Hace siete años allí no había nada. Unas estepas áridas bordeadas por montañas inhóspitas y un desierto en la frontera entre China y Kazajstán.
Hoy es parte de un colosal proyecto de ambos países que espera convertirse en el más grande eje comercial entre Oriente y Occidente.
No estamos hablando de una simple estación de tren con un par de bodegas.
Es un enorme y creciente puerto seco llamado Portal de Khorgos que apunta a cambiar por completo la logística del intercambio de bienes entre Asia y Europa.
Tan importante es el proyecto que se ha creado una nueva ciudad para atraer a todos los trabajadores que se necesitarán para operar el centro cuando esté a su máxima capacidad.
Algunos de sus promotores ya se refieren al lugar como la "nueva Dubái".
Pero no todos están tan optimistas con el proyecto. Particularmente las pequeñas repúblicas vecinas de Kazajstán, que empiezan a sentir el impacto en su propio comercio y sospechan del dominio chino en la región.
Alejado de todo
El puerto seco de Khorgos es parte del proyecto "Una Franja-Una Ruta" de China para crear una nueva red de comercio mundial.
Este remoto rincón de Asia Central era una vasta extensión de dunas en el este de Kazajstán, en la frontera con China.
El punto en el mundo más alejado de cualquier océano.
En cuestión de años, se ha convertido en una masiva zona industrial y logística, al centro de una nueva red de rutas comerciales transcontinentales y punto clave de la nueva Ruta de la Seda.
"La gente algunas veces pregunta qué es un puerto seco. Es básicamente un puerto sin agua. En lugar de tener barcos atracando, tenemos trenes", dijo a la BBC Karl Gheysen, ex director ejecutivo del Portal Khorgos.
"Los rieles que usan los trenes chinos son diferentes a los que usan los trenes en Kazajstán. Así que trasladamos los contenedores que vienen en los trenes de China al siguiente tren que viaja hasta Alemania o España o donde sea", explicó.
"Creo que es justo decir que este es el lugar donde Oriente y Occidente se encuentran en la Ruta de la Seda".
La ferrovía se extenderá paralelamente con una autopista transcontinental, que conectará la costa del mar Amarillo de China con el mar Báltico en Rusia. Desde Shanghái hasta San Petersburgo.
En este momento el portal procesa más o menos medio millón de contenedores, conocidos por su acrónimo en inglés como TEU, y recibiendo múltiples trenes a la vez.
Esta cantidad es apenas la mitad del más del millón de TEU que se proyectan para 2020.
"Cuando llegué aquí por primera vez, no había mucho. Ni siquiera tenían estas grúas. Sin embargo, muy pronto empezaron a aparecer como hongos después de una lluvia. Las primeras tres grúas se levantaron en cinco meses. Muy rápidamente", comentó la operadora de grúa Galina Osipova, una de 200 empleados en Khorgos.
Para atraer una fuerza laboral al eje comercial, Kazajstán ha construido una nueva ciudad al lado: Nurkent.
El gobierno ofrece alojamiento gratis, buenos salarios y escuelas. Pero la vida en la nueva ciudad tiene sus desventajas.
"No hay nada que hacer aquí en Nurkent, la mayoría está en Zharkent", se lamenta Lyuba Osipova, la hija de Galina.
"Como mi madre no tiene tiempo porque trabaja día y noche, no podemos ir a ninguna parte".
Y Lyuba no es la única que se queja.
Dominio de China
Mucho del descontento viene de las pequeñas repúblicas vecinas de Kazajstán, que han visto sus perspectivas económicas venirse abajo.
"Por una parte es una excelente oportunidad para Kazajstán para participar del comercio entre China y Europa pero para los vecinos no lo es tanto", señaló Venera Koichieva, periodista kirguís del Servicio de Asia Central de la BBC.
"En Kirguistán, por ejemplo, existe uno de los grandes mercados públicos de Asia, Dordoy, que fungía como el eje de intercambio de bienes entre este y oeste" indicó.
"Es un mercado menos formal, menos sofisticado, pero se puede encontrar de todo, absolutamente de todo, llegando de todas partes del continente asiático y europeo".
Ahora, dijo, el comercio se ha estancado y los comerciantes están a la espera de qué les podrá significar. Los más grandes, posiblemente tendrán que trasladarse a Khorgos para sobrevivir.
Por otra parte, también hay dudas en Kazajstán sobre quién se estará beneficiando más del magno proyecto.
Se dice que la idea de crear una zona franca en torno al portal vino directamente del presidente kazajo Nursultan Nazarbayev, cuyo objetivo era revivir la Ruta de la Seda.
Sin embargo, el mayor inversionista es China, que también aporta la mayor presencia.
"Kazajstán quiso aprovecharse de la oportunidad de genera ingreso por otra vía que no fuera el petróleo", explicó Rustam Qobil, productor uzbeco del Servicio de Asia Central de la BBC.
"El país es miembro de la OMC y con su gran locación ofrece un mercado óptimo para todos los productos chinos. China, como la economía más fuerte, dominará completamente pues los otros países de la región estarán completamente dependientes".
Rustam Qobil expresó que ha habido protestas en varios países de Asia Central contra la presencia china.
"China está efectuando lo que llamo una 'ocupación suave', comprando tierras", manifestó.
"Hace dos años estuve en Nurkent (la nueva ciudad). Había apenas unos 100.000 habitantes. Sospecho que los chinos estarán poblándola ahora".
Según la revista Forbes, hace dos semanas Pekín firmó un acuerdo donde estará recibiendo 49% de los ingresos de Khorgos.
Entretanto, se espera que DP World, el gigante conglomerado del transporte fletado, con base en Dubái, esté invirtiendo en el proyecto.
DP World es asesor del portal, y su asociación le daría más proyección a Khorgos, pues este mismo grupo administra el puerto Jebel Ali y la zona franca de Dubai, que disparó el crecimiento de esa próspera ciudad en la península arábiga que se conoce hoy en día.
"No va a ser una Dubái, con todo el glamur y el brillo de los rascacielos y todo lo demás", advierte Karl Gheysen. "No obstante, estamos construyendo una sociedad en un lugar donde no había nada".