Desde este martes, el presidente de Colombia se llama Iván Duque.
El nuevo mandatario es uno de los pupilos del exjefe de Estado y actual senador, Álvaro Uribe, y ese no es un dato menor.
El uribismo se ha caracterizado en los últimos años por su férrea crítica a los acuerdos de paz suscritos por el gobierno del saliente Juan Manuel Santos con la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Por ello, el futuro de este proceso es una de las grandes incógnitas y desafíos para la flamante administración.
Al menos así lo señalan los expertos consultados por BBC Mundo: la gestión de Iván Duque puede ser aquella que consolide la paz o la que precipite el retorno de la guerra.
El conflicto armado, así como la corrupción, la desigualdad y las economías informales/ilegales son cuatro de los grandes desafíos que tendrá el gobierno que inicia.
Acá te explicamos por qué.
1. ¿Qué ocurrirá con la paz en Colombia?
Analistas de diferentes líneas políticas sostienen que todavía es un misterio lo que pueda pasar con el proceso de paz.
El acuerdo fue suscrito a finales de 2016 y recién da sus primeros pasos en cuanto a su implementación.
El politólogo Jorge Luis Yarce Tamayo apunta que, pese al gran logro del desarme de la guerrilla, eso no significa el fin de la violencia armada en Colombia sino solo un primer paso.
"En Colombia se considera que es solo la desmovilización de una fracción de los grupos armados, por lo cual la estabilidad sigue siendo muy precaria", indica el profesor de la Universidad Central de Bogotá.
Yarce Tamayo añade que las observaciones de Duque y el uribismo al tratado firmado con las FARC serán decisivas para la implementación del proceso de paz.
Asimismo, señala que las políticas del nuevo gobierno definirán el futuro del todavía inicial diálogo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
"Creo que podemos esperar una revisión de lo pactado y avanzado, pero de ninguna manera un incumplimiento. No solo es un compromiso jurídico, sino moral", concluye el analista.
Por otro lado, las negociaciones con el ELN son consideradas como fundamentales para garantizar la pacificación de ciertos territorios, según Crisis Group, una organización que realiza seguimiento a los conflictos colombianos.
"En varias regiones de Colombia el ELN está traficando drogas e imponiendo el control a través de la violencia y enfrentamientos con otros grupos armados. Sin un acuerdo de paz, estas regiones seguirán sufriendo el impacto de un conflicto que incluso el Ejército, que es vastamente superior en términos militares, no puede ganar", indica el reporte publicado después de la victoria de Duque.
Se puede señalar que, para tranquilidad de la nueva administración presidencial, el lunes Juan Manuel Santos se despidió señalando que deja la política partidaria y que no será "un aguijón en la nuca" de su sucesor.
2. La corrupción que no se va
Uno de los aspectos que el gobierno de Juan Manuel Santos no pudo desterrar fue la corrupción, indica el economista Erick Behar.
"Debemos reconocer que los sistemas políticos conllevan márgenes de corrupción, pero en Colombia se han visto márgenes muy grandes que el anterior gobierno no pudo reducir", explicó el experto.
Behar indica que los cuatro años de mandato de Iván Duque serán insuficientes para erradicar el problema de las conductas antieconómicas en el ejercicio de la función pública.
La politóloga Sandra Borda considera que el problema de la corrupción es una de las asignaturas pendientes que deja el gobierno de Juan Manuel Santos.
"Como no se renovó a la clase política, la corrupción persiste dentro de toda la institucionalidad colombiana", concluye la analista.
3. La desigualdad que crece
Colombia es el país de Sudamérica con el margen de desigualdad más elevado.
Así lo señala uno de los últimos informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El estudio señala que la movilidad social en este país se encuentra estancada y que la brecha de desigualdad se amplió en la última década pese al aumento de los ingresos económicos que vive la nación.
"El problema es que ha habido un crecimiento excepcional de la riqueza, pero vemos al mismo tiempo cómo hay familias que siguen atrapadas en la pobreza o en trabajos informales de mala calidad", indicó Gabriela Ramos, directora general de la OCDE, en conversación con BBC Mundo.
Erick Behar, decano de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central, señala que los márgenes de desigualdad son uno de los mayores desafíos para el gobierno de Duque.
"La desigualdad es un problema clásico en Latinoamérica, pero Colombia tiene la peculiaridad que avanza más lento que el resto de los países. Además, la salida de la pobreza no es sostenible por ahora", indicó el analista.
Behar añadió que será "prácticamente imposible" erradicar la pobreza en la gestión que comienza, pero sí será efectiva una política que apunte al incremento de los ingresos de todos los sectores socioeconómicos.
El experto apunta que reformas en lo tributario y en los servicios serán una buena estrategia para mejorar las condiciones de vida de los colombianos.
4. Las economías informales e ilegales
Un problema que se considera que va de la mano con la desigualdad en Colombia es el de las economías informales e ilegales.
La OCDE considera que este fenómeno produce que los colombianos con menores recursos "no tengan cobertura médica, ni pensiones, ni servicios básicos".
"Entonces las dificultades se reproducen porque el impacto redistributivo del sistema de impuestos y de la seguridad social no le llega a los más pobres", concluye el organismo internacional.
Por su parte, Behar señaló que el problema de las economías informales es muy delicado por los efectos que produce en el manejo de los recursos.
"La informalidad en Colombia es un pendiente clásico. Está incrustada sobretodo en las ciudades más pequeñas y áreas rurales", indicó.
El analista opina que niveles de informalidad, que en ciertas zonas llega al 70%, golpean fuertemente a la recaudación tributaria y consecuentemente a las políticas sociales que el Estado pueda generar.
Se estima que las economías ilegales, donde está el dinero del narcotráfico y el crimen organizado, junto a las informales equivalen a más del 30% del producto interno bruto colombiano.