El nuevo peligro para la inundada Texas proviene de una planta química ubicada a 34 kilómetros de Houston en la que ya se registraron dos explosiones.

Durante las fuertes lluvias e inundaciones provocadas por el huracán Harvey, el complejo perdió la capacidad de refrigerar los componentes químicos que necesitan mantenerse fríos.

Arkema, la compañía dueña de la planta, advirtió de que no hay manera de prevenir otra explosión.

Los equipos de emergencias ya reportaron dos explosiones en horas de la madrugada, así como la presencia de humo negro saliendo de la planta, que está ubicada en Crosby, en el condado de Harris.

Más tarde, los funcionarios del condado confirmaron que hay presencia de químicos en la atmósfera liberados desde la planta, aunque no se cree que sean producto de las explosiones reportadas.

Antes de las mismass, un policía que trabajaba en las labores de asegurar el lugar ya había sido llevado al hospital tras inhalar gases. Otros de sus compañeros también fueron ingresados como medida de precaución.

"Aproximadamente a las 2:00 am (7:00 GMT) fuimos notificados por parte del Centro de Operaciones de Emergencias del Condado de Harris de dos explosiones y humo negro saliendo de la planta Arkema en Crosby, Texas", informó la propia empresa en un comunicado.

"Queremos que los residentes sepan que nuestro producto se almacena en múltiples locaciones en el lugar, y existe la amenaza de una explosión adicional. Por favor no regresen al área dentro de la zona de evacuación hasta que las autoridades anuncien que es seguro", agregó Arkema.

¿Qué ocurrió en la planta química?

En la planta se fabrican peróxidos orgánicos -componentes usados para hacer desde productos farmacéuticos a materiales de construcción-, que pueden ser peligrosos a altas temperaturas.

El complejo detuvo su producción el viernes, antes de que la tormenta tocara tierra. Pero las intensas lluvias igual causaron problemas.

Los 102 centímetros de lluvia en el área inundaron el lugar y provocaron el corte de la electricidad, informó la compañía en un comunicado. Los generadores de respaldo también quedaron inundados.

Pero el principal problema es el fuego.

"Cualquier fuego probablemente parecerá gasolina ardiendo", le dijo Richard Rowe, director ejecutivo de la compañía, a la agencia Reuters antes de los reportes de las explosiones. "El fuego será intenso".

Agregó que el humo negro podría producir irritación en la piel, los ojos y los pulmones. "El agua que está en el lugar y la falta de electricidad nos deja sin forma de prevenirlo".

Aunque se espera que el fuego pueda ser contenido en la zona del complejo, las autoridades ordenaron la evacuación de los residentes en un radio de 2.4 kilómetros como medida de precaución.

Los últimos trabajadores de la planta fueron evacuados el martes.

La Administración Federal de Aviación emitió una prohibición temporal de volar cerca de la planta.

Al menos 33 personas murieron en el este de Texas tras el paso de la tormenta, que según el Servicio Nacional Meteorológico de Estados Unidos se degradó a una depresión tropical.

Aún se esperan fuertes lluvias desde Luisiana a Kentucky los próximos días, mientras los bomberos en las áreas inundadas de Houston empezarán una búsqueda puerta a puerta para salvar posibles sobrevivientes que quedaron atrapados y recuperar los cuerpos de los fallecidos.

"Iremos bloque a bloque puerta a puerta... para estar seguros de que nadie queda atrás", dijo Richard Mann, asistente del jefe de bomberos de la ciudad, según el Houston Chronicle.

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