"Voy a encender una vela en la calle. ¿Me van a detener por eso?".

Los hongkoneses desafiaron a las autoridades chinas este viernes para recordar a las víctimas de uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente del país asiático: la masacre de Tiananmen.

Del 3 al 4 de junio de 1989, un número aún indeterminado de personas -las estimaciones van desde los cientos a los miles- murió a manos de las fuerzas de seguridad chinas, cuando éstas recibieron la orden de dispersar unas históricas manifestaciones contra la corrupción y a favor de mayores libertades en Pekín y otras partes del país.

Hong Kong y Macao son los únicos lugares en suelo chino en los que la sociedad puede conmemorar este aniversario de alguna manera, pero por segundo año consecutivo las autoridades hongkonesas han prohibido la vigilia anual que se celebra en el territorio.

El gobierno justifica la decisión por la pandemia de coronavirus, si bien los activistas denuncian que es parte de la creciente represión y recorte de libertades en la excolonia británica.

Las autoridades cerraron el parque Victoria, donde la vigilia es tradicionalmente celebrada, y dispersaron a las personas que se reunieron con velas o con las luces de sus celulares.

El aniversario de este año, además, es el primero desde que la controvertida ley de Seguridad Nacional fuera aprobada por Pekín para Hong Kong, que criminaliza la disidencia.

El viernes, las autoridades detuvieron a la joven activista Chow Hang Tung, vicepresidenta de la Alianza de Hong Kong en Apoyo a los Movimientos Patrióticos y Democráticos de China, que organiza la vigilia anual por las víctimas de Tiananmen.

Chow odría afrontar hasta cinco años de prisión, "al igual que cualquiera que participe" en el vetado evento, advirtió un portavoz de la Policía.

Antes de ser detenida, Chow concedió una entrevista a la BBC, en la que dijo no tener miedo de enfrentar ese destino.

"Voy a encender una vela en la calle. ¿Me van a detener por eso?", dijo.

"Estoy preparada para el arresto. Así es Hong Kong ahora: si uno lucha por la democracia bajo un régimen autoritario, es inevitable ser detenido. Que pase. Estoy dispuesta a pagar el precio por luchar por la democracia", manifestó.

Tanto ella como otros activistas instaron en internet a encender velas o las luces de las viviendas, e incluso cigarrillos, a las 20:00 hora local, para que la importante fecha no pasara desapercibida.

Velas y camisetas negras

Pese a todo ello, los hongkoneses se las ingeniaron para recordar a las víctimas de la matanza.

Algunos de ellos se reunieron en pequeños grupos en los alrededores del parque Victoria y otros enclaves de Hong Kong.

"En escenas que evocaban el malestar social en 2019, cuando los manifestantes vestían de negro y entonaban eslóganes [en la última gran oleada de protestas] (...) pequeños grupos de gente portando los mismos colores aparecieron, encendiendo la luz de sus celulares o sujetando una vela, y desaparecieron entre la multitud", informaba el diario hongkonés The South China Morning Post (SCMP).

"Hoy no es solo sobre la plaza de Tiananmen, también sobre 2019", dijo al diario una joven de 29 años, que solo quiso dar su apellido, Li.

El miedo a ser detenido se repetía en varias de las declaraciones que recogía el medio hongkonés y evidencia del drástico cambio en la excolonia, hasta hace pocos años considerada la excepción en cuanto a libertades en la restrictiva China.

"Por una parte, es alentador ver a gente que aún está determinada a vestir de negro y encender velas por la vigilia del 4 de junio. Pero creo que la gente que está en la calle ahora está siendo más cuidadosa, cuando la policía pidió a la gente que se marchara del parque, se fueron. Hay cierto nivel de miedo", señaló una mujer de 35 años, KK Wong, al SCMP.

Hacia las 23:00 hora local (15:00 GMT), al menos 6 personas habían sido detenidas por delitos como incitar a otros a participar en una manifestación no autorizada, alteración del orden público y obstrucción a la policía.

Hong Kong se acerca cada vez más así a la situación de la China continental, donde las autoridades han prohibido incluso referencias oblicuas a la masacre y aquellos que tratan de recordar son perseguidos.

Es el caso de Bao Tong, el más alto cargo en ser encarcelado en relación con las manifestaciones de Tiananmen del 89 por su apoyo a una solución dialogada.

En una entrevista exclusiva con EFE con motivo del 32 aniversario de lo ocurrido, Bao explicaba que aún sufre vigilancia 24 horas al día.

"No tienen miedo de mí o de lo que yo diga, sino de que lo sepan otras personas", explicaba Bao, que en 1989 era el primer secretario del secretario general del Partido Comunista de China, Zhao Ziyang, depuesto por su predisposición al diálogo con los manifestantes y quien vivió bajo arresto domiciliario hasta su muerte, en 2005.

Su deseo es que "todo el mundo cuente lo que sepa sobre el 4 de junio, pero la gente cada vez habla menos y muchos líderes fallecieron".

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