Un fármaco que suprime el apetito logró que un grupo de personas perdiera más de un quinto de su peso corporal, según reveló un importante ensayo internacional.

Estas recibieron una dosis semanal inyectable de semaglutide, así como recomendaciones sobre dieta y ejercicio.

El estudio, en el participaron cerca de 2.000 personas, mostró una pérdida de peso promedio de 15 kg durante el ensayo de 15 meses.

Los científicos señalan que los resultados podrían marcar una "nueva era" en el tratamiento de la obesidad con aún más terapias en el horizonte.

Jan, de Kent, un condado en el sureste de Inglaterra, perdió 28 kilos, el equivalente a más del quinto de su peso.

"El fármaco cambió mi vida y modificó completamente mi enfoque de la comida", dice.

Según explica, hacer dieta la hacía sentir "miserable", pero el fármaco resultó completamente diferente porque sentia menos hambre.

"Sin esfuerzo"

Ahora que Jan ya no está en el ensayo, su apetito ha regresado y ha comenzado a aumentar de peso.

"Durante la prueba, perder peso era algo que no sentía como un esfuerzo, pero ahora siento que es una batalla constante con la comida".

El semaglutide les resultará familiar a las personas que lo usan como tratamiento para la diabetes tipo 2, pero este ensayo utilizó dosis más altas.

El medicamento actúa interfiriendo con los niveles de apetito del cuerpo e imitando a una hormona llamada GLP1 (péptido similar al glucagón tipo 1) que se libera después de ingerir una comida abundante.

Como parte del ensayo, a algunas personas se les suministró el fármaco y a otras una inyección con un placebo. A ambos grupos se les dieron consejos sobre un estilo de vida saludable.

Los resultados, publicados en el New England Journal of Medicine, mostraron que las personas perdieron un promedio de 15 kg con semaglutide en comparación con 2,6 kg sin la droga.

32% de las personas a las que se les suministró el fármaco perdieron un quinto de su peso, en comparación con menos del 2% que perdieron aquellas que recibieron el placebo.

"Nueva era"

"Esto cambia las reglas del juego por la cantidad de pérdida de peso que provoca", le dijo a la BBC Rachel Batterham, profesora de UCL (University College London) y una de los investigadoras de Reino Unido

"He pasado los últimos 20 años investigando la obesidad, hasta ahora no hemos tenido un tratamiento eficaz para la obesidad aparte de la cirugía bariátrica".

Según explicó Batterham, perder peso puede además reducir el riesgo de enfermedad coronaria, diabetes y el desarrollo de un cuadro grave de covid-19.

El semaglutide ha sido presentado a los organismos reguladores de medicamentos, por lo que actualmente no puede recetarse de forma rutinaria.

Sin embargo, Batterham espera que el medicamento sea utilizado inicialmente por clínicas especializadas en pérdida de peso en lugar de estar ampliamente disponible.

El tratamiento provocó efectos secundarios entre los que se incluyen náuseas, diarrea, vómitos y estreñimiento.

Ahora se están llevando a cabo estudios de cinco años para ver si la pérdida de peso se puede mantener a largo plazo.

De acuerdo a Stephen O'Rahilly, profesor de la Universidad de Cambridge que no participó en la investigación, "la cantidad de peso perdido alcanzada es mayor de la que se ha visto con cualquier fármaco aprobado para la obesidad".

"Este es el comienzo de una nueva era para el desarrollo de medicamentos para la obesidad, con un objetivo a futuro de lograr niveles de pérdida de peso comparables a los del semaglutide, con menos efectos secundarios".

Duane Mellor, nutricionista de la Escuela Médica Aston, en Reino Unido, quien tampoco forma parte del estudio, dijo: "Es útil tener una opción potencial para ayudar a las personas a perder peso, sin embargo, debemos reconocer que la pérdida de peso seguirá necesitando cambios en el estilo de vida y que cualquier medicamento o cambio en el estilo de vida puede traer riesgos y efectos secundarios potenciales".

"Por ello, siempre es buena idea consultar con un profesional de la salud antes de intentar bajar de peso".

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