Tras pasar casi ocho meses detenida, la justicia en Argentina le otorgó este lunes la "excarcelación extraordinaria" a Eva Analía De Jesús, más conocida como Higui.

La mujer de 43 años estaba presa por haber matado a un hombre que presuntamente intentó violarla junto con un grupo de atacantes.

El caso de Higui -apodada así por su parecido al excéntrico exarquero colombiano René Higuita- causó indignación entre algunos sectores en Argentina e incluso en el exterior.

El caso ha sido tan sonado que el mismo jugador, uno de los futbolistas colombianos más famosos del mundo, salió en defensa de la argentina.

Los defensores de Higui, que incluyen a varias organizaciones de mujeres argentinas, como Niunamenos, afirman que fue atacada por ser lesbiana y que ejerció su legítimo derecho a la defensa.

En los últimos meses se realizaron movilizaciones y una campaña por redes sociales para defender su inocencia.

Pero la fiscalía del partido de San Martín, en las afueras de Buenos Aires, donde se lleva el caso, dijo a BBC Mundo la semana pasada que aún se investiga "como un homicidio simple" lo ocurrido en la noche del 16 de octubre, cuando murió acuchillado Cristian Rubén Espósito.

La abogada Raquel Hermida, miembro de la Red de Contención contra la Violencia de Género y principal defensora de Higui, confirmó la excarcelación en entrevista con medios locales y dijo que "la liberan porque no hay peligro que Higui se fugue".

Análisis, Daniel Pardo, BBC Mundo, Buenos Aires

La excarcelación de Higui muestra que organizaciones como Niunamenos, que ejercieron fuerte presión para su liberación, tienen cada vez más influencia e impacto en Argentina.

La última marcha contra la violencia de género, hace diez días, reunió a decenas de miles de mujeres en todo el país, y muchas de ellas estaban ahí concretamente para exigir la liberación de Higui.

Pero a pesar de que la sanción social a los ataques de género, las cifras de feminicidios no han disminuido.

La liberación de Higui, quien no ha sido absuelta de los cargos presentados en su contra, es considerada para sus defensores como una pequeña victoria en la difícil pero para muchos crucial tarea que enfrentan las organizaciones de mujeres tanto en Argentina como en toda América Latina.

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