33 mineros atrapados en una mina en Chile en 2010. 12 adolescentes y su entrenador de fútbol aislados en una cueva en Tailandia en 2018.

En ambos casos hay países enteros en vilo, vidas pendiendo de un hilo y un enorme esfuerzo internacional para salvarlas.

Cada minuto cuenta en la carrera para rescatar a los niños tailandeses y su entrenador, que permanecen atrapados desde hace casi dos semanas en una caverna montañosa parcialmente inundada.

"No pierdan la esperanza de que serán rescatados y ayúdense mutuamente", dijo en un mensaje de aliento a los niños tailandeses Omar Reygadas, uno de los mineros chilenos.

Y es que el confinamiento, la incertidumbre y el temor son comunes en ambas adversidades, aunque difieran los sitios y las opciones de rescate.

En BBC Mundo te contamos cuáles son algunos de los parecidos y las diferencias en las circunstancias que rodean los casos de los mineros chilenos y de los niños de Tailandia.

1. El sitio

Los niños, de entre 11 y 16 años de edad, y su entrenador de fútbol de 25 años, quedaron atrapados el 23 de junio cuando fueron a explorar el complejo de cuevas Tham Luang en un parque forestal en el norte de Tailandia.

Los menores fueron hallados después de nueve días de un operativo de búsqueda en el que participaron unas 1.300 personas.

Los menores se encuentran en un pasaje de terreno seco a más de 3 km de la entrada de la cueva, que está a una profundidad de entre 800 metros y 1 km de la cima montañosa.

Pero ¿cómo acabaron los niños en un punto tan alejado de la entrada de la cueva?

"Los menores ya habían estado en esa cueva en otras ocasiones", dijo a BBC Mundo Nopporn Wong-Anan, jefe del Servicio Tailandés de la BBC.

"Decidieron que después del entrenamiento irían a la cueva a explorar un rato. Una posibilidad es que cuando quisieron salir, la entrada estaba inundada por la lluvia y comenzaron a buscar otra salida y se perdieron en la oscuridad".

Los mineros en Chile, en cambio, quedaron atrapados el 5 de agosto bajo unos 750 metros de tierra.

El motivo fue un derrumbe en la mina San José, en un yacimiento en Copiapó, en el interior del desierto de Atacama, unos 800 km al norte de Santiago.

El 22 de agosto, luego de 17 días del derrumbe, una sonda llegó al sitio donde se encontraban los mineros.

En un extremo de la sonda, los mineros colocaron la nota en lápiz rojo que se volvió célebre: "estamos bien en el refugio los 33".

Los mineros fueron rescatados finalmente después de permanecer 69 días bajo tierra.

2. Opciones de rescate

Los mineros chilenos fueron rescatados en el interior de una cápsula, la célebre cápsula Fénix 2 que se introdujo verticalmente por un estrecho túnel.

El ascenso de cada minero se realizó por ese túnel de 66 cm de diámetro completamente oscuro.

El operativo funcionó sin problemas técnicos y concluyó tras 22 horas de ascensos y descensos cada vez más rápidos.

El viaje de la cápsula Fénix 2 para sacar al primer minero, Florencio Ávalos, duró casi una hora. El viaje del último, Luis Urzúa, duró unos 20 minutos.

En el caso de Tailandia, las autoridades señalaron que los niños están aprendiendo a bucear con bombonas de aire para salir de la cueva, que tiene canales estrechos y sectores bajo agua.

Bill Whitehouse, del Consejo de Rescate de Cuevas británico, advirtió que es una opción riesgosa.

"Bucear en cuevas es muy difícil. ¿Qué pasaría si un niño comienza a bucear y algo sale mal y entra en pánico? Además, la visibilidad en esas aguas llenas de barro no es de más de un metro", señaló el rescatista a la BBC .

El experto cree que habría otra opción.

"Si pudiéramos tener la certeza de que la cueva no se inundará por completo durante la temporada de lluvias y los niños tienen provisiones, entonces esperar unos meses hasta que bajen las aguas puede ser más seguro".

