Algunos describen a Qatar como "el hijo problemático" de los países del golfo Pérsico y se dice que los Al Thani, la dinastía que ha gobernado al país durante 150 años, es "la familia más difícil del barrio".

Qatar está sumido en una disputa diplomática con sus vecinos, incluidos Arabia Saudita, Bahréin y Egipto, quienes anunciaron la semana pasada que suspendían las relaciones diplomáticas con el emirato.

Lo acusan de apoyar a grupos terroristas, lo que Qatar niega.

Pero tal como señalan los expertos, el problema se remonta al pasado de este pequeño país que tiene el ingreso per cápita más alto del mundo y un historial de acusaciones de abusos de derechos humanos.

La familia Al Thani ha gobernado el país desde su fundación en 1850 con una serie de sucesiones de poder que no siempre han estado exentas de contratiempos.

"Es una familia que en un inicio gobernó un pedazo de tierra, bastante pequeño e insignificante, que a menudo era visto como una pequeña provincia de Arabia Saudita", dice Peter Salisbury, experto en Medio Oriente de Chatham House, el Real Instituto de Asuntos Internacionales en Londres.

"Pero lograron forjarse una posición en esa región de gigantes", le dice el experto a BBC Mundo.

Durante las décadas de 1980 y los 1990, bajo el emir Khalifa bin Hamad Al Thani y varios miembros de la familia Al Thani en los puestos clave del gobierno, Qatar siguió una política de no intervención.

Se les consideraba bastante aislacionistas y la principal preocupación del emir era mantener la paz interna.

Pero todo cambió en 1995, cuando Hamad bin Khalifa al Thani, el hijo del emir, depuso a su padre en un golpe no violento cuando éste se encontraba en Suiza.

Este hecho, dice Peter Salisbury, alteró totalmente el enfoque de la familia Al Thani hacia la política internacional.

"Se ha llamado 'problemáticos' a los Al Thani porque han cambiado radicalmente en los últimos 20 años", explica Peter Salisbury.

"De ser una familia que formaba parte de una tribu con vínculos a Arabia Saudita, y que realmente no merecía ninguna atención, se convirtió en un grupo de individuos reconocibles que participan en la escena internacional".

"Y esto, como hemos visto, ha herido susceptibilidades", agrega.

"Cambio enorme"

Gran parte de las divisiones que hoy en día definen la relación de Qatar con sus vecinos comenzaron con las políticas del emir Hamad bin Khalifa al Thani tras deponer a su padre, quien era muy cercano a los sauditas.

Los vecinos, principalmente Arabia Saudita, miraron el hecho como un mal ejemplo para los otros países de la región también gobernados por dinastías familiares.

Una de las primeras políticas del jeque Hamad fue acelerar el desarrollo de sus reservas de gas natural y en 1996 la pequeña península comenzó a exportar gas natural licuado por primera vez en su historia.

Ese año se implicó a Arabia Saudita en un intento de contragolpe de Estado para reinstalar al jeque Khalifa, el padre del nuevo emir.

Con sus exportaciones, Qatar se convirtió rápidamente en una potencia regional.

Hoy es el principal exportador de gas natural licuado del mundo y comparte con Irán -el principal enemigo de Arabia Saudita- el desarrollo de su enorme yacimiento de gas natural, el South Pars-North Dome, el más grande del mundo.

"Entonces los vecinos se dieron cuenta del enorme cambio ocurrido en Qatar entre el régimen del padre, que había reinado de forma callada, que hacía lo que le decían sin 'hacer olas', y el hijo, más joven y energético, una voz más independiente, un activista y agitador que pedía cambios", explica Peter Salisbury.

Así, el jeque Hamad junto con su ministro de Relaciones Exteriores, el jeque Haman bin Jassim al Thani, fueron piezas fundamentales del ascenso de Qatar en el escenario internacional y como potencia regional.

Bajo el emir Hamad, Qatar se embarcó en una expansión enorme no sólo de su política internacional.

Fundó el canal de TV Al Jazeera, que pronto se convirtió en un influyente medio en el mundo árabe y el país se convirtió en un inversor global masivo.

En 2013, el emir decidió abdicar y entregar el poder a su cuarto hijo, Tamim bin Hamad Al Thani, que entonces tenía 33 años.

Entonces los vecinos volvieron a mirar con esperanza a la pequeña península pensando que el nuevo emir volvería a equilibrar su enfoque sobre los asuntos regionales.

La esperanza duró poco.

Pocos meses después de su inauguración surgieron informes de que el emir Tamim estaba permitiendo que se reagruparan en Doha los miembros de los Hermanos Musulmanes, después de que el presidente Mohamed Morsi había sido derrocado en Egipto.

La organización islamista sunita, fundada en Egipto, estaba ganando adeptos en el mundo árabe y pronto fue declarado grupo terrorista por los gobiernos de Bahréin, Egipto, Rusia, Siria, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

En marzo de 2014, Arabia Saudita, Bahréin y EAU retiraron a sus embajadores de Doha, en un episodio similar al que ocurre actualmente.

Qatar finalmente aceptó reubicar a los Hermanos Musulmanes a Turquía, y la disputa terminó en noviembre de ese año.

Mientras tanto Qatar ha continuado su rol como inversor global.

Sólo en Reino Unido la multimillonaria familia Al Thani ha invertido US$50.000 millones.

En Londres son dueños de la lujosa tienda por departamentos Harrods, varios grandes hoteles, The Shard -el rascacielos más alto de Europa-, tienen participación en Canary Wharf -un complejo empresarial en el este de la capital-, también compraron la Villa Olímpica en 2012 y tienen intereses en los yacimientos de gas natural de Gales.

Asimismo pertenece a los Al Thani la mitad del edificio de departamentos más caro de Londres -el One Hyde Park-, el 8% de la Bolsa de Valores de Londres, un porcentaje similar del banco Barclays y 25% de la enorme cadena de supermercados Sainsbury's, entre otras propiedades.

Mozah bint Nasser al-Missned, una de las tres esposas del antiguo emir Hamad, es dueña de la que ha sido calificada como la residencia más cara de Reino Unido: Cornwall Terrace, con vistas al Regents Park, en el centro de Londres, por la que se dijo los Al Thani pagaron US$150 millones en 2013.

En total, los Al Thani tienen más propiedades en Londres que la misma reina Isabel II.

Por si esto fuera poco, en marzo de este año Qatar anunció que invertirá US$6.000 millones en transporte, propiedades y tecnología digital en este país, antes del Brexit.

"Entre la espada y la pared"

Quizás por esto, señala Peter Salisbury, Reino Unido se ha mostrado "sospechosamente silencioso" en esta última ruptura entre Qatar y sus vecinos.

"Occidente está en una posición muy difícil con Qatar", le dice a BBC Mundo el experto de Chatham House.

"Reino Unido en particular, siente que está entre la espada y la pared. En los preparativos del Brexit está priorizando sus relaciones con los estados del Golfo con base en las naciones que son más ricas, las que pueden ofrecer oportunidades empresariales para los británicos, los que pueden invertir en este país", agrega.

Y ahora en Londres se ven en la tesitura de tener que optar entre Qatar, con sus multimillonarias inversiones en el país, y Arabia Saudita, con el que busca mantener buenas relaciones.

"Por el momento -dice Peter Salisbury- nadie parece tener una idea clara de qué se puede hacer para resolver esta crisis. Pero creo que muchos países en Occidente, incluido Reino Unido, están deseando fervientemente que este problema desaparezca pronto".

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