La investigación para un posible impeachment contra Donald Trump arrojó esta semana algunas claves que podrían colocar al mandatario estadounidense en una situación difícil.
De acuerdo con Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en América del Norte, la indagatoria parlamentaria pasó probablemente por sus días "más explosivos" hasta la fecha.
En la base de esta afirmación se encuentra el testimonio que durante casi 10 horas rindió el embajador en funciones de Estados Unidos ante Ucrania, Bill Taylor, frente a la comisión de la Cámara de Representantes que investiga a Trump para su posible destitución.
Aunque su comparecencia ante los legisladores se hizo a puertas cerradas, su declaración inicial de 15 páginas fue filtrada a la prensa dejando al descubierto la visión sin censura que tiene el diplomático sobre las controvertidas relaciones del gobierno de Trump con Ucrania.
"El retrato que dibuja Taylor no es positivo para la Casa Blanca, alimentando el discurso del Partido Demócrata de que su testimonio era más una bomba que un petardo", señala Zurcher.
La investigación para el posible impeachment se inició después de que un agente de inteligencia presentara una denuncia acerca de una conversación telefónica en julio entre Trump y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.
En esa llamada, que ocurrió apenas días después de que Trump ordenara la congelación de centenares de millones de dólares en ayuda militar a Kiev, el mandatario estadounidense sugirió a su homólogo que abriera una investigación en contra de Joe Biden, quien se perfila como uno de sus probables adversarios en las elecciones de 2020.
Pero ¿qué dijo Taylor ante los parlamentarios?
Ayuda condicionada
Durante su comparecencia, Taylor dijo de forma explícita que los fondos para Ucrania estaban siendo retenidos hasta que Kiev accediera a abrir una investigación que pudiera perjudicar a Biden y al Partido Demócrata.
Para ilustrar su punto, el diplomático hizo mención a una llamada con Gordon Sondland, embajador de EE.UU. ante la Unión Europea, quien hablando sobre el tema de Ucrania se habría referido a Trump como un hombre de negocios.
"Cuando un hombre de negocios está a punto de firmar un cheque a alguien que le debe algo? él le pide a esa persona que pague antes de firmar el cheque", habría dicho Sondland, al explicar cómo Trump quería que Zelensky hiciera una declaración pública sobre la apertura de investigaciones que podrían ser negativas para los demócratas.
Es decir, que la liberación de la ayuda militar estaba condicionada al cumplimiento de una condición. Lo que en latín se conoce como "Quid pro quo".
Taylor se habría opuesto a esta comparación, diciendo que Ucrania era un aliado regional que estaba luchando por su supervivencia y que no le debía nada a Estados Unidos.
¿Orden directa?
Durante la investigación han surgido diversas informaciones que indican que la orden de suspender la ayuda militar a Ucrania procedió directamente de Trump.
La declaración de Taylor parece corroborarlo, aunque de una forma inusual.
Durante su comparecencia, el diplomático estadounidense describió una videoconferencia del Consejo de Seguridad Nacional ocurrida el 18 de julio durante la cual surgió el tema de la suspensión de la ayuda militar a Ucrania.
Entonces, una mujer que dijo pertenecer a la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca (OMB, por sus siglas en inglés) dijo que su "jefe" le dio instrucciones de no aprobar recursos de seguridad adicionales para Ucrania "hasta nuevo aviso".
Ese jefe sería Mick Mulvaney, jefe de la OMB y jefe de gabinete en funciones de Trump.
La mujer, a quien Taylor dijo que no podía identificar porque no era visible en la pantalla, agregó que "la directiva había venido del presidente a su jefe de gabinete a la OMB".
"En un instante, me di cuenta de que uno de los pilares de nuestro fuerte respaldo a Ucrania estaba amenazado", dijo el diplomático en su comparecencia.
Probablemente los legisladores del Partido Demócrata ya están indagando entre el personal de la OMB para determinar la identidad de la mujer para intentar lograr que testifique, aunque otros funcionarios de esa dependencia ya se han negado a acudir a las audiencias relacionadas con el impeachment.
Un testigo clave
De la comparecencia de Taylor también surgió una figura clave que aún no ha testificado ante el Congreso: Tim Morrison, un experto en Europa y Asia del equipo del Consejo de Seguridad Nacional.
Algunos de los detalles más reveladores sobre los esfuerzos de la Casa Blanca para presionar a Ucrania fueron facilitados a Taylor por Morrison.
Un ejemplo de ello ocurrió el 1 de septiembre cuando, de acuerdo con el relato de Taylor, Morrison acudió a una reunión en Varsovia entre Sonland y un funcionario de Ucrania, Andrey Yermak, en la cual el embajador estadounidense en la UE vinculó directamente la ayuda militar a la apertura de una investigación sobre la compañía de gas ucraniana vinculada con el hijo de Joe Biden.
Morrison también estuvo presente en una reunión en Varsovia entre Zelensky y el vicepresidente Mike Pence, además de ser supuestamente uno de los funcionarios que escuchó la controvertida llamada telefónica entre Trump y el mandatario de Ucrania del pasado 25 de julio.
La comisión de investigación ya ha solicitado la comparecencia de Morrison ante el Congreso. Tras el testimonio de Taylor, esta cobra aún más relevancia.
¿Un testigo creíble?
Luego de la comparecencia de Taylor ante los parlamentarios, legisladores del Partido Republicano han cuestionado que las sesiones de investigación se estén realizando a puertas cerradas y han asegurado que el diplomático no aportó ningún elemento concluyente.
Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, sugirió que el veterano diplomático de 72 años de edad era parte de una "campaña de difamación" de la extrema izquierda impulsada por los demócratas y por un grupo de "burócratas radicales y no electos que hacen una guerra contra la Constitución".
Zurcher considera que se trata de una acusación que es difícil de cuadrar con el largo historial de servicios público del diplomático.
Taylor es egresado de la Academia Militar de West Point y fue condecorado con la estrella de bronce como veterano de la guerra de Vietnam.
Como funcionario, fue parte del equipo del parlamentario demócrata Bill Bradley antes de trabajar como diplomático durante los gobiernos de Bill Clinton, George w. Bush y Barack Obama.
Entre junio de 2006 y mayo de 2009 fue embajador en Ucrania. A inicios de este año, fue convencido por el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, para retornar a ese cargo.