Trece años después, Haití empezará a caminar por su propia cuenta a partir de este domingo.

La nación más pobre del hemisferio occidental, que sufrió en 2010 el terremoto más mortífero del que se tenga registro, dejará de contar con la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) a partir de este 15 de octubre.

Los miles de militares, policías y funcionarios que la ONU desplegó en 2004 abandonarán el territorio haitiano para dejar las tareas de seguridad y desarrollo en manos del gobierno de Haití.

"Trece años después, Haití es un lugar muy diferente", consideró la jefa de la Minustah, Sandra Honoré, a la agencia EFE.

La funcionaria destacó la consolidación de la democracia en el país, el refuerzo de sus fuerzas del orden y las mejoras en el estado de derecho.

Y es que la presencia de la Minustah fue clave en varios momentos de los pasados 13 años en Haití, aunque en ese periodo también la fuerza extranjera estuvo envuelta en varios incidentes.

Estos son 5 episodios que marcaron la presencia de la misión de la ONU en Haití.

1. El desembarco en Haití

Era el año 2004 y Haití estaba envuelto en un caos por las disputas por el poder.

A principios de ese año, en la ciudad de Gonaïves estalló un conflicto armado que rápido se propagó hacia otras ciudades hasta que los insurrectos llegaron a dominar el norte del territorio haitiano.

La explosiva situación motivó al Consejo de Seguridad de la ONU a autorizar el despliegue de una fuerza multinacional de 6.700 militares, los llamados "cascos azules", además de 1.622 policías civiles para restablecer el orden.

Se estableció en un momento de "intensa inestabilidad" y de "violencia política generalizada", cuando "la impunidad afectaba la vida cotidiana de la mayoría de ciudadanos", recuerda la jefa de la Minustah, Sandra Honoré.

La labor de la misión de la ONU ayudó a restablecer el orden, pero fue un proceso muy lento.

Para 2009 se extendió la presencia de la Minustah para garantizar que el país llegara a las elecciones de febrero del siguiente año, pero antes llegó la mayor tragedia en la historia del país.

2. El devastador terremoto

La tarde del 12 de enero de 2010, Haití quedó en escombros.

Un terremoto de magnitud 7,0 golpeó al país, causando la muerte de unas 316.000 personas, una cifra que nunca se había visto en el mundo por este tipo de desastres naturales.

Además de la tragedia por la pérdida de vidas, el terremoto destruyó la capital, Puerto Príncipe, devastó la infraestructura y generó una grave crisis económica que se tradujo en más pobreza e inseguridad.

También dilapidó los intentos de restablecer la democracia, pues las elecciones quedaron canceladas y las pugnas políticas resurgieron.

La Minustah tuvo que ampliar su número a casi 9.000 militares y más de 4.300 policías para las labores de ayuda humanitaria y del restablecimiento del orden.

En esos momentos fue cuando ocurrió uno de los errores más grandes atribuidos a la misión de la ONU.

3. El cólera importado

Tras el terremoto, en Haití surgió un brote de cólera -que no se había registrado en el país en más de un siglo- el cual causó la muerte de más de 10.000 haitianos entre agosto y octubre de ese año.

Poco tiempo después se conocieron evidencias que apuntaban a que el cólera había sido llevado a Haití por las propias fuerzas de la Minustah.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) presentaron un informe en 2011 en el que se indica que los soldados de Nepal pudieron haber llevado la enfermedad al país.

"El primer caso de cólera en Haití ocurrió en Meille, justo al lado del campamento militar nepalés", dice el informe, algo que confirmó un panel de expertos de la ONU, según los CDC.

El virus se propaga a través de heces que contaminan los sistemas de aguas. Una vez que entra en la red de abastecimiento, es muy difícil detenerlo.

"El panel de la ONU también informó que las grandes deficiencias de saneamiento probablemente causaron la contaminación de una corriente que fluía a pocos metros del campamento nepalés", indicaron los expertos de los CDC.

A eso se añade que en Meille no había otras fuerzas humanitarias presentes más que las nepalíes.

Un análisis genético confirmó que la cepa de cólera encontrada en Haití tenía una "coincidencia perfecta" con una encontrada en Nepal.

La enfermedad nuevamente golpeó a Haití el año pasado tras el paso del huracán Matthew.

4. La violación que era "broma"

Otro de los momentos más complicados que vivió la Minustah fueron las acusaciones contra los cascos azules por casos de violaciones a los derechos humanos.

En 2011, el haitiano Johnny Jean, de 18 años, aseguró que fue víctima de cuatro militares uruguayos de la Minustah que lo asaltaron sexualmente.

La denuncia llegó hasta un tribunal en Montevideo en el que Jean identificó personalmente a los atacantes y su defensa presentó un video que mostraba la violación de la que fue objeto.

Los uruguayos señalados dijeron que se trató de una "broma", pero el caso generó fuertes protestas en Haití contra la misión de la ONU.

"Los haitianos dicen que las tropas de la ONU solo están para reprimir al pueblo, un pueblo que no acepta la situación de miseria y explotación tan grande que vive", dijo en esa ocasión Mónica Riet, portavoz de la Coordinadora por el Retiro de las Tropas de Haití.

El entonces presidente uruguayo José Mujica se disculpó por el incidente y los cuatro militares después fueron condenados a tres años de prisión.

Además, un borrador de un informe de la ONU en 2015 mostró que cascos azules tenían como práctica el intercambio de ayuda humanitaria a cambio de sexo en Haití y Liberia.

"La evidencia sobre misiones de paz en dos países demuestra que el sexo transaccional es muy común pero pocas veces reportado", indica la agencia de noticias Reuters citando el documento.

5. La entrega del mando

En abril pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió que era tiempo de que la Minustah dejara Haití y dio un plazo de seis meses que se cumple este domingo.

La cuestión clave en este proceso ha sido la entrega del mando de seguridad a las autoridades haitianas y su Policía Nacional.

La corporación ha estado bajo entrenamiento de la Minustah en los últimos años, pero apenas tiene 15.000 elementos para una población de cerca de 11 millones de personas.

Y en los últimos meses, la decisión del presidente Jovenel Moise de volver a conformar una fuerza militar propia ha alimentado la división política y ha generado nuevas protestas.

En Haití, la fuerza militar está asociada a los golpes militares y los peores crímenes contra la población, lo cual genera un rechazo en la población y en los activistas que piden que los recursos destinados a la milicia sean destinados a atender la pobreza de su población.

Sandra Honoré, la jefa de Minustah, anunció que una pequeña fuerza de acompañamiento de la ONU se quedará en Haití para vigilar que se mantenga el estado de derecho.

Pero también advierte que en el gobierno de Moise ha llegado la hora de "asumir plena responsabilidad".

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