Fue una conversación "muy amistosa".

Así calificó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la charla telefónica que mantuvo el sábado pasado con su par de Filipinas, Rodrigo Duterte, a quien invitó a que lo visite en la Casa Blanca.

Trump recibió críticas y solicitudes para que cancelara la invitación al polémico mandatario cuestionado internacionalmente por su política anti drogas en su país y que ha supuesto la muerte de miles de personas en ejecuciones extrajudiciales.

En tanto, este lunes, Duterte le dijo a periodistas que "no puede hacer ninguna promesa definitiva" de viajar a Estados Unidos porque está muy ocupado con viajes planeados a Rusia e Israel.

El líder de Filipinas deslizó que estaba abierto a tener mejores relaciones con Estados Unidos.

Y es que Duterte llegó a llamar al expresidente estadounidense Barack Obama "hijo de p?".

"Las cosas han cambiado, hay un nuevo liderazgo", dijo.

Críticas

El senador demócrata por Maryland, Ben Cardin, y miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, pidió a Trump que rescindiera su invitación.

"Estoy profundamente perturbado por la invitación del presidente Trump al presidente Duterte para visitar la Casa Blanca", dijo en un comunicado.

"Ignorar los derechos humanos no promoverá los intereses de Estados Unidos en Filipinas o en cualquier otro lugar", añadió.

Y los cuestionamientos también llegaron desde las organizaciones no gubernamentales.

"Al respaldar esencialmente la guerra asesina de Duterte contra las drogas, Trump ahora es moralmente cómplice de futuros asesinatos", dijo John Sifton, director de la organización Human Rights Watch para Asia, según el diario The New York Times.

Alianzas

Durante la llamada telefónica del sábado, los dos líderes discutieron la polémica guerra contra las drogas de Duterte, que causó la muerte de 7.000 personas en menos de un año.

Los mandatarios también hablaron de la crisis de Corea del Norte.

Según la Casa Blanca, Trump "disfrutó de la conversación".

"Filipinas es muy importante para mí estratégica y militarmente", explicó Trump más tarde en una entrevista con Bloomberg, en respuesta a las críticas que ha recibido por invitar a Duterte.

Una reunión entre Duterte y Obama fue cancelada el año pasado después de que el líder filipino insultara al presidente de Estados Unidos.

Lucha contra la droga

Duterte se ha enfrentado a la condena internacional por su brutal represión contra las drogas en Filipinas.

Miles de sospechosos de narcotráfico fueron asesinados por la policía o grupos de vigilantes y decenas de miles más fueron arrestados.

Duterte, que al igual que Trump fue elegido el año pasado, también dijo que estaría feliz de matar a los millones de drogadictos del país.

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