Hace 20 años mi madre salió del armario y reconoció que era lesbiana.
Yo sólo tenía entonces cuatro años, por lo que no fue un gran problema para mí.
Pero he escuchado de mis hermanos mayores y de ella misma que fueron tiempos difíciles.
Por eso me gustaría explicarles lo que significó para mí y para mi familia tener dos mamás.
Sé que muchas personas han pasado por situaciones parecidas y quisiera poderlas ayudar con mi testimonio.
Mis dos madres
Yo he tenido dos madres: Susan y Gerrie. Ambas hicieron historia en 2014, cuando se convirtieron en las primeras lesbianas en casarse en Escocia.
Fue "el momento perfecto de la historia" entre las dos; pero no todo fue un camino de rosas. Para ellas fue difícil asumirlo.
Para mi madre, el hecho de tener hijos tan pequeños fue uno de los principales obstáculos que tuvo que desafiar para asumir su sexualidad.
Me han contado que estuvo asustada por nosotros por mucho tiempo.
Aunque mis abuelos ya sabían que mi mamá era lesbiana, ninguno de sus amigos tenía idea y ella estaba muy angustiada por la reacción que la noticia podría tener entre ellos.
Una de las imágenes que no podré olvidar es la de mi mamá, sentada conmigo y con mi hermano Jamie, preguntándonos si estábamos avergonzados de ella.
Ambos le respondimos que no.
Pero para todos mis hermanos no fue igual.
Cuatro hermanos, dos madres
Mi hermano Jamie siempre encontró el lado divertido de esto.
Siempre hacía bromas sobre nuestras dos mamás y nunca no se puso triste o lo afectó la situación.
Yo misma, no recuerdo que nadie nos haya mirado raro cuando salíamos en familia, pero puedo haberlo olvidado, porque yo era muy pequeña.
Pero para las hijas de Gerrie, no fue igual.
Elaine, mi hermana, no asumió del todo bien saber que su mamá salía con la mía.
Ella tenía 11 años cuando se enteró que nuestras madres eran pareja. Se refugió en la escuela y creo que quedó emocionalmente afectada.
No le contó a nadie que su madre era lesbiana, porque tenía miedo: su hermana mayor había declarado su homosexualidad un tiempo antes y en la escuela se burlaron de Elaine por esto.
Si fue así con la hermana, qué no pasaría si se enteraban que su madre también lo era. Creo que por eso nunca lo dijo.
Nunca fui consciente de todo lo que tuvo que pasar Elaine. Nunca me di cuenta de lo difícil que pudo ser para ella, porque cuando sucedió, estábamos en etapas diferentes de nuestras vidas.
Anne es la hija mayor de Gerrie, pero nunca viví con ella porque estaba en la universidad cuando nuestras madres comenzaron a vivir juntas.
Pero siempre dice que el matrimonio de nuestras madres la hizo comprender que "absolutamente cualquier cosa era posible".
Para ella fue "algo genial" contar a sus amigos de la universidad que tenía dos madres.
Adam y Conor, dos papás en busca de respuestas
Una de las cosas que más me ha inspirado a ayudar con mi testimonio a otras personas, es saber que hay muchas parejas que se enfrentan a los mismos desafíos contra los que lucharon mis dos madres hace 20 años.
Hace poco, me encontré con Adam y Conor, una pareja gay que atraviesa una situación parecida.
Han pasado momentos muy difíciles, pero a la vez han demostrado ser muy valientes.
Adam tiene dos hijos, de seis y ocho años, de un matrimonio heterosexual anterior.
Fue interesante hablar con ellos, porque veo que aunque han pasado dos décadas, sus preocupaciones siguen siendo las mismas.
Ellos tienen miedo, porque sus hijos van a la escuela secundaria y temen que se burlen de ellos o los agradan por tener dos papás.
Adam y Conor, al igual que mis madres y al igual que todos los padres, lesbianas, homosexuales o heterosexuales, sólo quieren lo mejor para sus hijos.
Mis madres me han enseñado a ser quien soy.
Oírlas contar que temían entonces por sus hijos y escuchar ahora a Adam y Conor confesar que tienen los mismos temores, solo parece demostrar que la sociedad de hoy en día no ha cambiado realmente.
Me gustaría pensar que en el futuro va a cambiar y nadie te juzgará por ser lesbiana o gay y tener hijos.