De la Casa Blanca a una galería, de asesora presidencial a recogedora de migajas.
Ivanka Trump, la hija del presidente de Estados Unidos, pasa una aspiradora por el piso de una exposición en Washington DC.
O, al menos, eso es lo que representa Ivanka Vacuuming, la controvertida obra de arte de Jennifer Rubell en la que una modelo interpreta cada noche por dos horas a la hija del mandatario de Estados Unidos limpiando una alfombra roja mientras los asistentes son invitados a tirar trocitos de pan.
Según la galería, la muestra explora "la amplia gama de identidades femeninas de Ivanka Trump: hija, esposa, madre, hermana, modelo, trabajadora, rubia".
Pero la "primera hija" y sus hermanos no han opinado lo mismo.
Ivanka protestó en Twitter contra la muestra y lanzó una invectiva indirecta contra la artista, a la que acusó de intentar destruir a otras mujeres.
"Las mujeres pueden elegir derribar unas a otras o fortalecerse unas a otras. Yo prefiero esto último", escribió.
Mientras, Donald Trump Jr. calificó la pieza de "ataque sexista" y Eric Trump comentó en el canal de televisión Fox News que su hermana era "una mujer poderosa que ha hecho más por las mujeres que probablemente nadie en Washington DC".
Las respuestas
Kristi Maiselman, directora ejecutiva de CulturalDC, el grupo que organiza la exposición, consideró que el trabajo de Rubell fue "perspicaz", "oportuno" y que "rompe límites" en su reflejo de la mujer contemporánea.
La galería, por su parte, agregó que la obra no trataba solo de Ivanka Trump y que no representaba "un sentimiento, una relación o un punto de vista hacia esta forma femenina poderosa y sexualizada (la de la modelo)".
Rubell aseguró que su pieza no tiene la intención de burlarse de la otra mujer, sino "explorar temas complicados que a todos nos interesan".
La artista invitó también a Ivanka a que "formule su propia respuesta directa" a la obra y se ofreció para organizarle una visita privada a la galería.
Antes de la exposición, el sitio web de CulturalDC había anunciado que la obra trataría, en parte "sobre el poder y el control".
"Esto es lo que es complicado: disfrutamos arrojando las migajas para que Ivanka pase la aspiradora. Esa es la verdad espinosa en el centro del trabajo. Es gracioso, es placentero, nos hace sentir poderosos y queremos hacerlo más", contó entonces Rubell.
"Nos gusta tener el poder de provocar una respuesta específica y segura. También sabemos que ella continuará aspirando si lo hacemos o no, por lo que no es realmente nuestra culpa, ¿verdad?", añadió.
La obra se exhibirá hasta el venidero 17 de febrero y se transmite cada noche en vivo por internet.