América Latina rara vez llega a figurar en las campañas electorales francesas, pero las de este año hubo una pequeña excepción.
Los problemas de la Guayana Francesa -un departamento de Francia en tierras de América del Sur- obligó a que los candidatos posaran, aunque fuera temporalmente, su mirada en el continente.
Y, en ese contexto, el principal candidato de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, formuló una propuesta cuando menos provocativa: la adhesión de Francia en la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA.
Según Mélenchon, la entrada de Francia en la organización fundada y promovida por Hugo Chávez simplemente buscaba que los territorios de ultramar franceses, y en particular los del Caribe, se insertaran en la economía de su región.
"¡No estoy proponiendo salir de la Unión Europea para entrar al ALBA! ¿Cómo pueden creerme tan estúpido?", se defendió el candidato, luego de que su propuesta o hiciera motivo de las burlas del candidato centrista Emmanuel Macron.
Y al final, fue precisamente Macron quien pasó a la segunda ronda, donde medirá fuerzas con la candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen, quien también ha amenazado con sacar a Francia de la UE.
Visiones antagónicas
Ese primer resultado prácticamente garantizó que el tema de América Latina no volviera a asomarse en la contienda electoral francesa.
Pero en el repechaje de este 7 de mayo los franceses están fundamentalmente llamados a elegir entre dos visiones antagónicas de la que debe ser la relación de Francia con el mundo.
Y para Gaspard Estrada, director del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC) del Instituto de Estudios Políticos de París -la célebre Sciences Po- eso hace muy fácil identificar el mejor resultado para América Latina.
"Una alternativa claramente mucho peor que las demás, sería la elección de Marine Le Pen, en el sentido que ella abiertamente aboga por el proteccionismo", le dice Estrada a BBC Mundo.
"Claramente los acuerdos comerciales -la actualización, por ejemplo, del acuerdo de libre comercio entre México y la Unión Europea, que hoy está en renegociación- no van a ser una prioridad de su gobierno. Al contrario va a intentar reforzar los muros, reforzar las fronteras", explica.
"Mientras que Emmanuel Macron ha planteado su voluntad justamente no solo de mantener la UE sino también de profundizarla", destaca el investigador de Sciences Po.
Más allá de la UE
Para Estrada, todavía no está claro si eso se traduciría en la continuidad de la política de acercamiento a América Latina impulsada por el gobierno de François Hollande.
Pero esa podría ser una forma de equilibrar "un poco más hacia el oeste" a una organización que empezó a ver más hacia el este a partir de la ampliación de 2004, cuando se produjo la incorporación de países como la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, letonia, Lituania, Hungría y Polonia.
Y un giro en ese sentido también sería una buena forma de aprovechar las oportunidades económicas que según el director de la Cámara de Comercio Latinoamericana en Francia, Francisco Queiruga, se están multiplicando en la región.
Pero además, la continuidad misma de la Unión Europea -que se vería amenazada con una victoria de Le Pen- también es importante para una América Latina.
Entre otras cosas, porque los acuerdos comerciales que se están negociando o renegociando con Bruselas permiten acceder a un mercado gigantesco que de otra forma requerirían negociar individualmente con 28 países.
Queiruga, sin embargo, no cree que Le Pen vaya a poder sacar a Francia de la UE.
"Nadie que llegue a la presidencia va a tener mayoría parlamentaria. Y no se puede sacar a Francia de Europa sin mayoría parlamentaria", le dice a BBC Mundo.
"La vía del referendo tampoco lo permitiría, porque el 70% de los franceses quieren seguir en la UE", agrega.
Y el director de la Cámara de Comercio Latinoamericana en Francia cree que ambos candidatos tendrían razones para ampliar la presencia francesa en América Latina, "porque ambos tendrían que competir con EE.UU.".
Puntos de encuentro
El análisis de Estrada, sin embargo, sugiere que bajo un gobierno Macron Francia y América Latina tendrían más objetivos comunes, como por ejemplo la defensa de un multilateralismo que no parece interesar a Le Pen.
Y, según el experto de Sciences Po, esa es una coincidencia que no está basada exclusivamente en conceptos, sino en intereses puntuales.
"Francia dispone de posiciones de poder dentro de Naciones Unidas y varios países de América Latina también, en particular México y Brasil", le dice a BBC Mundo.
Y, efectivamente, un brasileño es el actual director general de la FAO y otro preside la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras que una mexicana es la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Pero además, otro mexicano encabeza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), que aunque no es parte de Naciones Unidas es un ejemplo del tipo de organismos multilaterales que gustan a Macron pero son rechazados por Le Pen.
Y las visiones antagónicas sobre la globalización de ambos candidatos también se expresan en sus diferentes posturas sobre la inmigración, algo que afectaría directamente al cuarto de millón de latinoamericanos que actualmente viven en Francia.
Una comunidad entre la que no parece haber mucha simpatía por Le Pen.
"Cambiaría todo"
"Toda la gente que yo conozco le tiene temor a un triunfo de la extrema derecha, porque para los migrantes cambiaría todo", le dice a BBC Mundo Yaneli Gómez, embajadora de la asociación Jóvenes Latinos en París.
Y es que si bien el discurso anti-inmigrante de Marine Le Pen está enfocado en las comunidades africana y musulmana de Francia, "igual nos afecta a todos", afirma la joven mexicana.
Y Gaspard Estrada coincide: "Al ser un mensaje xenófobo hacia todo lo que no sea franco francés -al menos lo que ella considera como franco francés- no se puede excluir que eso afecte a la población latinoamericana residente en París", le dice a BBC Mundo.
"Ella ha hablado de salirse del espacio Schengen, de hacer pesquisas para sacar a los migrantes ilegales", ilustra Gómez.
Y, en contraste, la joven mexicana considera que con una victoria de Macron la relación con América Latina seguiría "más o menos igual".
Lo que, en un año lleno de sorpresas -no todas buenas para la región- tal vez sea lo mejor a lo que se puede aspirar.