La toma militar de Burkina Faso, anunciada por el ejército este lunes, es inquietante pero no inesperada.

El derrocamiento del presidente Roch Kaboré es el cuarto golpe en África Occidental en los últimos 17 meses.

La vecina Mali ha sufrido dos intervenciones militares en ese tiempo, impulsadas por la preocupación sobre la incapacidad de lidiar con la creciente violencia islamista militante.

Aquí te damos algunas claves de lo que sucede en Burkina Faso.

1. ¿Qué tan seria es la amenaza islamista?

Al igual que en Mali, la destitución de Kaboré se originó en el creciente descontento entre las fuerzas de seguridad por su supuesta falta de apoyo adecuado contra los militantes vinculados tanto al Qaeda como al grupo Estado Islámico.

El domingo se reportaron motines en varios campamentos militares, en la capital, Uagadugú, y en las ciudades del norte de Kaya y Ouahigouya.

Los disturbios siguieron a meses de protestas contra el gobierno que exigían la renuncia del presidente.

Los ataques de militantes que comenzaron en 2015 se han cobrado más de 2.000 vidas y han obligado a 1,5 millones de personas a abandonar sus hogares, según estimaciones de Naciones Unidas.

Las escuelas están cerradas en gran parte del país porque es demasiado peligroso abrirlas.

La confianza pública en la gestión de la crisis de seguridad por parte del presidente decayó drásticamente después de un ataque en la aldea norteña de Solhan en junio de 2021.

Más de 100 personas murieron en el ataque atribuido a militantes que habían cruzado desde Mali.

El ataque en Solhan provocó protestas de la oposición en la capital, lo que obligó a Kaboré a reorganizar su gabinete y nombrarse ministro de Defensa.

Otro ataque a la base militar de Inata, en el norte del país, en noviembre de 2021, aumentó la ira hacia el gobierno.

Más de 50 miembros de las fuerzas de seguridad fueron asesinados. Surgieron informes de que la base había enviado un mensaje de socorro dos semanas antes del ataque pidiendo raciones de alimentos y equipo adicional, que nunca llegaron.

El presidente despidió a su gobierno y nombró a un nuevo primer ministro y ministro de Defensa antes de las conversaciones de reconciliación nacional con la oposición.

2. ¿Cómo se extendió la violencia militante a Burkina Faso?

A pesar de la volatilidad política y la falta de seguridad de África Occidental, Burkina Faso disfrutó de una frágil estabilidad hasta que un levantamiento popular en 2014 derrocó al expresidente Blaise Compaoré.

Un intento de golpe en 2015 dejó a los militares profundamente divididos. Kaboré fue electo por primera vez ese año con el compromiso de unificar el país.

Sin embargo, militantes de la vecina Mali -donde una insurgencia separatista en 2012 fue secuestrada por yihadistas- llevaron a cabo un ataque en la capital de Burkina Faso mientras Kaboré se preparaba para tomar el mando.

Grupos armados aprovecharon la débil presencia de seguridad en las zonas fronterizas expuestas de Burkina Faso para lanzar más ataques y afianzar su presencia.

Los yihadistas también han desencadenado tensiones sectarias entre las comunidades cristianas y musulmanas que antes coexistían en Burkina Faso.

Los militantes se han aprovechado de la escasa presencia estatal y la falta de apoyo humanitario, que han dejado a las comunidades vulnerables al reclutamiento.

La participación política también se ha visto socavada por la presencia militante.

En 2020, los votantes que habían huido de sus hogares en partes del norte y el este no pudieron participar en las elecciones presidenciales en las que Kaboré fue reelegido con el 58 % de los votos.

La presión de los militantes sobre las comunidades aumentó el descontento público en el segundo mandato del presidente.

3. ¿Cuáles son los paralelismos con Mali?

Existe la preocupación de que esté surgiendo un patrón.

La preparación del golpe de Burkina Faso tiene similitudes con los eventos en Mali antes de su propia toma militar en agosto de 2020.

Una serie de ataques mortales contra objetivos militares y civiles fue seguida por protestas masivas provocadas por una creciente falta de fe en el gobierno del entonces presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta.

El principal líder de la oposición de Burkina Faso, Eddie Komboigo, ha tratado de aprovechar el descontento público por la inseguridad para acrecentar la ira.

Pero mientras que el público en Mali apoyó ampliamente el golpe militar, los burkineses pueden desconfiar de una mayor inestabilidad con el ejército a cargo.

4. ¿Qué papel jugó el sentimiento antifrancés?

Ambos países solían ser colonias francesas y Francia ha seguido manteniendo fuertes lazos económicos y de seguridad mucho después de la independencia.

Al igual que Mali, las fuerzas de seguridad de Burkina Faso dependen del apoyo de Francia, que desplegó 5.100 efectivos en la región en el marco de lo que se denominó Operación Barkhane.

Esto comenzó cuando Francia envió tropas para detener a los yihadistas que marchaban sobre la capital de Mali, Bamako, en 2013.

Pero el respaldo público a la participación francesa se ha ido desvaneciendo a medida que la situación de seguridad se ha ido deteriorando.

En diciembre, los residentes de Kaya bloquearon un convoy militar francés que entregaba suministros al ejército de Burkina Faso y, en cambio, acusaron a las fuerzas de Barkhane de trabajar con los yihadistas.

Francia ha sido expulsada aún más de la región del Sahel, que incluye a ambos países, en una disputa diplomática con Mali que provocó la retirada de casi la mitad del contingente de la Operación Barkhane.

Los yihadistas podrían explotar el vacío de seguridad, mientras que la persistente inestabilidad política podría socavar la cooperación en defensa bajo lo que se llama la fuerza G5 del Sahel, que incluye tropas de Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y Níger.

Mientras Mali recurre a Rusia para llenar este vacío de seguridad, sus socios del Sahel, incluido Burkina Faso, se han opuesto firmemente a este controvertido movimiento.

5. ¿Debe preocuparse la región?

El golpe en Burkina Faso parece indicar que los golpistas no están preocupados por la reacción del grupo regional de África Occidental Ecowas.

Las recientes sanciones contra Mali y Guinea, que sufrieron un golpe de Estado en septiembre pasado, no lograron frenar las acciones de los soldados.

El presidente del vecino Níger, Mohamed Bazoum, tuvo un comienzo inestable en el cargo en 2021 con un intento de golpe en un contexto de ataques mortales contra civiles y el ejército.

Él ha sido un crítico feroz de la situación política en Mali y su impacto potencial en la moral de las fuerzas de defensa regionales.

El presidente de Níger ha estado tratando de sofocar cualquier descontento militar visitando a las fuerzas de defensa en regiones volátiles, lo que parece estar funcionando por ahora.

La inestabilidad en Mali y Burkina Faso también genera preocupaciones de seguridad en Costa de Marfil, su vecino del sur. Ha habido ataques yihadistas allí desde junio de 2020 contra las fuerzas de seguridad.

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