De hecho, muchos británicos han expresado su rechazo ante lo ocurrido. Especialmente aquellos que perdieron a sus familiares por el virus y no pudieron despedirse de ellos.
"Dos semanas antes de que Boris Johnson acudiera a una de estas fiestas, me despedí por última vez de mis padres. Y tuve que hacerlo desde lejos", señaló el periodista Chris Bishop en una columna publicada en el diario Eastern Daily News.
"Lo que más me molesta de todo esto es que, mientras casi todos los demás hacían sacrificios a diario, aquellos cercanos a las altas esferas del gobierno actuaban como si las pautas no aplicaran para ellos", señaló.
También los ciudadanos mostraron su descontento en distintos ámbitos.
"Creo que es repugnante, después de todo. Nos dicen que no podemos hacer esto o que no podemos hacer aquello y que no podemos llevar a nuestros hijos y luego ellos puede tener reuniones sociales con quien quieren, cuando quieren. Realmente no creo que eso sea justo", señaló Sakeena, de 35 años y madre de cinco hijos, en entrevista con la BBC.
Varias encuestas indican además que, de realizarse una elección en estos momentos, el partido Laborista, que está en la oposición, tendría una ventaja de más de 10 puntos.
3. ¿Qué ha dicho exactamente Boris Johnson y qué le espera?
Cuando comenzaron a conocerse las primeras informaciones sobre reuniones en Downing Street, Johnson siempre negó su participación en ellas y se negó por tanto a pedir disculpas.
Sin embargo, las revelaciones hechas en las últimas semanas, que lo sitúan en varios encuentros a lo largo del año, le obligaron a cambiar su discurso.
Esta semana ante el Parlamento aceptó por primera vez haber estado en una de esas reuniones, aunque dijo que siempre pensó que se trataba de reuniones de trabajo.
"Quiero pedir disculpas. Sé de los extraordinarios sacrificios que millones de personas han hecho en los últimos 18 meses. Soy consciente de la rabia que sienten hacia mí y hacia mi gobierno cuando piensan que las reglas no se cumplieron en Downing Street", dijo durante la sesión parlamentaria.
Y añadió sobre la fiesta que se hizo en el jardín de su residencia: "Desde la perspectiva actual, creo que debí haber pedido a todos que volvieran adentro. Debí haberme dado cuenta de que, aunque técnicamente se estaban cumpliendo las recomendaciones oficiales, millones de personas serían incapaces de verlo de ese modo".
Pero, según señalan algunos analistas, lo único que ha conseguido con estas disculpas es tener un poco de aire hasta que aparezca el nuevo capítulo de esta historia: la investigación en la que trabaja Sue Gray.
Gray es secretaria permanente del gabinete de gobierno, pero, sobre todo, es la persona escogida para llevar a cabo la investigación que se ordenó para conocer detalles de las fiestas y establecer si estas de alguna manera infringieron alguna ley.
Ese informe se dará a conocer en unas semanas.
Para la editora política de la BBC, Laura Kuenssberg, "algunos de los aliados de Johnson sugieren que el informe de Sue Gray podría terminar convirtiéndose en un lastre [para Johnson] tras sus explicaciones públicas el pasado miércoles".
"Aunque no signifique su salida inmediata, lo cierto es que pone sobre la mesa algo que antes era impensable: que el periodo de Boris Johnson en el poder podría acabar pronto".
4. ¿Qué es el Comité 1922 y por qué es clave ahora?
Una de las posibilidades que ha cobrado notoriedad en las últimas semanas es la pronta salida de Boris Johnson del gobierno.
Eso se podría dar por varias vías, pero especialmente por dos: que él mismo renuncie a su cargo -algo que por ahora se ve poco probable- o que los miembros de su propio partido lo saquen.
Aquí es donde entra en acción el Comité 1922, que realmente fue creado en 1923 y que consiste básicamente en un grupo de parlamentarios conservadores que se reúnen semanalmente para revisar las estrategias y acciones que el partido está tomando
Pero también, su apoyo es básico para mantener en el poder al primer ministro y los miembros de su gabinete, cuando el partido conservador está en el gobierno, como ocurre actualmente.
De hecho, el comité tiene una herramienta de voto de no confianza que funciona de la siguiente manera: si un parlamentario conservador no está de acuerdo con el liderazgo del partido, puede enviar una carta al director del Comité 1922.
En el caso de que llegaran cartas del 15% de los parlamentarios conservadores en la Cámara de los Comunes expresando disconformidad con el liderazgo partidario, sería posible convocar a un voto de confianza hacia el actual líder, que puede acabar con su renuncia al puesto.
En el caso de Boris Johnson, sería su final como primer ministro.
Hasta el momento se ha conocido que seis parlamentarios han expresado públicamente su disconformidad, pero se necesitarían 54 cartas (en el momento hay 360 parlamentarios conservadores) para que se convoque una votación.