Las abejas acaban de ganar una batalla por su supervivencia, al menos en Europa.
Los países miembros de la Unión Europea (UE) votaron este viernes en favor de prohibir el uso de insecticidas hechos a base de unos químicos llamados neonicotinoides.
Este tipo de insecticidas es uno de los más usados alrededor del mundo, pero varios estudios científicos han relacionado su uso con la disminución en la población de abejas melíferas, abejas salvajes y otros animales fundamentales para la polinización.
La media fue impulsada por un informe reciente de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que indica que los neonicotinoides suponen una amenaza para varias especies de abejas, sin importar dónde o cómo se usen.
Algunos grupos de agricultores, sin embargo, se han opuesto a la nueva norma, pues dicen que la ciencia en este aspecto aún es incierta.
La nueva regulación comenzará a aplicarse a partir de finales de este año.
Abejas versus pesticidas
Desde 2013 la Unión Europea había prohibido el uso de neonicotinoides en cultivos de maíz, trigo, cebada, avena y colza.
La nueva restricción va mucho más allá y prohíbe el uso de estos químicos en cualquier cultivo a campo abierto.
"Todos los usos al aire libre serán prohibidos y los neonicotinoides en cuestión solo serán permitidos en invernaderos permanentes donde no se espera la exposición de abejas", dijo la Comisión Europea en un comunicado.
La prohibición aplicará para el uso de imidacloprid, desarrollado por Bayer CropScience; clotianidina, desarrollada por Takeda Chemical Industries y Bayer CropScience; y tiametoxam, desarrollado por Syngenta.
Otros neonicotinoides, como el tiacloprid y el sulfoxaflor podrán seguir usándose.
Aunque la medida ha sido bien recibida por grupos ambientalistas, algunos han manifestado sus reservas, ya que según ellos los químicos podrían seguir filtrándose a los suministros de agua.
"Prohibir estos pesticidas tóxicos es un faro de esperanza para las abejas", dijo Antonia Staats, de Avaaz, una organización que promueve el activismo ambiental.
"Por fin nuestros gobiernos están escuchando a los ciudadanos, la evidencia científica y a los agricultores que saben que las abejas no pueden vivir con estos químicos y que nosotros no podemos vivir sin las abejas".
Bayer, por su parte, dijo que la prohibición marcaba "un día triste para los agricultores y un mal negocio para Europa", según reportó la agencia Reuters.
Según la empresa productora de los químicos, muchos agricultores no tienen otra manera de controlar las pestes y el resultado de la prohibición será que tengan que volver a otras sustancias menos efectivas.
Impacto para los cultivos
Algunos agricultores no están contentos con el aumento de las restricciones, ya que no creen que se justifiquen por razones científicas y que la prohibición parcial existente no ha dado resultados.
"La Comisión (Europea) no ha podido encontrar que estas restricciones hayan traído algún beneficio medible para las abejas", dijo Chris Hartfield, de la Unión Nacional de Agricultores en el Reino Unido.
"Si no tenemos certeza de que pueda traer beneficios medibles, ¿para qué lo hacemos?".
Además, los cultivadores creen que la nueva norma tendrá un impacto significativo en los tipos de cultivos en Europa.
"La irónico de las restricciones actuales es que han provocado la disminución de la producción de colza en Reino Unido y eso se refleja en toda Europa", dijo Hartfield.
"No estamos disminuyendo nuestro consumo de ese producto, solo lo estamos importando de fuera de Europa, donde a menudo se trata con neonicotinoides".
Para los activistas, sin embargo, la prohibición es señal de una nueva era en la que las necesidades del medio ambiente son vistas como algo más importante que la producción.
"La prohibición de los neonicotinoides puede ser un paso importante hacia un cuestionamiento más general sobre el uso de pesticidas y el daño que le hacen al medio ambiente", dijo Sandra Bell, de la organización Amigos de la Tierra.