Otra opción que se considera es perforar agujeros en las paredes de la cueva, pero se necesitaría construir nuevos caminos sobre la superficie de las cuevas para acomodar el pesado equipo de perforación necesario para atravesar la roca.

Pero las autoridades tailandesas advirtieron que el rescate podría demorar meses.

3. El clima

En el caso de los mineros chilenos se temía que una neblina llamada localmente "camanchaca" pudiera afectar al rescate, algo que no sucedió.

En Tailandia, el gran temor es el impacto de las fuertes lluvias que se esperan en el norte del país, entre el 7 y el 12 de julio.

De comenzar las precipitaciones parte del trabajo realizado para bombear agua de los túneles quedaría anulado.

Esperar que el nivel del agua disminuya sin drenaje podría tomar meses, dado que la temporada de lluvias de Tailandia dura hasta octubre.

4. La salud física

Cuando dos buzos británicos encontraron con vida a los niños tailandeses, lo primero que les preguntaron fue qué día era y si tenían algo para comer.

Los menores y su entrenador están siendo alimentados con suplementos energéticos y vitaminas.

Un grupo de soldados liderados por un médico militar entró a la cueva y permanecerá con los niños hasta el rescate.

En el caso de los mineros, uno de los relatos célebres es que con una misma cucharita compartieron una lata de atún, unas de las escasas provisiones que tenían.

17 días después del derrumbe, fue posible enviarles alimentos en una sonda que también funcionaba como canal de comunicaciones con el mundo exterior.

Jean Christophe Romagnoli, uno de los médicos que tuvo a su cargo el bienestar de los mineros chilenos hasta el rescate, señaló que la respuesta fisiológica de los niños en Tailandia puede ser mejor que la de adultos en situaciones similares.

"Los mineros tenían una variedad de enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes, que no suelen aparecer hasta después de los 30", afirmó en declaraciones a la prensa estadounidense.

5. La salud mental

Romagnoli señaló que una de las mayores dificultades en el caso de los niños es que no están preparados para permanecer en espacios cerrados, a diferencia de los mineros.

Y la sensación de falta de espacio puede disparar ataques de pánico y sensaciones de claustrofobia.

Pero un factor a favor de los menores es que juegan juntos al fútbol y pueden tener un fuerte sentimiento de equipo.

La incertidumbre con que batallaron los mineros fue tal vez mayor, ya que no supieron durante semanas si lograrían ser rescatados.

Los niños, en cambio, saben que se manejan diferentes opciones de rescate, están acompañados por militares y tal vez no sopesen al igual que los adultos la gravedad de la situación en que se encuentran.

Varios expertos destacan la importancia de que los niños cultiven el espíritu de equipo realizando actividades en conjunto, como hacer inventarios de las provisiones o rezar.

Para Omar Reygadas, será fundamental el papel del entrenador.

"Si es una persona motivadora, creo que los va a motivar para que se mantengan en buen estado y con fuerza para esperar el momento de ser rescatados", dijo el minero chileno en su mensaje a los niños de Tailandia.

Reygadas les dijo: "No tengan vergüenza de sentirse asustados. Nosotros también estuvimos asustados, también nos corrieron nuestras lágrimas. Siendo hombres adultos, lloramos"

6. En la mira internacional

Más de 1.000 millones de personas vieron por televisión el rescate de los mineros, que fue producto de un gran esfuerzo internacional.

La cápsula Fénix 2 con la que se rescató a los chilenos, por ejemplo, fue diseñada con ayuda de la NASA.

En el caso de Tailandia, expertos de Estados Unidos, Japón, China y Australia, entre otros países, participan en el operativo para salvar al grupo.

Más allá de las diferencias de edad o geográficas, seguramente la experiencia de estar atrapados en una situación de vida o muerte cambiará a los niños y a su entrenador para siempre.

En el caso de Chile, el minero Samuel Ávalos dijo haber experimentado un proceso de conversión que le hizo sentirse "cerca de Dios".

Otro de los mineros, Mario Sepúlveda, dijo poco después de ser rescatado: "Yo creo que el amor es lo más hermoso que pueda existir en la vida".

"Enterré 40 años de mi vida y voy a vivir muchos más para hacer un nuevo renacer", aseguró.


 

Publicidad