El noroeste de Florida sufrió este miércoles su peor pesadilla climatológica en más de un siglo.

Michael, un huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson (de un máximo de 5) y con vientos máximos sostenidos decasi 250 km/h, azotó esa región del sur de Estados Unidos -conocida como Panhandle- como la tormenta más devastadora desde que se tiene registro.

Según estadísticas de la Universidad de Colorado, es el cuarto huracán con vientos más destructores en llegar a Estados Unidos, solo superado por un ciclón sin nombre que impactó en 1935, Camille (1969) y Andrew (1992).

Es, de acuerdo con esa institución, la peor tormenta que afecta ese país en los últimos 26 años.

Reportes de medios locales indican que las inundaciones y destrozos son visibles en varias ciudades del noroeste de Florida.

"A lo largo de nuestra costa, las comunidades van a ver una devastación inimaginable", pronosticó en la mañana del miércoles el gobernador del estado Rick Scott.

De acuerdo con las autoridades, más de 370.000 personas en Florida recibieron órdenes de evacuación, aunque se estima que el número que salió de sus hogares fue mucho menor.

El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos alertó que Michael era un huracán "extremadamente peligroso" y pronosticó marejadas ciclónicas con riesgo para la vida, vientos huracanados y fuertes lluvias a lo largo de la costa noreste del golfo de México.

Este huracán es el segundo de categoría 4 que llega a Florida en 13 meses, después del huracán Irma el año pasado.

Sin embargo, de acuerdo con las autoridades, su rápido paso de tormenta tropical a huracán de gran intensidad en menos de dos días dejó poco tiempo al estado para prepararse.

"Desafortunadamente, este es un huracán de la peor clase, es un monstruo", aseguró Brock Long, director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.

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