Seis años de guerra en Siria han tenido un efecto devastador en millones de personas.

Y una de las consecuencias más catastróficas lo ha sufrido la red eléctrica del país.

Las imágenes de la agencia espacial estadounidense NASA, obtenidas por el Servicio Árabe de la BBC, muestran claramente cómo las luces se han ido apagando con el transcurrir del conflicto, lo cual ha tenido una consecuencia trágica para los habitantes: sobrevivir con poca electricidad o sin nada.

Cada fotograma de un periodo de tiempo específico muestra el promedio de luz emitida en la noche de cada mes desde 2012, un año después de que la guerra empezara.

Las imágenes muestran que las regiones en las que los sirios pueden encender las luces de noche, utilizar electricidad en su vida diaria y tener acceso a equipos médicos que salvan vidas se han reducido drásticamente.

El campo de batalla

La ciudad de Alepo llegó a ser la central eléctrica de Siria y el hogar de más de dos millones de personas.

Pero el centro industrial del país se convirtió en un campo de batalla y se mantuvo así por más de cuatro años.

Los ataques aéreos rusos contra los rebeldes sirios empezaron en octubre de 2015 y las imágenes muestran la ciudad en casi completa oscuridad en la noche a lo largo de 2016, cuando la batalla por Alepo estaba en su punto más crítico.

A medida de que el suministro de electricidad caía, la gente tenía que apelar a la creatividad para encontrar fuentes alternativas de luz y electricidad.

Fayrouz y Wallid hacen velas con aceite para cocinar.

"Vivir con poca electricidad era muy duro", indica Wallid.

"Rompimos cosas en nuestra casa para quemarlas y usarlas como combustible. Lavábamos cada 10 a 15 días. No podíamos guardar nada en la nevera. Comprábamos comida y nos las comíamos inmediatamente. Vivíamos el día a día".

La planta eléctrica más cercana de Alepo se encuentra gravemente dañada tras haber sido el motivo de lucha de diferentes grupos de combate.

Fue controlada por el Ejército Libre Sirio en 2013, por el grupo radical autodenominado Estado Islámico (EI) en 2014 y fue retomada por las fuerzas gubernamentales a fines de 2016.

Cuando las tropas del gobierno sirio sitiaron los distritos del este de la ciudad, que estaban bajo control rebelde en 2016, la falta de electricidad se convirtió en un asunto de vida o muerte.

Para salvar vidas, los hospitales de Alepo y los equipos de rescate tuvieron que depender de los generadores.

A menudo, a esa trágica situación se sumaba la escasez de combustible y de repuestos.

Generadores diésel

Aunque la mayor parte de la capital siria, Damasco, está bajo control del gobierno, la electricidad es esporádica para todas las personas y algunas veces en áreas rebeldes, no hay suministro eléctrico.

Siria llegó a ser uno de los principales proveedores de electricidad de la región del Mediterráneo oriental. Tiene 15 centrales eléctricas, incluyendo tres represas hidroeléctricas.

Cada una surte de electricidad a múltiples subestaciones que distribuyen energía a lo largo de una red nacional.

El ministerio de Electricidad Sirio le dijo a la BBC que infraestructura eléctrica valorada en US$5.000 millones ha quedado dañada o destruida por la guerra.

La venta de los generadores, las baterías de automóviles y las luces LED (o diodo emisor de luz) están en auge.

Es normal escuchar en las calles de Damasco el eco de los generadores que funcionan con combustible diésel.

En el suburbio de Ghouta oriental, la cual fue sitiada por fuerzas gubernamentales y sacudida por un ataque con armas químicas en 2013, algunos residentes han sobrevivido sin electricidad desde mediados de ese año.

Un activista que se encuentra allí dijo que "la sensación de estar en la oscuridad es atemorizante, especialmente cuando somos bombardeados y las mujeres y los niños empiezan a llorar".

La represa más grande de Siria

EI tomó el control de Raqa a fines de 2013.

Las imágenes de la NASA muestran la ciudad en casi absoluta oscuridad por tres meses, después de que los ataques aéreos perpetrados por la coalición liderada por Estados Unidos contra EI empezaran a fines de septiembre de 2014.

Tabqa, ciudad ubicada a unos 40 kilómetros de Raqa, es hogar de la represa más grande de Siria.

Tras semana de combates, la ciudad ha sido recuperada del control de EI por las Fuerzas Democráticas Sirias.

La operación militar de esa organización ha creado una posición estratégica clave en el proceso de preparar un asalto a Raqa, la capital de facto de EI en Siria.

¿Cómo la electricidad se convirtió en un peón en el conflicto?

La electricidad, como otras mercancías, ha sido usada por los bandos en guerra para ejercer presión mutua.

A lo largo de Siria, la gente sobrevive con poco o sin nada de electricidad y esa situación tiene un efecto colateral en el suministro de otros recursos vitales, como el agua.

El año pasado, el Comité Internacional de la Cruz Roja indicó que los civiles en la ciudad de Alepo estaban sufriendo grandes adversidades por los recortes deliberados de los suministros de agua y electricidad, una estrategia ofensiva implementada por los bandos enfrentados.

El gobierno sirio señala que el daño a los siete principales campos de gas del país, causado durante el conflicto, significa que tienen que comprar y distribuir combustible a precios más altos, lo cual genera escasez y racionamientos.

El Ejecutivo indica que el racionamiento eléctrico depende de las "circunstancias de seguridad".

Dice que la necesidad de racionar los suministros se debe a los ataques en gasoductos, plantas eléctricas y torres de transmisión eléctrica perpetrados por los militantes.

Pero los rebeldes señalan que las verdaderas razones de los cortes de energía son los bombardeos del gobierno a las estaciones de electricidad.

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