Donald Trump se convirtió este miércoles en el primer presidente de Estados Unidos al que la Cámara de Representantes le aprueba un segundo impeachment.
Antes que el aprobado este martes, el primer impeachment (la imputación o acusación formal en el proceso de juicio político que resuelve el Senado) tuvo lugar hace un año.
Entonces, el mandatario fue acusado de conspirar con el gobierno de Ucrania para obtener un beneficio electoral y de obstrucción de la justicia, cargos que fueron descartados en el Senado de mayoría republicana.
Ahora es acusado de "incitación a la insurrección" por animar a sus seguidores a protestar en el Capitolio el pasado 6 de enero, día en que miles de personas irrumpieron en la sede del Congreso para detener la certificación de la victoria del demócrata Joe Biden.
"Sabemos que el presidente de Estados Unidos incitó esta insurrección, esta rebelión armada contra nuestro país. Debe irse. Es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos", dijo en el debate la presidenta de la Cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi.
La mayoría de los republicanos (salvo diez), se opusieron al considerarlo una revancha política: "He visto de primera mano el oscuro mal de la violencia política y debe detenerse (...). Solo servirá para dividir más a la nación", dijo el líder de la minoría republicana, Steve Scalise.
La acusación debe ser dirimida en el Senado, donde la condena (cuya máxima pena es la destitución) requiere dos tercios de los senadores. Para alcanzar ese número, todos los demócratas deberían contar con el apoyo de 17 republicanos, algo que parece improbable.
Además, el todavía líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch MConnell, señaló en un comunicado que dado los procedimientos y los precedentes en el Senado, "simplemente no hay posibilidad de que un juicio serio y justo puede concluir antes de que el presidente electo, Joe Biden, tome posesión".
Trump, quien deja el cargo el 20 de enero, niega las acusaciones y ha calificado este proceso como una "continuación de la caza de brujas" en su contra.
Independientemente de lo que decida el Senado, Trump es el primer presidente que ve cómo la Cámara Baja aprueba un segundo impeachment.
Su nombre ya se había unido a otros dos mandatarios que fueron enjuiciados en el Congreso.
El caso Clinton
A pesar de que la amenaza cayó sobre la cabeza de numerosos mandatarios estadounidenses, solamente dos fueron llevados a juicio político antes que Trump.
El más reciente fue Bill Clinton, el 42º presidente de EE.UU., quien fue procesado tras ser acusado de perjurio frente a un gran jurado y de obstrucción de la justicia, después de que mintiera sobre la naturaleza de su relación con la pasante Mónica Lewinsky, a quien presuntamente le pidió que mintiera.
En diciembre de 1998, la Cámara de Representantes votó por 228 a 206 a favor de enjuiciar a Clinton por la primera acusación, y 221 a 212 por la segunda.
Para esa época, el nivel de aprobación popular de Clinton como presidente era 72%.
Y cuando el caso llegó al Senado, en 1999, la acusación estuvo lejos de conseguir los dos tercios de votos que necesitaba para concluir en condena.
"En su prisa por destituir al presidente, (los congresistas republicanos) nunca se detuvieron a pensar si las acusaciones podían ser probadas más allá de cualquier duda razonable", se lee en un análisis publicado por la BBC en aquel momento.
El caso Johnson
El otro presidente de EE.UU. llevado a juicio político fue el 17º, Andrew Johnson, quien ocupó el cargo por dos períodos a partir de 1865.
Fue procesado por la Cámara de Representantes en 1868, solo 11 días después de que destituyera a Edwin Stanton, su "ministro de Guerra", quien no estaba de acuerdo con sus políticas.
A diferencia de Clinton, sin embargo, Johnson se salvó por muy poco: los dos tercios en el Senado no se alcanzaron por un solo voto.
No todos apreciaban a Johnson, pero el senador por Iowa James Grimes justificó su apoyo diciendo: "No puedo aceptar destruir el funcionamiento armonioso de la Constitución solamente para que nos podamos deshacer de un presidente inaceptable".
¿Qué es un "impeachment"?
La Constitución estadounidense establece que el presidente "debe ser destituido de su cargo si es acusado de y condenado por traición, soborno, u otros crímenes o delitos graves".
El proceso se inicia en la Cámara de Representantes, donde la mayoría simple de los diputados puede decidir acusar formalmente al presidente, lo que recibe el nombre de "impeachment".
Ese impeachment da inicio a lo que es propiamente el juicio político, que compete al Senado y que puede resultar en la destitución del mandatario si así lo deciden dos tercios de los senadores, algo que nunca ha pasado en la historia del país.